La precaución raramente comete un error.
—Confucio.
Frustrada, trato de mantener mi cabeza aquí y no en Yoko, quien no ha respondido mis llamadas desde que salió del hospital hace cinco horas. Duke tampoco está respondiendo su teléfono. Lo cual tendrá jodidas serias consecuencias.
Mis ojos se posan en el comandante del equipo SWAT que está dentro de la sala de interrogatorios. El espejo entre nosotros es unidireccional, no es que él no lo sepa.
Sus manos están temblando. Él se mantiene levantándose y sentándose, actuando como si estuviera nervioso y listo para salir.
—Su hija de veinte años no ha ido a sus clases en cuatro días — dice Donny, observándolo conmigo—. La compañera de piso dice que ella no ha ido a casa por una perdida familiar, estamos rastreando las llamadas del celular para ver si Plemmons la contacto de esa forma, ¿Tal vez mintió con la artimaña de haciéndose pasar por alguien más? La madre parecía genuinamente sin conocimiento, no tenía idea sobre porque estábamos haciendo tantas preguntas.
—¿Brunette? —Le pregunto, aun estudiando a Lee Norris mientras pasea por la habitación, entonces se sienta y se levanta de nuevo.
Él definitivamente esta agitado. Él es nuestro soplón.
—Si —Responde Donny—. Plemmons raptándola muestra un nivel de organización que no encaja con sus antecedentes, o de lo poco que sabemos sobre él. Él sentía que nos estaba engañando todo este tiempo pero cuando lo descubrimos, lo tomo como un desafío personal para superarnos.
Asiento en concordancia.
—Voy a entrar. Mira si puedes contactar a la Detective Duke. ¿Qué dijeron las patrullas?
Él aprieta sus labios y yo lo estudio.
—¿Qué? —Le insto.
—Los chicos dijeron que Yoko los sacó de la propiedad, no quise decírtelo con todo lo demás que está pasando. Ella se alejó en el coche y básicamente les dijo a todos que se jodieran, tú incluida.
Golpeo mi puño contra la pared, el yeso desmoronándose alrededor.
—Nunca te he visto perder la calma como la estás perdiendo ahora, Faye. Quizás deberías tomarte...
—No termines esa oración —Ladro, frotando mis nudillos ensangrentados en mis pantalones, ignorando la quemadura—. Todos están emocionalmente comprometidos en esto, no solo yo. Envía a Leonard con nosotros. Norris querrá atacarme en los primeros minutos.
—¿Estás seguro que tienes la cabeza para esto?
—Él hablará inmediatamente. Nos culpara por matar a su hija, pero también puede ser la pista para atrapar a este enfermo hijo de puta. Mi cabeza está trabajando jodidamente bien. Encuentra a Yoko. Llámame si lo haces.
Me giro y salgo de la habitación, y voy directo a la sala de interrogatorio donde Norris salta de su silla, mirándome al segundo que doy un paso dentro.
—¿Qué demonios crees que haces encerrándome aquí? ¿Tienes alguna idea de qué clase de reportes de subcomité podría...?
—Erica Norris es tu hija, ella ha estado desaparecida de sus clases universitarias durante cuatro días debido a una muerte en su familia. No ha habido ninguna muerte en tu familia —digo, callándolo.
Él se vuelve de un aterrador tono blanco, y todo su cuerpo se vuelve laxo cuando cae en la silla, perdiendo la capacidad de levantarse.
—Acabas de hacer que la maten —dice en un susurro. Entonces sus ojos se vuelven letales cuando golpea su puño contra la mesa, la furia apresurándose a renovar su energía—. ¡Tú hijo de puta!
¡Hiciste que la mataran!
Él se abalanza, pero Leonard aparece justo a tiempo agarrándolo por el cuello, mientras yo continúo apoyado contra la pared, manteniendo mi expresión en blanco.
—Le filtraste la redada a él —continúo—. ¿Qué teléfono usaste? ¿Él te dio uno?
—¡Tú bastardo! —escupe, ahogando un sollozo mientras Leonard lo detiene—. Sabías que él la tenía y ¿Aun así me trajiste aquí? ¡Tú asesino despiadado!
Me alejo de la pared, moviéndome hacia la mesa que nos separa y apoyo las manos en ella, inclinándome hasta que sus ojos conectan con los míos.
—Lo teníamos y le avisaste. ¿Qué pensaste que haría con ella una vez que ya no le fuera de utilidad?
Él solloza, quebrándose en frente de mí. —Él juro que no la heriría si le alertaba de cualquier amenaza, él me juro que me la regresaría, siempre y cuando mantuviera mi boca callada... él lo juro. ¡Ahora, me has puesto aquí y no hay oportunidad de eso!
—Tú eres la razón de que él este allí fuera. Tú eres la razón de que no lo tengamos en custodia ahora mismo —Le recuerdo, con un borde helado en mi tono, mientras apago todas las emociones por las que él está pasando como un padre.
—¡Él ni siquiera estaría aquí si no fuese por ti y tu jodido equipo!
—Él estaría en Boston —dice Leonard calmadamente—. Asesinando a la esposa, hija y hermana de alguien más... nosotros no hicimos al asesino, comandante. Nosotros estamos tratando de detenerlo, usted tomo nuestra mejor oportunidad. Finalmente lo teníamos.
Norris lo pierde, sollozando con tanta fuerza que se vuelve incoherente, su cabeza cae en sus brazos y llora en el hueco de su codo.
Es posible que su hija aún este viva pero es poco probable. Tengo que desprenderme de la culpa que intenta abrirse camino en mí. Las casualidades nunca son fáciles de aceptar, pero en esta línea de trabajo siempre están ahí. Si tú no te insensibilizas de ello, no lograrías estar ni dos meses en este campo.
Lo que él no sabe es que la mejor oportunidad de sobrevivir de su hija habría sido con nosotros redando esa bodega. Él habría huido, habría intentado escapar entonces, llevarla con ella habría sido demasiado arriesgado.
Lo más probable es que ella todavía estuviera respirando y es más que probable que lo tuviésemos en custodia.
No le digo eso. Es mejor para él culparnos a nosotros que soportar la responsabilidad de la muerte de su propia hija, al menos puedo ofrecerle esa misericordia.
Débilmente, él saca un teléfono de su bolsillo y Leonard lo levanta.
—Él envió eso —Norris susurra roncamente—. Dijo que me dejaría oír su voz dos veces al día.
—¿Lo hizo? —pregunta Leonard.
Norris limpia sus ojos, asintiendo tristemente. —Cinco segundos cada vez. El tiempo suficiente para que ella me rogara que la salvara.
Él se rompe de nuevo y Leonard sale con el teléfono. Para ahora, Erica Norris está muerta o deseando estarlo, quizás lo ha estado deseando durante los últimos cuatros días.
Algunas veces, los indigentes hacen de la vista gorda a todo lo que pasa a su alrededor, es su mecanismo de supervivencia surgiendo no su humanidad. Es supervivencia de la calle. Ellos han sufrido por tanto tiempo, que sufrir más sería demasiado pero con el incentivo suficiente, ellos dirán cada palabra que necesites.
Ahora mismo, los que viven en esa bodega están diciendo lo que saben a cambio de dinero, antiético pero no ilegal. Pero la información no es mucha.
Plemmons reclamó una trastienda y mantuvo a la chica encadenada allí. la encerraba con un candado cuando se iba, y se la llevaba con él en otras ocasiones.
Sangre fue encontrada en esa habitación. Él ya ha escapado con ella, posiblemente la cortó unas cuantas veces para obtener lo que necesitaba, pero no lo suficiente como para matarla. Un par de paquetes de suturas fueron encontradas allí, significando que probablemente él reparo el daño que hizo con métodos bruscos, lo justo para evitar que se desangre.
Por cuatro días, ella lo padeció. Por cuatro días, ella probablemente oró por su muerte.
Por cuatro días, su padre mantuvo su boca cerrada y jugo un juego peligroso del cual no tenía derecho a jugar.
Él debió haber venido hacia nosotros inmediatamente, y Plemmons ya estaría en custodia. Su hija estaría en su propia cama, a cambio de donde sea que ella está en este momento.
Camino fuera mientras él continúa sollozando, dejándolo llorar en paz.
—Ve si puedes conseguir más de él, cuando la primera oleada de emociones termine —le digo a Donny cuando se reúne conmigo en el pasillo—. ¿Algo de Yoko?
Él sacude su cabeza lentamente. —No. Le pregunte a Marissa para ver si podía conseguir noticias de ella, ya que Alan está cubriendo la búsqueda de grabaciones de este tipo.
Voy directamente hacia el cubículo de Marissa y la encuentro golpeando el teclado, pero no es a Yoko a quien está buscando. Ella está buscando el mismo material que Alan.
—¿Qué demonios? Donny dijo que tú estabas tratando de buscar a Yoko.
—Yoko no es mi prioridad ahora mismo, Faye. Una chica inocente esta en las manos de un asesino serial y estoy tratando de ayudar a salvar su vida.
Me encanta como lo hace sonar, como si yo fuera un idiota controlador en lugar de tratar de evitar que alguien más aterrice en sus manos.
—Sabemos que ella será un objetivo, especialmente ahora. Si ella no estaba en su radar antes, lo es ahora desde el incidente en el hospital.
Marissa me ignora, aun tecleando.
—¡Demonios, Marissa!
Ella se gira, fulminándome con una fría mirada. —Estoy en busca de la chica que sabemos que está en problemas. Ocúpate de tu novia, quien a duras penas conoces por ti mismo. Es muy probable que él no tenga la habilidad suficiente para piratear la alimentación del hospital incluso es más probable que él sea lo suficientemente estúpido como para haber ido allí, dado cuan organizado e inteligente él aparenta ser. Dada nuestra nueva situación, Déjame. En. Paz.
Ella se gira de nuevo y yo suelto un largo suspiro. —Bien. Encuentra a Erica Norris. Encuéntralo a él.
—Eso planeo. Muchas gracias por tu aprobación —dice sarcásticamente.
Odio admitirlo pero ella tiene razón, no tengo nada que hacer pidiéndole que deje de buscar a una chica que sabemos está en problemas, para que busque a mi novia. Ella estaría a salvo y en su casa con protección policial si yo no hubiese perdido mi temperamento en el hospital, debí haberle texteado. Mi teléfono estaba muerto, y no tenía idea que alguien le notificaría a Duke de lo que había pasado.
No quería preocuparla, así que solo iba a decirle sobre ello más tarde, cuando ella pudiera poner sus manos sobre sobre mí y comprobar que yo estaba bien y verlo por sus propios ojos. ¿Quién demonios le está notificando a Duke lo que pasa?
—¿Por qué alguien de nuestro departamento le avisaría a la Detective Duke sobre nuestro ataque? —Le pregunto a Carl cuando me uno al tablero donde él está mirando continuamente las fotos.
Incluso él está tratando de detener a Plemmons antes de que ataque de nuevo.
—Me pregunté la misma cosa —dice distraídamente—. Su jefe lo llamó. El jefe está siendo informado de la progresión del caso, considerando que estamos compartiendo este caso con las autoridades locales para unir las fuerzas laborales. Él llamo a Duke como cortesía para con tu chica pero dijo que no tenía especificaciones para compartir —Carl se gira para enfrentarme—. Él tenía especificaciones, simplemente paso por alto el compartirlas y nuestros chicos no le dieron a ella ninguna información o reenviaban sus llamadas a ninguno de nuestros teléfonos. Ella no está en nuestra lista de llamadas.
Un escalofrió me inmunda.
—Él sabía que ella iría allá —digo severamente.
—El jefe está jugando con nosotros porque quiere este arresto — agrega Carl—. Su departamento consigue menos atención porque nosotros somos sus vecinos. Todas las cosas de alto perfil del Distrito Centro van directamente hacia nosotros, junto con todas las ciudades de alrededor. Es más común aquí que en cualquier otro lugar donde solemos esperar una invitación.
—Así que se lo filtro a través de Duke sabiendo que ella se apresuraría al hospital.
—Después de que le habíamos dicho que tendríamos a las autoridades locales haciendo guardia en el hospital, revisando a todos y cada uno que se pareciera a Plemmons. Le dijimos que pensábamos que él querría encontrar una forma de observar nuestro dolor y ver el miedo y pánico que había causado.
—Y él quería ver a Yoko —digo.
—Y posiblemente la siguió a casa —dice Carl, su mandíbula apretándose—. Maldito hijo de perra. Llamé a la patrulla ellos me dijeron lo que había pasado, pero enviaré a uno de nuestros muchachos para ayudar a vigilar también. Tenemos algunos de los que podemos prescindir, a pesar de que aún están mojados detrás de las orejas.
Al menos una persona entiende que Yoko también es un objetivo y donde sabemos que eventualmente él atacará, si es consciente de ella.
No me siento tan paranoico o loco ahora.
—Gracias —le digo. Se encoge de hombros. —Las personas me verán como racional al respecto pero lo encuentran como un abuso de poder si lo haces tú, tiene sentido para mí dar un paso dentro, pero lo hago porque veo lo que tú ves. Todos los demás solo ven a Erica Norris —su expresión se vuelve sombría—. Ella ha estado muerta desde el día en que él la rapto, incluso si su corazón aún late ahora mismo.
Sé esto, pero no lo quiero decir en voz alta para nadie más. En el fondo de sus mentes, lo saben también.
—Nuestra única oportunidad de salvarla fue arruinada cuando su padre jugo un juego de sádico sexual —añade Carl en un largo suspiro—. No tengo que ser un perfilador para saber todo eso. Nuestra única ventaja es saber que Yoko está probablemente en su lista, deberíamos concentrar todos nuestros esfuerzos allí.
—Pero no podemos —digo, la frustración apoderándose de mí.
—Porque ellos quieren que busquemos a esta chica —Concuerda Carl—. Y Yoko está molesta contigo. El GPS de su coche fue inhabilitado poco después de que ella lo comprara. Descubrí eso, desafortunadamente y, o su teléfono está muerto, o quito la batería para evitar que la localicemos de esa manera. Es inteligente si es el último. ¿Hay alguna razón por la que tu chica trabajaría tan duro para cubrir su rastro de esa manera?
Incluso yo admito que es extrañamente sospechoso. —Yoko es extremadamente privada. Además, ella no confía en la fuerza policial como originalmente pensé.
Él asiente lentamente. —Tiene sentido. La mayoría de las personas no confían en el gobierno en general ahora mismo. Si a ella le gusta la privacidad y los derechos civiles, tendría sentido.
¿Ella incluso tiene WIFI? Porque parece que tampoco puedo encontrar eso.
—No me tomo el tiempo exactamente de enlazarme al WIFI cuando estoy allí, así que no tengo idea.
—Bueno, de todos modos, no la puedo encontrar. Tengo a Sarah de crímenes de cuello blanco ayudándome. Ella dijo que la chica sabía como evitar ser encontrada. Ella vio mucho de esto, cuando trabajo en crímenes sexuales. Mujeres que fueron abusadas repetidamente, abandonaron la red y se volvieron aisladas y privadas. Dudo que ese sea el caso de tu chica, ya que ella parece cómoda en su propia piel y libre de miedos, pero encontré muchas similitudes en sus extremos de privacidad como lo que Sarah me estaba diciendo. Es siempre la primera conclusión que ella saca.
Mi estómago se revuelve. Nada sobre ella tiene una etiqueta de víctima, pero pienso en cuando la conocí por primera vez. Ella era más indiferente, inmediatamente a la defensiva pero no retrocedió de mi toque.
No. No. Mi cabeza está demasiado abarrotada ahora mismo, y no estoy pensando claramente. Ella no está huyendo de nadie. Si acaso, ella es demasiado valiente, sin entender la severidad de la situación.
—Alguien que alguna vez fue abusada físicamente en esa forma no se alejaría de la policía sabiendo que es una posible víctima de un sadista sexual, la quiero en custodia policial. El detalle protector ya no es suficiente, ellos me tomarán en serio si me respaldas.
—Ya lo intenté —dice, nuevamente sombrío—. El director dice que tú no puedes controlar a tu novia usando los recursos de FBI. Él no ve una amenaza para ella que no pueda ser manejada con una patrulla extra, él no cree que valla tras ella en absoluto, ya que ni siquiera sabía que tú estabas involucrado con alguien.
—Como si él fuera la persona más observadora del mundo. — Gruño.
—Enfoquémonos en lo que tenemos por ahora —dice Carl—. Ellos están incrementando las patrullas, pero hay muy poco que puedan hacer si ella los expulso de la propiedad, pero debido a lo que acaba de pasar con el comandante de SWAT, estamos atrapados hasta donde llegan las manos adicionales. Nadie con familiares vivos les permitiría saber que está sucediendo antes de que realmente suceda. Eso mucha revisión de antecedentes, y encima localizarlos...
—Entiendo. El director quiere toda nuestra atención enfocada en él ahora, a cambio del posible futuro. Es tan inteligente como estúpido pero estoy preocupado y soy parcial.
Me da una palmada en el hombro. —Quizá sea parcial también, pero porque tú eres uno de los pocos que sabe que soy más guapo que tú.
Me rio un poco y él sonríe antes de irse. Necesito enfocarme. Con suerte, Yoko se fue para encontrar un hotel muy seguro y removió la batería de su teléfono porque le sugerí que él podría ser hábil con una computadora.
—¿Cómo hizo este tipo para saber el nombre del comandante de SWAT o el de su hija? —pregunto en voz alta a nadie en particular.
—Porque él tiene habilidades informáticas —dice Carl inmediatamente, como si acabara de darse cuenta también.
—Necesitamos aclarar nuestras cabezas y empezar a pensar como si estuviéramos en cualquier otro caso —digo en la habitación mientras me giro alrededor—. Ahora mismo, él está en nuestras cabezas apresurándose en nuestros procesos de pensamiento y volviendo nuestras emociones contra nosotros, en mi especialmente.
—Volviéndonos unos contra otros también —dice Donny mientras entra observándome—. El comandante oficialmente odia lo que siempre ha defendido. Plemmons quizá tenga un genuino IQ2 que nunca detectamos. Hay una razón por la que de repente ansiaba la atención. Un hombre que nunca tuvo algo con lo que quizá se conformara.
—Pero un hombre que ha probado algo que no sabía que quería, trabajará ferozmente para probar más —dice Elise, conmocionándonos a todos mientras entra en la habitación con muletas, luciendo maltratada y golpeada con un brazo en un cabestrillo.
—Demonios —sisea Carl, yendo a agarrar la silla de ruedas de emergencia desde el rincón.
—Trata de ponerme en esa cosa y tú estarás usándola cuando termine contigo. —Ella gruñe, deteniéndolo secamente.
Los ojos de ella se mueven hacia mí.
—Quiero encontrar a este hijo de perra. Él está hecho mierda en algún lado, está demasiado cómodo con esta ciudad, demasiado cómodo con la situación entera. Él no mostro ni una pizca de pánico hasta que Lisa le disparo, incluso entonces, él parecía más enojado que en pánico y si no podemos encontrar algo de su pasado, es porque encontró una forma de borrarse él mismo.
—Trabajemos entonces —le digo mientras cojea hasta el escritorio.
—Pido ser la primera en dispararle al bastardo cuando llegue el momento —Ella añade bajo su aliento, haciendo que mis labios se muevan.
Por mucho que jodidamente lo odie, tengo que parar de concentrarme en Yoko. Hay una delgada posibilidad de que Erica Norris sobreviva a esto, pero le debo a ella el dar todo mi esfuerzo a esa delgada posibilidad.
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Desviado FAYEYOKO 2
FanfictionLIBRO 2 CONTINUACIÓN DE "EL RIESGO" +21 ASESINATOS EXPLÍCITOS AU ADAPTACIÓN TAL CUAL AL LIBRO Faye G!P Dark romance Si causa molestias o algo así, elimino la historia. Todos los derechos a su maravillosa autora S.T. Abby (denle amor a la obra orig...