Una vida recién marchitada

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Era un 30 de octubre del año 1989. Eddie Stones es un niño de 9 años que vive feliz y a gusto junto a sus padres Tom Stones y la señorita Keyla Whites. Lo que Eddie no sabe es que ese mismo día su vida dará un cambio radical, o mejor dicho su vida quedará marchita.

Ese día, Eddie y sus padres habían decidido ir de picnic a un valle que esta cerca de un río poco caudaloso. Sabían que allí estarían tranquilos. 

A eso de las 12:30 de la mañana cogieron el coche y se dirigieron en dirección al valle. A mitad de camino un ciervo blanco, grande y delgado de una cornamenta gigantesca de color azul cian y decorada con lo que parecían joyas de oro pasó por en frente del coche. Eddie le habló a sus padres de lo que acababa de ver y él pensaba que también sus padres lo habían visto pero resultó que sus padres no lo vieron y pensaban que simplemente fue la imaginación del niño.

El camino al valle dura una hora y media desde la casa de la familia Stones pero parecía que apenas se movían desde la ocurrencia con el ciervo. Las horas pasaban y se empezó a hacer de noche pero ellos seguían en la carretera, sin ninguna señal humana a su alrededor.

Después de un rato ya era completamente de noche y la familia decidió bajar del coche. Estaban en medio de la carretera, solos y con frío. Al cabo de unos minutos empezaron a escuchar sonidos que asemejaban a rugidos de alguna criatura gigante y la verdad que razón no les faltaba cuando se dieron cuenta que encima del coche había un ser formado por un humo negro que creaba dos garras enormes y una cabeza en la cual solo se podían apreciar un sombrero de copa formado por este mismo humo y una larga sonrisa sádica y terrorífica.


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