08 | Encuentros Nocturnos

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Evelyn

Anoche llegué a la casa de Jack, después de haber conseguido trabajo en la taberna. Había conseguido el trabajo con más facilidad de la que esperaba, No he empezado a trabajar aún, pero tener algo asegurado me da un poco de tranquilidad.

La casa estaba vacía. No había rastro de él. Por un momento, el silencio fue más pesado de lo normal, y una punzada de desconfianza me recorrió. Me había acostumbrado a su presencia, aunque no quisiera admitirlo, y no encontrarlo allí me dejó una sensación incómoda, como si algo estuviera fuera de lugar.

No solo no lo encontré cuando llegué, sino que tampoco volvió en toda la noche. La casa permaneció en silencio, y cada sonido fuera de lugar me mantenía alerta. No es que esté acostumbrada a que me dé explicaciones, su ausencia prolongada hizo que el malestar creciera, sin embargo seguí con mis cosas como si no me importara demasiado.

Aun así, mi mente empezó a especular sobre lo que podría estar haciendo, más después de haberlo visto en el bar en compañía de una chica. No puedo evitar desconfiar, aunque solo sea un poco. Me gustaría pensar que todo es inocente, pero no puedo sacudir esa sensación de que algo se me está escapando.

Me gustaría estar equivocándome. Ojalá toda esta desconfianza fuera solo producto de mi mente inquieta, pero algo dentro de mí no deja de poner en duda sus intenciones. Después de todo, siempre he tenido que cuidarme sola, y confiar en alguien más nunca ha sido fácil.

Al final, me quedé sola, preguntándome dónde estaría y qué estaría haciendo, mientras el cansancio me arrastraba lentamente al sueño.

˗ˏˋ ★ ˎˊ˗

El clima estaba sorprendentemente agradable. Una ligera brisa recorría el aire, fresca pero no incómoda, y me hacía sentir un poco más en calma. Mi cabello ondulado flotaba brevemente con cada ráfaga, como si la misma brisa intentara arrancar de mí los pensamientos que me inquietaban. Por un momento, el ambiente parecía tranquilo, casi en contraste con la tormenta de dudas que llevaba dentro.

Camino por el pueblo, rumbo a la taberna. Es mi primer día de trabajo, y aunque debería estar concentrada en lo que me espera, no puedo evitar sentir esa tensión bajo la piel. Las calles están tranquilas, con pocos transeúntes, y el sonido de mis pasos resuena en mi mente, marcando el ritmo de mis pensamientos. Mientras avanzo, trato de enfocarme en lo que viene, pero una parte de mí sigue distraída, atrapada en lo que pasó anoche y en la ausencia de Jack.

No lo he visto desde anoche. Jack no apareció en casa ni siquiera esta mañana, y esa ausencia pesa más de lo que quiero admitir. Mientras camino hacia la taberna, no puedo evitar pensar en ello. Me esfuerzo por mantener la calma, por concentrarme en mi primer día de trabajo, pero su falta de presencia se siente como una sombra constante a mi alrededor.

Me detengo a observar el atardecer que se asienta sobre el pueblo. Los tonos dorados y rosados pintan el cielo, envolviéndome en una cálida calma que contrasta con el torbellino de pensamientos en mi mente. La luz del sol poniente parece darle un toque mágico al paisaje, y por un momento, me dejo llevar por su belleza, intentando encontrar un poco de paz en el resplandor de la tarde.

Al llegar a la taberna, me esfuerzo por despejar mis pensamientos y enfocarme en el trabajo que tengo por delante. Abro la puerta y el aroma a cerveza y aperitivos inunda mis fosas nasales. El calor del lugar y los olores familiares me envuelven, proporcionando un contraste agradable con la frescura del atardecer que dejé atrás. Mientras me adapto a la atmósfera vibrante y bulliciosa del establecimiento, me esfuerzo por concentrarme en las tareas que me esperan, intentando dejar de lado las preocupaciones que me han acompañado hasta aquí.

The Witch's Legacy  |  El legado de la brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora