𝐎𝐧𝐞𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐝𝐞 𝐁𝐨𝐤𝐮 𝐧𝐨 𝐇𝐞𝐫𝐨 𝐀𝐜𝐚𝐝𝐞𝐦𝐲

𝓢𝓱𝓸𝓽𝓸 𝓣𝓸𝓭𝓸𝓻𝓸𝓴𝓲 🔪🥀

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Advertencias: Todoyandere, Lemon.
Capítulo fuerte, muerte.

𝔸𝕟𝕘𝕖𝕝𝕖𝕤 𝕪 𝔻𝕖𝕞𝕠𝕟𝕚𝕠𝕤
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Cómo parte de un programa de entrenamiento para el futuro, cada cuatro meses cambiabas de agencia o academia para aprender todo lo referido a la curación de héroes y civiles.
Tu quirk te permitía sanar heridas de toda clase, y que mejor forma de entrenar ese poder tratando de primera mano a los héroes que resultaban heridos en combate, o alumnos aspirantes a héroe que entrenando se lastimaban.

Pasaste por la agencia de Ryukyu, Best Jeanist, la academia Shiketsu y ahora te tocaban cuatro meses en la UA.

Siempre estabas en contacto con los alumnos de la especialidad de héroes, obviamente. Tanto alumnos como profesores te recibian con los brazos abiertos, todas las clases y los tutores de cada curso. Tus compañeros momentáneos te agradecían por tu trabajo y con algunos llegabas a desarrollar una bonita amistad.

Más allá de tu quirk, tenías algo que era diferente a los demás. Y Shoto fue el primero en notarlo.

Todos siempre se acercaban al bicolor por conveniencia, queriendo ser amigo del hijo del gran héroe Endeavor. Otros, tomaban un papel de lástima con el chico que sufría por culpa de su padre. Pero tu eras diferente.

La primera vez que se vieron, fue en la enfermería dela UA, el bicolor se había lastimado el brazo derecho por usar demasiado su hielo, y no utilizar su quirk de fuego para contrarrestarlo.

El estaba sentado en una de las camillas, con su típica neutralidad y su uniforme de gimnasia, aunque había un ligero signo de dolor en su facción.

— ¿Shoto Todoroki? Un placer, soy _____. — te presentaste en cuanto llegaste con el. Revisaste documentación referido a al chico, para saber en detalle sobre su poder y si tuvo antecedentes médicos.

— Hola. —

— ¿Te lastimaste el brazo? ¿Te duele mucho? — preguntaste dejando a un lado los documentos y sentándote con él. Levantaste una de sus mangas para tocar su piel. Estaba fría.

— No es nada. Ugh... — habías tocado en un punto que si le dolía e inevitablemente soltó un quejido.

Colocaste ambas manos sobre la zona dañada, y dejaste que tu quirk actuara.
Lentamente, Shoto se iba relajando, la tensión por el dolor desaparecía.

— Mucho mejor. ¿No es así? — sonreíste y volviste a acomodar su ropa.

— Si... Gracias... — musitó, sorprendido, y dejando que hagas todo.