Capítulo 9

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En esos momentos Guillermo tenía la frente pegada a la ventanilla del auto y sonreía emocionado, era la primera vez en su vida que veía el mar. Jamás imaginó que aquella hacienda estuviera tan solo a kilómetros de la playa y sin darse Ochoa iba soltado su aroma fresco — Guillermo, contrólate por favor — ordenó Scaloni sin apartar la mirada del libro que leía.

Messi empezó a reír ante ese regaño y el mexicano lo mal miró por sus segundos.

Se detuvieron minutos después y los soldados fueron abriendo las puertas. Ochoa fue el último en bajar del auto sonriendo como un niño pequeño ante la brisa que acariciaba sus rizos ni siquiera meditó sus acciones y salió corriendo directamente a la playa importándole muy poco cargar con unas esposas pesadas. Los soldados iban ir directamente por el esclavo hasta que Beckham los detuvo — No está escapando, solo quiere nadar. —

— Aunque el muy imbécil no es consciente de sus esposas. Yo iré por ese idiota, papá. Antes de que se ahogue — intervino Messi malhumorado y ambos adultos fueron testigo de cómo Guillermo recibió un fuerte golpe en la cabeza provocándole un chichón al mexicano; Scaloni tuvo que cubrirse los labios para no reírse ante lo que observaba.

Su hijo arrastraba a Guillermo a la fuerza y Beckham solo negaba con la cabeza.

— Pueden retirarse, todo estará bien. — ordenó Beckham a los soldados e ingresó a la cabaña junto con su esposo.

Ochoa se masajeaba con la crema su chichón y escuchaba a lo lejos la risa de Messi — Pinché enano, te la voy a cobrar — expresó de forma retadora. David le lanzó una mirada dura y Ochoa encogió sus hombros ante el cambio de olor en su amo, prefirió irse a esconder en su habitación el resto de la tarde; después de un largo baño y que el chichón por fin bajara amarró sus rizos en una pequeña cola.

Odiaba estar trabajando en los eventos de la alta sociedad, soportando idioteces clasistas.

Alguna vez se preguntó si su país fue libre ¿Cómo terminó perdiendo parte del territorio mexicano? ¿En algún momento pudieron coexistir tranquilamente? Ni siquiera se percató de que se miraba así mismo a través del espejo hasta que Scaloni se asomó detrás de él al observarlo ausente — ¿Todo bien? — preguntó.

— Ehm... Sí, solo pensaba. — respondió rápidamente mientras se giraba un poco e iba inclinarse, pero fue detenido por el adulto.

— Sabes que conmigo no tienes que actuar así ¿Qué tanto piensas, cachorro? — y extendió su mano hacia el menor al notar como caía de rodillas.

¿Por qué no dejas que me vincule con este chico?

— Sería confirmar el éxito del tratamiento y condenarlos a los dos ¿Es lo que quieres?

No soy tu maldita rata de experimento.

— Solo busco tenerte aquí, odio la idea de que sean utilizados como un arma ¿Acaso deseas atacar a tu propia gente? Necesitó que te controles y dejes de aparecer abruptamente. Has sido el único sobreviviente del experimento, Beckham ha cumplido y liberó a Rafael. Deberías dejar de lado el orgullo y olvidar la libertad, así podré seguir protegiéndolos.

¿Y qué maldito futuro tendré después de que conquisten todas estás tierras? ¿Seguiré vivo? ¿Rafael seguirá vivo? ¿Qué sucederá con mi gente, omega? Tus malditos lacayos torturan a los humanos solo para alimentar sus jodidos egos y ni hablar del sádico de tu esposo.

Scaloni soltó un suspiro largo y cruzó sus brazos, otra mirada, como si desconfiaran del uno y el otro ni siquiera respondió el omega mayor, Beckham ingresaba de forma tranquila a la habitación del esclavo sin ninguna expresión.

Juegos inhumanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora