Capítulo 6

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Lionel Messi volvió en sí poco a poco. Sentía un ardor en su cuello y llevó una de sus manos sintiendo un extraño líquido recorrer su blanca piel, se fue levantando con pesadez notando su cuerpo adolorido. Parpadeó varias veces para acostumbrarse a la luz, también sentía algo recorrer sus muslos y al darse vuelta notó una maraña de rizos sobresalir entre las sábanas.

Su respiración se agitó con fuerza al reconocerlo.

Apretó con fuerza su hombro soltando un leve grito ahogado cuando notó como sus dedos se habían teñido de sangre, lo peor fue alzar su mirada en dirección a la puerta encontrándose a Sergio Agüero en un estado de conmoción absoluta ¿Cómo es que se había convertido en un testigo no deseado? Los ojos de Sergio estaban fijos en su amigo y el esclavo somnoliento tomaba asiento sin darse cuenta de la situación, Guillermo simplemente se levantó y caminó al baño.

Su cerebro se encendió al notar a dos personas en su alcoba y asomó su cabeza con pavor al reconocer a Lionel Messi que yacía desnudo en su cama, así como su mejor amigo aterrado en la entrada. Tragó saliva y se vistió con lo que tenía cerca, un pants y una camisa blanca — ¿Lionel? — preguntó con nerviosismo al ver como se hacía un ovillo en su cama mientras lloraba.

— Maldito esclavo, has abusado de mi amigo — vocifero con odio Sergio y no dudó en irse contra el mexicano, que aún no lograba entender que es lo que había sucedido.

Guillermo estaba demasiado confuso para tratar de entender la situación y observar a un Lionel desnudo empujando a su amigo, le provocó un fuerte dolor de cabeza e iba hilando todo lo que sus ojos percibían. Trató de recordar que había sucedido justo antes de perder la conciencia, pero solo estaba el argentino con una bata deslizándose por sus brazos dejando su fino cuerpo expuesto.

— No hizo nada, Sergio. Guarda silencio o mis padres pueden escucharte —

— No están aquí, salieron está mañana muy temprano y me ordenaron venir aquí. Maldición Lionel, deja asesinar al esclavo por su pecado y...

— Cállate, solo cállate... yo lo seduje anoche

Y en la habitación reinó el silencio provocando una gran tensión.

Guillermo mordió su labio inferior y cubrió al omega con una manta, Sergio no apartaba su vista de ellos dos después de esa revelación.

— Es antinatural. Y tu cuello ¿Qué mierdas dirás ante esa marca?

El cuerpo de Guillermo se tensó ante ello y sin importarle nada más dejo al descubierto la marca que había hecho, lejos de sentirse mal o aterrado simplemente cerró los ojos para inclinarse a besar lo obra de arte disfrutando de un Lionel soltando un leve gemido señal de aceptación; Sergio era espectador de esa unión en ambos y al escuchar la puerta principal abrirse jaló a su amigo para llevarlo a su habitación donde se encerró lo más discreto posible.

Ochoa soltó un gruñido ante esa osadía e iba ir directamente en busca del omega, pero encontrarse con sus amos al salir de su habitación le hizo reaccionar y tuvo que inclinarse un poco en señal de sumisión, recordando su lugar en esa casa — ¿y mi hijo? — preguntó Scaloni con una expresión seria.

— En...en su habitación, amo —

— ¿Y Sergio? Le pedí que venga... — preguntó David.

— Con el joven amo... —

— Bien, prepara el desayuno. Tengo hambre — ordenó Beckham.

Los oídos de Guillermo zumbaban a cada rato ante el temor que sentía. Solo tenía algunos escasas imágenes mentales de lo sucedido anoche y mordía su labio inferior, sus manos temblaban que tenía un poco de dificultad en usar las manos. Sirvió los platos a los dos adultos y la presencia de Lionel Messi lo dejo sin aire en sus pulmones por unos microsegundos.

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