Capítulo 2: La Vida de Zeynep

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Narra Zeynep

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-¿Cómo está la abuela más hermosa del planta?-dije con una sonrisa y mi abuela sonríe.

-Hola mi amor-dijo mi abuela Roberta y dejé la bandeja en la mesa.

-Te preparé de comer-dije y ella sonríe.

-Eres la mejor nieta del mundo, mi niña hermosa-dijo mi abuela.

-Come abuela, voy a alistarme para ir al trabajo. La enfermera debe de estar por llegar-dije y mi abuela asiente.

Fui al baño, me di una ducha rápida y me aliste.

Tome mi móvil, y veo un mensaje de la enfermera.

No voy a poder ir, me surgió un problema.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y respiré profundo.

-Me van a despedir-susurré y escuché la voz de mi abuela. Seque mis lágrimas y me mire en el espejo.

-Vamos, tú puedes-susurré y salí con una sonrisa.

-Cambio de planes abuela, hoy voy a quedarme contigo. La enfermera no va a poder venir-dije y ella me miró.

-Yo puedo cuidarme sola, no puedes seguir faltando a tu trabajo mi amor-dijo la abuela.

-No te preocupes abuela, el trabajo puede esperar. Tú eres mi prioridad ahora. Que tú estés bien-dije y ella acaricia mi mejilla y sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Mi niña hermosa, tienes un corazón tan noble y bondadoso-dijo ella y la miré.

-Eso es gracias a ti, que siempre me haz inculcado valores-susurré y ella me miró. Escuche el timbre de la puerta.

-Abuela, quédate aquí. Vengo en 5 minutos-dije u camine hacia la puerta y cuando la abrí veo al dueño del edificio.

-Buenos días señor-dije y él me miró.

-No me has pagado la renta-dijo él y cerré la puerta, para que mi abuela no me escuchara.

-Lo sé, y voy a pagársela. Lo que pasa es que ahora mismo estoy atravesando una situación. Cómo sabe somos solo mi abuelita y yo y... ella no puede quedarse sola. Y la enfermera a tenido una situación en los últimos días y no va a poder venir y debo hacerme cargo de ella por lo cual no puedo trabajar-susurré y él me miró.

-Lo entiendo Zeynep, pero ya han pasado tres meses. Y sabes que te aprecio mucho, pero ya no puedo seguir esperando-dijo él y lo miré.

-Le prometo que esta semana le pagaré al menos un mes de renta-dije y él me miró.

-Eso espero Zeynep porque lamentablemente se van a tener que ir del edificio, aunque me duela. Que tenga un lindo día-dijo él y asentí. Él se fue.

Me recosté de la puerta y respire profundo.

¿De dónde voy a sacar tanto dinero?

-Cariño, ¿está todo bien?-escuche a la abuela y rápidamente entre.

-Abuela, qué haces parada-dije y ella me miró.

-Zeynep, ¿que me estás ocultando?-dijo la abuela.

-Nada abuela todo está en orden-dije y la abuela me mostró un recibo.

-Zeynep, debemos dos meses de los servicios de agua y luz-dijo la abuela y mis ojos se llenaron de lágrimas.

-Abuela, no tienes porque preocuparte lo pagaré. Te lo prometo-susurré y ella me miró.

-Zeynep, yo puedo trabajar para ayudarte-dijo ella y rápidamente negué.

-No abuela, tú no estás en condiciones de trabajar. Es hora de que te devuelva todo lo que tú has echo por mi. De sacarme adelante tu sola, desde que mis padres murieron en aquel accidente-susurré.

\\

Me levanté de la cama y vi que mi abuela se había quedado dormida. Fui a mi habitación y tomé la caja en donde estaba guardando el dinero para la universidad.

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

-Debo hacerlo-susurré. Conté el dinero y me daba para solo saldar un mes de renta y pagar un mes de el servicio de agua y luz.

\\

-Vaya hasta que por fin apareces-dijo Catalina mientras preparaba un sandwich para un cliente. Y me puse el delantal.

-La e estado pasando terrible, ayer tuve que quedarme con mi abuela porque la enfermera que nos brinda el seguro médico no pudo venir-dije y ella me miró.

-¿Porque no contratas a una privada?-dijo Catalina y le entregó la orden al cliente.

-Espero que vuelva pronto, buen provecho-dijo Catalina.

-No puedo hacerlo, sabes cuánto cuesta. Además, apenas y me alcanza para la renta. Debo dos meses de renta y un mes de servicio de agua y luz-dije y ella me miró.

-Quisiera ayudarte pero sabes que apenas y puedo sustentarme. Al final la vida de pobres-dijo Catalina.

-Zeynep, por favor ven a la oficina-dijo el gerente y Catalina me miró.

-Eso no sonó nada bien-dijo Catalina y respire profundo y fui a la oficina del gerente.

-Buenos días señor-dije y él no tenía buena cara.

-Te haz estado ausentando mucho estas últimas semanas y no podemos seguir con esta situación Zeynep-dijo el gerente y mis ojos se llenaron de lágrimas.

-Lo sé señor, pero todo tiene una explicación. Como sabe tengo una abuelita que...-el me interrumpió.

-No me interesa saber las razones ni los motivos. Lamentablemente no podemos seguir tolerando esto en el trabajo Zeynep. Dame tu delantal y tu gorra. Estás despedida-dijo él y mis lágrimas no tardaron en salir.

Le entregué lo que me pidió y salí de la oficina y Catalina me miró.

-Ay no puede ser-susurró y me abrazó.

-¿Qué voy a hacer ahora?-susurré.

-Tranquila, vamos a encontrar una solución juntas-dijo Catalina.

-Tienes razón, debo tomar las cosas con calma-dije y Catalina me miró.

-A veces quisiera ser como tú, y ser positiva como tú-dijo Catalina y le regalé media sonrisa.

-Salgo en una hora, ¿me esperas?-dijo Catalina y asentí.

\\

-Tienes el dinero de la inscripción de la universidad-dijo Catalina y la miré.

-No, tuve que usarlo para poder pagar la renta y el servicio-susurré y Catalina me miró.

-Oh, pero puedes hacer un préstamo o algo así para que termines tu carrera-dijo Catalina.

-Catalina, jamás podré terminar mis estudios. Soy pobre, y... la salud de mi abuela es primero que todo-susurré y ella me miró.

-¿Y la tuya?-dijo ella.

-Mi prioridad ahora mismo es que mi abuela esté bien, ella es lo único que me queda en esta vida Catalina-dije.

-Tu también debes priorizarte. Porque ella te nececita a ti bien-dijo Catalina y vaya razón que tenía.

-Veré si mañana compro el periódico a ver si encuentro algún trabajo-susurré.

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