Capítulo 6 *Cosas locas*

396 41 15
                                    

*Elías*

Las tres semanas después de haber salido todos con Gabriel y sus amigos, fueron las más caóticas que había vivido hasta entonces. En ningún momento del día podía saber con certeza si yo estaba feliz, triste, enojado, emocionado, nervioso, frustrado, o con ganas de ir al baño.

La primera semana fue la peor; Gabriel con Regina y Regina con él, pero al mismo tiempo Gabriel conmigo y yo con él. No es que pudiera compararlo, porque obviamente el fin de la relación entre nosotros no era para nada el mismo que el que tenía la de ellos, pero aun así había algo que hacía que me confundiera.

Gabriel estuvo cerca casi todo el tiempo, durante el horario de clases se pasaba el rato hablando más que nada con Regina, pero al finalizar las clases me proponía que lo acompañara a su casa, y nos quedábamos ahí pasando el rato hasta que se ponía el sol. Era entonces cuando yo tenía que regresar a mi casa, y, aunque parezca extraño, no lo hacía con pesar, porque con sólo recordar lo bien que la pasaba con Gabriel me hacía que estuviera de muy buen humor.

El viernes, a última hora, teníamos literatura. El profesor, dejando a un lado el que tuviera cara de conejillo de indias, era uno de esos que te califican como quieren, y que al final, de alguna manera u otra, terminan poniéndote una muy buena calificación.

Regina y yo no estábamos prestando ni pizca de atención cuando, de pronto, todos comenzaron a hablar y ponerse de acuerdo.

– ¿Qué pasa? –le preguntó Regina a Liliana.

–Equipos de dos para el proyecto de literatura.

–Perfecto. Tú con Cesar y yo con Elías –organizó Regina.

–O mejor yo contigo y Lily con Elías –propuso Cesar.

–No, me gustaba más como dijo Regina –me opuse yo.

–Pero... –quiso objetar Cesar.

– ¡Ey! ¡Elías! –me gritó Gabriel desde el tumulto que había por donde él solía sentarse – ¡Ya le dije al señor Cobaya que tú eres conmigo! –me indicó, señalando al profesor.

Por alguna razón yo asentí, y cuando regresé la mirada todos me miraban extraño.

–No sé si te hayas dado cuenta, pero acabas de arruinar todo el plan –me regañó Regina.

– ¿Por qué? Yo no hice nada.

–Ahora ya no somos número par y alguien va a tener que buscar otro compañero –siguió Liliana.

Regina, Liliana y Cesar gritaron al mismo tiempo, y no supe si había escuchado primero el "¡Yo con Lily!" de Regina o el "¡Yo con Regina!" de Cesar y Liliana.

–Bueno, hagan lo que quieran –musitó Cesar enfadado, y se fue a buscar pareja.

–Sigues siendo un maldito traidor, Elías –me susurró Regina cuando Cesar se hubo ido.

Me hizo un puchero enfadado, y luego se puso a hablar con Liliana sobre el proyecto. Yo le respondí su puchero con una sonrisa, de esas que son puros dientes y ojos cerrados, ella me sacó la lengua y se rio.

Desde lejos, vi a Gabriel hacer su mayor esfuerzo por llegar hasta mí con todas las mesas, sillas, mochilas y personas que se interponían en su camino.

– ¿Pusiste atención, Elías? –me preguntó cuando llegó hasta mí.

–No, y no me digas que tú tampoco, porque no tengo muchas ganas de reprobar literatura.

–Claro que puse atención, Elías. ¿Por quién me tomas? ¿Por un vago que nunca atiende en clases?

–Eso eres, ¿no? –me burlé – ¿Qué tenemos que hacer?

Como zurdos en mundo de diestrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora