' ¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apuesto a que si. Pero entre pensar y vivir hay una diferencia muy grande, creo. Imaginemos... Rainelis, una mujer dulce y delicada. Rai, sexy e impotente, ¿Cuál elegirías tú...
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Miami, Florida - Estados Unidos de América. 02:40 AM. Rainelis' POV.
Entré en mi camerino sin poder creer lo que acababa de pasar. Estaba muy emocionada con todo, Alondra López me había hecho suya. Y yo estaba bien con eso, seguramente ahora todo sería más complicado. Si dejar a Alondra antes era una tarea difícil ahora era imposible.
"¿Qué hiciste, Rainelis?..." —
Negué con la cabeza, mientras me vestía. Cuando miré al espejo me di cuenta de algunas marcas en mi cuerpo, Alondra me había dejado marcas rojizas alrededor del cuello y cerca de los senos, maldita sea.
Cuando terminé de ponerme la última prenda, di una última mirada al club, y no había rastro de ella allí. Alondra sabía que no quería verla con alguien más, y ella me obedecería firmemente.
Salí por la puerta de atrás para no ser vista por nadie. La noche era fría, las ráfagas del viento hacían que mi cuerpo temblara. Caminé rápidamente a la avenida más cercana, cuando vi a Alondra subir a su auto. Ni siquiera notó a alguien a su alrededor, ella había obedecido mis órdenes de no permanecer en Imperium sin mi presencia. Eso realmente me agradó.
Mi deseo era acercarme a ella, y pasar el resto de la noche en sus brazos. Pero por hoy, ya había cruzado los límites, por lo que no debería continuar.
En exactamente quince minutos estaba entrando en mi apartamento, imaginando que Molly estaba dormida y Ari también. La casa estaba en silencio puro, caminé a pasos lentos sin hacer ruido, y cuando finalmente abrí la puerta de mi habitación, ella ya me estaba esperando. Abril.
— Riri, ¿Por qué llegas a esta hora?
Abril preguntó con suspicacia, la mujer se acercó a mí alrededor como si estuviera analizándome.
— El show terminó algo tarde hoy.
He contestado con el menor entusiasmo posible, fingir o mentir a Ari era prácticamente imposible, esta mujer me conoce mejor que nadie.
— No me mientas, Riri, hoy la presentación fue en grupo. Me imagino que tu retraso tiene nombre y apellido.
La miré, tratando de ocultar una sonrisa en su rostro, no se le escapa nada.
— No voy a mentirte Ari, mi tardanza se llama Alondra López.
— ¡Lo sabía! ¿Qué has estado haciendo con la jefa?
Ari preguntó asustada y entusiasmada al mismo tiempo. Se sentó en la cama, pidiendo que me sentara a su lado. Su mirada era curiosa, y con un toque de ansiedad. La mujer cogió du vaso de agua, tomando un poco mientras se aperaba a que yo dijera algo.
— Tuve sexo con ella.
Al escucharme, Ari escupió todo el líquido que estaba bebiendo, lo que me hizo reír a carcajadas.
