CAPÍTULO 6

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Archie tomó las muñecas de Miley, las cuales estaban a punto de sumergirse en aquel balde

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Archie tomó las muñecas de Miley, las cuales estaban a punto de sumergirse en aquel balde.

—No lo hagas —dijo él. Por un momento se detuvo a mirar en qué condición estaban aquellas manos y pensó que debía ser muy molesto y doloroso—. Vamos a la enfermería.

Miley lo miró confundida.

¿Qué hace aquí?

—Archie —lo llamó Diana llegando hasta ellos—. No puedes estar aquí. Es su responsabilidad.

—Lo haré yo —dijo él.

—Archie, ¿qué haces aquí? —le preguntó Miley.

—Miley —la miró a los ojos—. Sólo mira tus manos. Vamos a la enfermería.

Diana frunció el ceño enojada. Arrojó de una manera brusca la escoba al suelo. Eso irritó por completo a Archie. Miley sólo podía pensar en el ardor que estaba sintiendo en las manos.

—¿Es una broma, no? —dijo la joven rubia, acercándose a él—. ¿En serio, Archie?

—Archie. No importa —dijo Miley, y tomó el balde—. Sólo vete.

Archie le sacó el balde de sus manos, y se lo entregó a Diana.

—Hazlo tú —masculló—. Tienes suerte de que sea lo suficiente amable, Diana.

—Pensé que nuestra relación era diferente, Archie. Somos amigos. ¿Por qué eres así conmigo? ¿Por qué eres así con ella? ¿Acaso no puede defenderse sola?

—Yo no la defiendo —respondió—. Y no tengo que darte explicaciones. Si ella está aquí, es por tu culpa y tus celos hacia mí.

Tomó de la muñeca de Miley para llevarla hacia la enfermería. La pelinegra quería negarse pero sus manos estaban tan rojas que… simplemente accedió. Quería salir de allí.

Antes de irse, Archie volteó a mirarla, y le dijo—: Y dile a tus amigos que están allí afuera que se larguen a su casa porque no tendré la paciencia suficiente para tratar con cada uno. Especialmente con Dylan.

—Me están esperando —le susurró Miley a él.

—Lo sé. Ven por aquí.

Miley estaba segura de que Diana esperaría un momento a solas con ella. No quería que eso sucediera pero… pasará.

Miley y Archie se dirigieron en silencio hacia la enfermería, y antes de entrar ella le comentó—: Puedes irte si quieres.

—No. Diana esperaría eso.

Por un lado… tenía razón. Archie la acompañó y entró con ella. Miley realmente necesitaba ayuda, en realidad le estaba ardiendo tanto que quería cortarse las dos manos. Quería quitarse el barbijo por la molestia que le causaba pero prefirió no hacerlo. Se sentía con mucha vergüenza.

ATOPIK ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora