Natasitt es el príncipe más joven del reino Luttukha y es el único de su familia que no ha conocido a su destinado. La realeza hizo una gran celebración para el cumpleaños 20 del príncipe, quién estaba ansioso por ver el hilo rojo que lo conectaba c...
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Natasit se despertó con mucho ánimo. Había dormido bastante bien y se sentía renovado. Se vistió con ayuda de su nana quién le ayudo a combinar bien los colores para verse como un "angelito" según ella y rápidamente le trajeron el desayuno. Generalmente cuando no desayunaba con sus padres, le gustaba desayunar en su habitación. Después de que sus nanas dejaron la comida, Max entró.
— Príncipe, se supone que debo cuidar por fuera.
— ¿No lo importante es cuidarme? — miró cómo el guardia asentía — Entonces estás cumpliendo con tu tarea.
Nat desayunó en la compañía de Max mientras el guardia le contaba una anécdota de sus días en el colegio. Para el príncipe las cosas cotidianas que Max le contaba parecían demasiado divertidas e interesantes que le gustaría haber estado ahí y no haber pasado toda su vida en un castillo que ya conocía como la palma de su mano y ahora era tedioso.
La vida de Natasit había sido perfecta pero a su vez demasiado aburrida, solo estar en el palacio y de vez en cuando visitar el pueblo, pero su tiempo era dedicado a estudiar desde casa y en ocasiones salir con otros príncipes o gente de la nobleza. Por eso su mejor amigo era Net, ya que ambos eran casi de la misma edad y desde pequeños fueron inseparables.
Incluso sus familias querían que ambos se comprometieran pero ellos sabían que solo eran grandes amigos y que no eran el destinado del otro porque sus hilos no se unían. La familia Real era muy cuidadosa así que nunca dejaron que Nat tuviera otras amistades o que saliera a otros lugares más que a fiestas reales u otros eventos de importancia.
Las anécdotas de Max eran conocer una realidad de la vida muy diferente a la suya. Además el príncipe podía notar que Max era muy amigable, respetuoso, confiable, gracioso, fuerte y tenía entre otras cualidades.
Después del desayuno, Nat sabía que tocaría el entrenamiento de espada, pero faltaban aproximadamente 2 horas para ello. Por lo que antes, Nat se acomodó sobre el regazo de Max. Incluso el príncipe se sorprendía con los movimientos tan atrevidos que hacía, él pensaba que era porque necesitaba a su destinado. Habían estado más de 20 años separados, así que ahora que podía demostrar su amor, lo hacía sin dudar.
— Príncipe si quiere descansar ¿No es mejor recostarse en la cama?
— No quiero eso, quiero sentir tu calor P'Max. Aún no puedo creer que te guste...
Nat abrazó más fuerte a Max quién lo sostuvo por la cintura. Max besó la frente del príncipe. Luego besó sus mejillas y por último sus labios lo que hizo que ambos sonrieran en medio de cada beso. Incluso cualquier rose, hacia a sus corazones acelerarse, eran como unos adolescentes enamorados.
— P'Max... bésame como la noche de tu cumpleaños. — Nat pidió con un tierno puchero en sus labios que era irresistible para el mayor.
Habían pasado ya más de 2 semanas desde que empezaron a salir. Max intentaba mantenerse normal pero el príncipe tomaba cualquier oportunidad que tenía para coquetear y obviamente no podía resistirse a los encantos de Natasit.
