Cuidado con lo que sientes

Dolor en bucle

ADVERTENCIA: EN LA PARTE FINAL DE ESTE CAPÍTULO HAY IMÁGENES CRUDAS QUE PUEDEN DAÑAR LA SENSIBILIDAD DEL ESPECTADOR.

Todo se había quedado callado en la plaza. Nada sonaba. Se empezaron a escuchar pasos que venían del agujero. Todos miraron al agujero sorprendidos. De allí apareció Sinnisjúkur.

-- Hola guerreros.-- dijo el villano mientras abrochaba su túnica roja y negra en un tono muy sádico.

-- Tú eres...-- dijo Eddie

--Sí... Yo soy Sinnisjúkur, el desquiciado. JAJAJAJAJAJAJAAAAA!!!!!!!!!-- Él empezó a reír de una forma muy malévola.-- Y tú eres Eddie, el nuevo guerrero invencible.--

-- Sí lo soy y quiero que sepas que mi destino es destruirte.-- dijo Eddie amenazante.

-- Y por si no lo sabes, en la leyenda tú también mueres.-- exclamó Sinnisjúkur.

-- Tienes razón.-- dijo Eddie decaído. De repente, Vón se transformó y corrió hacia el villano para intentar clavar sus cuernos en él. Pero él lo esquivó.

-- Jaja, que te crees Vón? Yo no voy a luchar, pero se de alguien que sí.-- dijo Sinnisjúkur muy sonriente. Sinnisjúkur abrió y empezó a echar su característico humo por la boca. El humo se fue materializando poco a poco en una bestia mortífera. El monstruo era un gusano gigante, con grandes fauces, era viscoso, parecía que estaba hecho de moco. Vón no lo dudó y corrió a embestir al gusano. Sus cuernos le hicieron una gran herida, pero al estar hecho de ese moco, rellenó la herida con aquella masa. Vón repitió esto muchas veces hasta cansarse, pero el gusano no parecía sentir dolor de ninguna forma. En eso apareció Dirvi de nuevo, tenía las alas prendidas en fuego y volaba a una velocidad inexplicable hacia el gusano. Lo volvió a atravesar pero esta vez, al estar en llamas, Dirvi había quemado parte de la substancia viscosa por lo que tardó más en regenerarse, pero aún así lo hizo y logró regenerarse. Los guerreros allí presentes ya no sabían que hacer, todo lo que estaba a su alcance no era capaz de derrotar al gusano. Vón se humanizó y dijo:

-- Creo que ya es hora de llamar al nuevo protector de Eddie, creo que él nos puede ayudar en esta batalla.-- dijo Vón tomando aire.-- El problema es que necesitamos unos minutos para traerlo y en ese tiempo el gusano podrá hacernos muchas cosas.-- dijo Vón desesperada. En eso Sterkur se levantó de donde estaba e hizo una especie de señal con su cabeza a Vón como diciéndole ''déjame a mi''. En eso Sterkur emprendió el vuelo hacia el gusano y comenzó a atacarle, pero el efecto era el mismo, no podía derrotarlo ya que se regeneraba. Vón comenzó a hablarle al cielo:

--Eg biði til gandahermannin, sum stendur við stjørnurnar, um at koma til mín.-- gritó Vón enfocada en el cielo. Lo repitió un par de veces. De pronto se empezó a ver un pequeño destello en el cielo que cada vez se hacía más y más grande. Era un meteorito! Pero no uno cualquiera. Cuando la gran roca chocó contra el suelo y terminó su onda expansiva, se abrió por la mitad y de ahí apareció un hombre, esbelto de carácter oriental, que vestía un kimono recubierto con piezas de su armadura. Tenía un moño hecho con ayuda de una larga cinta de color rojo decorada con inscripciones en mandarín. Traía su espada envainada en el costado y aunque parecía un persona seria y dura tenía un carácter dulce y amable. Se llamaba Chénmò de Zhànshì.

-- Vón,... eres tú? Ahh, por fin vuelvo al tierra. Cuanto tiempo ha pasado?-- preguntó el guerrero.

-- Pues como unos trescientos años.-- dijo Vón seria.

-- Y porqué me habéis llamado?-- dijo Zhànshì.

-- Te necesitamos para que termines con aquel gusano de allí.--dijo Vón señalando al monstruo. Zhànshì no rechistó y sin que nadie se diera cuanta ya estaba al lado del gusano. Daba saltos muy rápido sin que el gusano lo viera, y le propinaba cortes muy grandes con la espada, todo esto a un velocidad increíble a la que nadie podía verlo, o como mucho solo veían pequeños destellos. Pero esto aún no era suficiente y aunque el gusano no lograba adivinar donde estaba Zhànshì, aún seguía regenerándose.