Miley padece de Dermatitis Atópica.
Nunca ha sido fácil para ella relacionarse con los demás. Su niñez fue dura y no cambió del todo llegando a su adolescencia. Pensaba que no podría ser peor, sin embargo; Miley cambió de escuela debido al trabajo d...
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Miley corrió la mirada, nerviosa e incómoda. Quizás si hacía contacto visual con Isabella y sus amigas las cosas empeorarían y no quería causar problemas, y que aquellos problemas lleguen a su padre. Sería una molestia para él. Así que tomó sus cosas e intentó salir del baño pero Isabella la empujó provocando que los productos para su piel se cayeran al suelo. Miley respiró hondo porque estaba perdiendo la paciencia.
—¿Qué necesitas? —dijo Miley mirándola a los ojos, aún estando nerviosa y con ganas de salir corriendo no perdía la postura—. ¿Tienes demasiado tiempo para mí?
Isabella frunció el ceño. La tomó del cabello en un puño y la llevó rápidamente hacia un cubículo. Los estudiantes que entraban al baño, eran echados por Diana y Rachel. Isabella tenía la mano fuerte y era rápida así que no le dió tiempo a Miley a que dijera siquiera una palabra.
—¿Tienes idea de dónde estás, no? Deja tus costumbres estúpidas de otro lado porque no estás en tu ciudad o en tu vieja escuela. Estás aquí. Así que piensa antes de hablar.
Isabella amagó con meter su cabeza en el retrete, a lo que Miley la empujó con su espalda para salir del cubículo. Estaba desesperada porque ellas eran tres. Por suerte, se zafó del agarre pero no parecía rendirse.
Cuando Miley quiso levantar sus cosas, Isabella la empujó con la planta de su pie haciéndola caer al suelo. Su cabello negro y lacio estaba despeinado, además de su mirada clavada en aquellas tres amigas.
Miley quedó callada.
—Uh... ¿acaso estás poniendo esa mirada desafiante para que tengamos miedo de ti? —dijo Diana con un tono de burla.
Su cabello rubio y ondulado casi perfecto recorría sus hombros. Miley pensaba que era muy bella para ser una basura. En cambio, Isabella con su cabello pelirrojo le sentaba perfecto, al igual que Rachel que llevaba su uniforme completamente apretado a juego con su melena larga y castaña.
Isabella acercó su rostro al de Miley como si estuviera apunto de decirle un secreto.
—No quiero oírte más hablarle de aquella manera a Dylan porque vendré y meteré tu cabeza en ese maldito retrete —lo señaló.
Miley no asintió y ni siquiera formuló una letra. Sentía miedo y mucha impotencia, podía jurar que estaba temblando pero aún así no quería ser una cobarde. Su madre no se había sacrificado tanto por ella para que sea de esa forma, aunque... a veces era muy difícil.
Antes de irse, Rachel pateó el envase de su crema contra la pared.
Al parecer, ellas encontraron con quién jugar.
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Llegó la clase de Educación Física, y Miley divisó que Diana hablaba con Archie a su vez que le regalaba unas vagas sonrisas coquetas. A pesar de que el chico no le estaba prestando atención, ella no se rindió muy fácil. Miley notó que a Diana le gustaba mucho Archie, en realidad lo supo desde el primer día que pisó esa escuela.