𝟎𝟗;

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En otro lado, en la Torre de los Vees...

Mientras Lucifer y Alastor lidiaban con sus propios problemas, en lo alto de una torre imponente, una reunión secreta tenía lugar. La Torre de los Vees, hogar de Vox, Valentino y Velvette, estaba envuelta en un aire de conspiración y maquinaciones oscuras. Vox, con su usual apariencia fría y calculadora, estaba sentado en un sillón de cuero negro, observando atentamente un mapa sobre la mesa.

—Tenemos que traerlo de vuelta —dijo Vox, con la voz tan helada como siempre—. Alastor no puede seguir escondido. Y más importante, no puede quedarse con ellos.

A su lado, Valentino sonrió, un gesto que irradiaba confianza, pero con un toque evidente de coquetería. Sus ojos se desviaron hacia Vox, examinándolo mientras hablaba.

—Oh, Vox, querido... —dijo Valentino en un tono suave, sus labios curvándose en una sonrisa traviesa—. No sé por qué estás tan tenso por este asunto. Estoy seguro de que lo recuperaremos, pero ¿estás seguro de que no es porque extrañas tenerlo cerca? —Mientras hablaba, se inclinó hacia Vox, dejando claro su intento de seducción.

Vox, con una mirada de desdén, ignoró el comentario coqueto de Valentino, apartando su atención hacia Velvette, que estaba sentada al otro lado de la mesa, completamente absorta en su teléfono, deslizándose sin prestar atención a la tensión en la sala.

—¿Velvette? —dijo Vox, visiblemente irritado por su falta de interés—. ¿Tienes algún plan? Ya sabes, algo que nos ayude a recuperarlo.

Velvette levantó la vista de su teléfono, suspirando ligeramente. Aunque parecía desinteresada en la situación, todo el mundo sabía que, cuando se trataba de estrategias, ella era insuperable.

—Sí, sí, ya tengo todo planeado —dijo, dejando el teléfono sobre la mesa—. Pero primero, deja que aclare algo: me importa poco este drama con Alastor. Lo único que quiero es que todo esto se termine pronto, así que aquí tienes mi plan.

Velvette desplegó un gráfico detallado sobre la mesa, señalando varios puntos de la ciudad.

—Escucha, si realmente quieres recuperarlo, necesitamos una distracción lo suficientemente grande para sacar a Lucifer de la ecuación. Él es el que está protegiendo a Alastor, y mientras siga cerca, va a ser casi imposible capturarlo. Pero, si creamos caos en diferentes puntos de la ciudad, podemos dispersar su atención y hacer que Alastor quede expuesto.

Vox miró el plan con detenimiento, asintiendo lentamente.

—Es un buen enfoque —dijo Vox, su mente calculando las posibilidades—. Valentino, encárgate de los recursos. Necesitamos que esto sea rápido y eficaz.

Valentino, aún con una sonrisa seductora, asintió mientras se ponía en pie, su chaqueta colgando desinteresadamente de su hombro.

—Por supuesto, Vox. Lo que tú digas. Ya sabes que siempre estoy aquí para lo que necesites.

Velvette rodó los ojos al ver cómo Valentino continuaba con sus comentarios coquetos, pero Vox, completamente centrado en el plan, no prestó atención. Sabía que, a pesar de su actitud, Velvette era la clave para llevar a cabo la misión.

—Muy bien —concluyó Vox—. Nos moveremos pronto. Alastor no tiene mucho tiempo. Y cuando lo capturemos... se arrepentirá de haberse escondido de mí.

De vuelta con Lucifer y Alastor...

La noche estaba cayendo cuando Lucifer y Alastor, ajenos a lo que estaba ocurriendo en la Torre de los Vees, seguían planeando su próximo movimiento. Mientras tanto, en las sombras, Vox y su equipo estaban preparando su ataque, esperando el momento perfecto para hacer su jugada.

¡voten!

Palabras: 550

"Rosas en el Asfalto" RadioApple/AppleRadio OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora