ATOPIK ©

CAPÍTULO 7

El clima estaba mejor.

Pero aún así, la rinitis que traía era muy… molesta. Al despertarse, se echó un spray nasal, ya que los estornudos no cesaban, además de que ya había comenzado a sentir un cansancio físico que provocaba que se quedara dormida.

Cuando llegó a clase, había entrado estornudando. Algo que la caracterizaba a Miley es que ella… no estornudaba para nada despacio. Ojalá. En realidad, le hubiese gustado pero no. Todo el mundo se enteraba que tenía algo. Aunque su piel estaba mejor, la rinitis alérgica aparecía de vez en cuando.

—Carajo —susurró, mientras se sentaba.

Archie se la quedó mirando. Miley se tomó la cabeza entre sus manos. Se sentía pésimo. No creyó que era tan fuerte, agradeció haber traído las pastillas consigo, ya que tomó una rápidamente. No quería que nadie la viera. De todas formas, Archie estaba allí. Más cerca de lo que había pensado.

Luego de unos minutos, volvió a estornudar.

—Miley —la llamó su profesora—. ¿Te sientes bien? ¿Quieres ir a la enfermería a que te dé unos medicamentos para el resfriado?

Ella negó con la cabeza.

—No es un resfriado. Ya tomé mi… medicamento, gracias —respondió casi inaudible pero igualmente la profesora la escuchó.

—Oh, de acuerdo —le sonrió ella.

A la hora siguiente, Miley desapareció por completo como la vez pasada. Sinceramente no quería tratar con Isabella y sus amigos, además de que sabía que Diana estaba muy molesta con ella. Muy. Pasó la hora entera mirándole de reojo, pensando que Archie le dirigía la palabra.

Una vez de vuelta a su lugar, Miley estornudó un par de veces hasta que sintió que los ojos le volvían a pesar. Se frotó los ojos tratando de despertarse pero era en vano. Hasta que… se quedó completamente dormida.

Archie volteó a mirarla, frunció el ceño confundido y notó que el mentón de Miley, el cual estaba apoyado en su mano, se caía lentamente. El profesor estaba explicando y haciendo preguntas a los estudiantes. Ella estaba tan tranquila, parecía que no había dormido en toda la noche. Y seguramente era lo que había pasado.

Archie se inclinó para tomar el libro, taparla y que durmiera en paz pero…

—¡Young! —llamó el profesor. Miley se sobresaltó—. ¿Estás durmiendo en mi clase?

—¿Qué? No. Lo siento. No me di-

—Young, no puedes dormir en clase. Estoy explicando —dijo el profesor.

—Lo siento. No quise-

—Si tienes un resfriado, deberías irte porque nos contagiarás a todos —dijo Diana—. ¿O no?

Miley volteó a mirarla.

—¿No sabes diferenciar entre un resfriado y una alergia?

Diana frunció el ceño.

—¿Qué dijiste?

—Que si no sabes diferenciar entre una cosa y la otra.

La joven rubia se levantó. El profesor la detuvo.

—Diana. Siéntate. Miley, ya basta. ¿Qué es ese comportamiento?

—Estás pasandote de la raya —le dijo Diana aún sin sentarse—. Te vas a arrepentir de hablar así.

—¡Diana!

Miley no dejó de mirarla. No estaba de humor así que no estaba siendo muy tolerable en estos momentos. Esta vez, de todas maneras, no respondió.