La vida y la muerte

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–Tu también eres una humana y además ahora que te escuchó no me quedan dudas de que solo querías un motivo para pelear y regresar a los brazos de Adam_ le contestó, la mujer se puso roja de la irá al ver que se había defendido_ no creas que no me daba cuenta que cada que regresabas de tus “vacaciones" nunca querías estar cerca de mí y menos que te viera desnuda a menos que estuviera oscuro y después de acostarnos_ se cruzó de brazos_ aquí la única que ha sido infiel e insincera haz sido tú, nunca debí haber confiado ciegamente en tí....

–Te arrepentirás de esta humillación Lucifer_ gruñó antes de salir de la habitación, sus tacones resonaban por todo el lugar o esa era la percepción del ángel caído.

Lucifer creyó que era bueno que se hubiera marchado de forma tan pacífica e inmediata pero no fue hasta algunos minutos después que fue a la habitación de Charlie que se dió cuenta que su pequeño no se encontraba en su cama.

–Char... ¿Charlie?_ llamó sin obtener respuesta, su vista comenzó a nublarse y comenzó a hiperventilar mientras recorría la habitación_ ¿Porqué te la llevaste Lilith?_ pregunto al viento llorando, la mujer debía estarse riendo porque no era capaz de sentir en donde estaban, lo bueno es que razzle y dazzle se habían ido con su hija, no podría permanecer toda la existencia oculta... Pero aún así eso no lo calmó y se acostó en su cama con un llanto que nunca había sido escuchado en el infierno, justo cuando creyó que su vida sería feliz y tranquila Lilith una vez más le quitó lo más preciado de su existencia.

Se quedó dormido después de llorar demasiado sin saber que la mujer viajo al mundo humano con Charlotte en sus brazos, creo un gran disturbio al llegar a rastrear el poder del rey de infierno, ya era débil por la cantidad de horas que habían pasado pero no se detuvo aún con el ladrido incesante de los perros o el ruido de la gente con antorchas acumulándose...

La mujer entro a la casa humilde y completamente a oscuras_ Parece un basurero_ murmuró viendo las velas gastadas, los colores opacos, una ventana fue abierta_ parece que se fue al bosque_ el pequeño cuerpo en sus brazos no se movía_ mantente dormida, tu serás mi pase a seguir teniendo poder algunos años_ salió a la oscuridad de la noche, el bosque era un gran contraste a su estilo de vida en el infierno dónde todo el tiempo hacia calor.

–¡Por allá está el asesino!_ gritaba la turba, Lilith sonrió y se apareció frente al de anteojos que trataba de esconderse, al verla se cayó hacia atrás.

–¿Usted quién es?_ pregunto levantándose mirando a su alrededor, las antorchas lejanas parecían acercarse cada vez más rápido_ tengo que irme...

–Tu no te irás_ dijo ella_ hay algo que tenemos pendiente, tú y yo_ movió su cabello mostrando sus cuernos.

–Nunca la he visto y además esta claro que no es humana_ intento rodearla una vez más pero cuando la mujer volvió a interponerse en su camino notó a la pequeña que yacía dormida en sus brazos, esas mejillas rojas y cabello rubio_ Es idéntica a..._ murmuró, miró hacia su mano y de igual forma había un anillo dorado_ usted es su esposa.

–Parece que siempre sí sabes algo de mí_ alzó una ceja en su dirección_ o más bien de él.

–Hablaba mucho de su familia, le pido una disculpa por retenerlo pero estaba desesperado_ respondió Alastor, ahora entendía porque parecía intimidado cada que alzaba una mano en su dirección como juego, ella era más alta y con sus tacones y cuernos la hacían ver imponente, lucia molesta y no entendía porque.

–Ja, seguro dijo mi nombre más de una vez mientras estabas acostados y desnudos en una cama_ gruño ella.

–Espere, usted esta malentendiendo algo, eso nunca sucedió. Se quedó en mi casa sí, pero ni siquiera en la misma habitación_ intentó explicar pero al ver los ojos de la otra iluminarse se dió cuenta que no le importaba nada de lo que decía_ usted no es una persona buena para el, su corazón tiene mucho resentimiento y ambición_ su actitud no solo era de alguien celosa, tenía irá al estar difamando a alguien que solo le habló de las cosas más buenas de su vida, hacía que su sangre hirviera de coraje. No se imaginaba que clase de infierno personal vivió.

¿Porqué me olvidaste? RadioappleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora