Sinopsis

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Octubre de 1980

Lucius Malfoy y Tom Avery han sido íntimos amigos desde que se conocieron en su primer día en Hogwarts, por lo que no era de extrañar que esta amistad siguiera viva una vez graduados.

La familia Avery y la familia Malfoy son dos de las familias más poderosas y ricas del Mundo Mágico, además, forman parte de un grupo conocido como Los Sagrados 28, una lista en la que se encuentran las familias que realmente son de sangre pura.

Ambos están muy comprometidos a que esto siga siendo así, por ello, cuando Lucius recibió la noticia de que su gran amigo Tom finalmente había tenido una hija no dudó en contarle el plan que en secreto había estado organizando.

- Enhorabuena Tom, es una niña preciosa- dijo Lucius admirando a la pequeña que se encontraba en la cuna.

- Le hemos traído un pequeño obsequio- dijo Narcissa entregándole a Helena, la mujer de Tom, una pequeña cajita.

Helena lo abrió y dentro se encontraba una cadena de oro con un pequeño corazón, el cual estaba grabado por detrás con su nombre. Ginevra.

- Es precioso- dijo Helena admirando la cadena que tenía entre sus manos- Gracias.

- ¿No ha venido Draco?- preguntó Tom a Lucius.

- No, aún es muy pequeño para viajar y hemos decidido dejarlo en casa- contestó Narcissa.

Draco apenas tenía 4 meses.

-Además no nos quedaremos mucho tiempo, sólo queríamos daros la enhorabuena y conocer a vuestra hija- siguió Lucius- Aunque me gustaría hablar contigo Tom.

-Creo que deberíamos retirarnos- dijo Narcissa agarrando a Helena del brazo y saliendo de la habitación.

-¿De qué querías hablar?- preguntó Tom sentándose en un sillón y señalándole a Lucius que tomara asiento con él.

-Hace unos años hablábamos sobre como sería formar una familia y ahora cada uno tiene la suya- dijo con nostalgia- Pero hay un tema importante que no podemos olvidar.

-¿Y cuál es?- preguntó Tom.

-La sangre- afirmó Lucius- Cada vez hay más sangre sucia en Hogwarts y estoy seguro que dentro de unos años cuando nuestros hijos deban ir a esa escuela la situación habrá empeorado.

-No entiendo porque eso debería de ser un problema para nuestras familias, nuestros hijos serán bien educados y sabrán con quien deben amistarse y con quien no- contestó Tom.

-No tengo dudas de eso, pero sabes bien que tu hija y mi hijo, no encontrarán mejor pretendiente que el otro- sentenció Lucius poniéndose cómodo.

Con esas palabras Tom lo entendió todo.

-Sabes que estoy muy comprometido por conservar mi legado, pero Helena nunca lo permitirá, sabes que ella no es como nosotros- contestó Tom- Nunca dejará que sea yo quien decida con quien se casa nuestra hija.

-No te preocupes por eso, en el mejor de los casos ella nunca sabrá de este pacto- contestó Lucius y Tom lo miró intrigado- Nos encontraremos cada verano, justo antes de que comience el curso- comenzó Lucius- En primer curso ellos tendrán 11 años, una edad perfecta para que se conozcan. A partir de ahí, se verán todos los veranos, y con el paso del tiempo, se enamorarán en silencio, sin que nadie llegue a saberlo jamás. 

- ¿Y si eso no sucede?- preguntó Tom.

-Si llegado el momento ellos no dan el paso y ambos estamos de acuerdo, tendremos que hacerlo por ellos- dijo Lucius- Ambos deberán aceptar casarse con el otro, quieran o no, porque es lo mejor para nuestro legado, para nuestra familia- siguió Lucius. 

-Supongo que esto requerirá confiar el uno en el otro, no podemos negarnos una vez llegue el momento- le contestó Tom. 

-Así es, todo pacto debe ser sellado y ambas partes deben confiar en que el otro cumplirá su palabra- hizo una pequeña pausa- Debemos hacer un Juramento Inquebrantable.

Por culpa del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora