En la vida, siempre somos villanos en una historia mal contada.
La vida le había dado duro, y a pesar de todo ella seguía aferrada al positivismo y a vivir una vida con la que siempre a soñado.
Con un amor bonito, un amor real.
La vida le había da...
Mis lágrimas no dejaban de salir, y apague el celular.
-¿Qué se supone que deba de hacer ahora?-susurré mirando la tumba de mi abuela y la lluvia no tardó en caer y bajé ambas manos a mi vientre.
-Te necesito-susurré entre lágrimas.
-Zeynep-escuche la voz de Riccardo. El rápidamente corre hacia mí y me cubre con un paraguas.
-¿Qué haces aquí?-pregunté y él me miró.
-Te dije que no iba a dejarte sola, es muy peligroso que estés sola en las calles y más a esta hora. Por favor, vamos a regresar-dijo él y negué.
-Giovanni me dijo cosas horrible, no quiero volver a verlo-dije y él me miró.
-Todos están preocupados, por favor. Regresa-dijo Riccardo y solo asentí. En realidad no tenía a dónde ir, y no tenía ni un solo dólar encima. Él tomó mi maleta y me ayudó a entrar a la camioneta.
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-¡Zeynep!-dijo Greta abrazándome.
-Que bueno que la encontraste-dijo Lorenzo a Riccardo.
-La encontré en el cementerio-dijo Riccardo y en eso veo a Giovanni. Rápidamente lo ignoré.
-Yo dormiré en la habitación de servicio-dije y Greta me miró.
-Claro que no, puedes dormir en la habitación de huéspedes-dijo ella y la miré.
-Gracias-dije.
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Y así fueron transcurriendo los días, los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Mi vientre no tardó en hacerse más que notable. Había llegado al cuarto mes de embarazo y sobre Giovanni. El y yo estábamos distanciados, apenas hablábamos.
-Hola mi amor-susurré llevando ambas manos a mi vientre y observándome a través del espejo.
-Ya muero por conocerte y tenerte en mis brazos-dije con una sonrisa y en eso me di cuenta que Giovanni estaba mirándome.
-No sabía que estabas ahí-dije y él me regala media sonrisa.
-No te preocupes, yo... solo vine por algo que olvide-dijo él y asiento. El entró y yo miraba mi vientre.
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Me bajé de la camioneta y rápidamente entré a la clínica y veo mujeres con sus parejas sentadas. Uno de ellos acariciaba el vientre de su esposa y esa escena hizo que mis ojos se llenaran de lágrimas.
-Zeynep Benedetti-dijo el doctor y me levanté.
-Buenas tardes-dije y el sonríe.
-Buenas tardes, ¿estás lista para saber el sexo de tu bebé?-dijo él y asiento. Hicimos el procedimiento y observo al bebé en el monitor y mis ojos se llenaron de lágrimas y una sonrisa se posó sobre mis labios.
-Felicidades, estás esperando una niña-dijo el doctor y una sonrisa se posó sobre mis labios.
Luego de un rato, llegué a la casa.
-Hola, ¿dónde estabas?-dijo Riccardo y saqué el sonograma de mi bolso y se lo mostré. El sonríe y mira mi vientre.
-Felicidades-dijo abrazándome y luego él se arrodilla frente a mi vientre.
-Hola princesa-dijo él y en eso veo a Giovanni que se nos quedó mirando.
-Muero por conocerla, ojalá y salga igual de hermosa que su mamá-dijo Riccardo y acaricia mi mejilla.
-Eso espero, el médico me dijo que todo iba perfectamente bien y ya me fijo una fecha para el parto-dije.
Narra Giovanni
Zeynep se había quedado dormida en el sofá, rápidamente la tomé entre mis brazos y la llevé a nuestra habitación. La dejé en la cama e inconscientemente llevé mi mano a su vientre y sentí algo moverse y Zeynep abrió sus ojos.
-Lo siento yo...-ella sonríe.
-Acaba de moverse, es la primera vez-dijo ella sentándose y tomó mi mano y la volvió a llevar a su vientre, y la bebé volvió a moverse y sentí una sensación que no logro explicarles. Rápidamente saqué mi mano.
-Debo ir a ver unos asuntos-dije y Zeynep sólo asiente. Salgo de la habitación y me quedé pensando.
-Zeynep le a venido bien el embarazo, se ve más hermosa de lo que es-dijo mamá y le regalé media sonrisa.
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-Hola-dijo Bianca.
-¿Qué haces aquí?-pregunté y ella puso una prueba de embarazo sobre mi escritorio.
Sentí como si un barde de agua fría cayera sobre mi cuerpo.
-¿Es una broma?-pregunté.
-Estoy embarazada, estoy esperando un hijo tuyo Giovanni-dijo Bianca con sus ojos llenos de lágrimas y llevé ambas manos a mi cabeza.
-Carajo-dije y a mi mente vino Zeynep.
-¿Qué vamos a hacer?-preguntó.
-Quiero estar solo, por favor vete-dije y ella se fue y rápidamente tome una copa de vodka y me di un sorbo.
De repente mi teléfono timbró y rápidamente lo contesté.
-Buenas tardes-dije.
-Que placer volver a escuchar tu voz-dijo él y rápidamente sentí mucho coraje.
-Quisiera decir lo mismo pedazo de cabron-dije y el suelta una carcajada.
-Me acabo de enterar que voy a ser padre de una hermosa niña-dijo él y mis ojos se llenaron de lágrimas.
-Ay mi Zeynep hermosa lleva a mi hija en su vientre, no sabes cuánto me alegra saber eso-dijo el.
Tengo que proteger a Zeynep, rápidamente tome las llave de mi camioneta.
-Solo te llamo para advertirte que... voy a tener a la madre de mi hija, y a mi hija conmigo. Sé cada uno de los movimientos de tu esposa. Ahora mismo está decorando la habitación de nuestra hija-dijo él y colgué. Comencé a conducir a toda velocidad hasta que llegué a la casa. Rápidamente entré a la habitación y veo a Zeynep que estaba pintando la pared y cerré la cortina.
-¿Qué pasa?-preguntó y la miré.
-Te.. tenemos que irnos de aquí-dije y ella miró confundida.
-¿No entiendo?-dijo ella.
-Zeynep ya él sabe que estás esperando un hijo suyo y él quiere tenerte. Tengo que sacarte de aquí-dije y sus ojos se llenaron de lágrimas. Derepente se escuchó un disparo y cubrí a Zeynep con mi cuerpo.
-¿Estas bien?-pregunté y ella asiente. Rápidamente veo que tiraron una piedra con un papel. Rápidamente leí la nota.
-Que dice-dice Zeynep.
Rápidamente tome mi móvil.
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