13. El Pasado de Gemini

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—Fourth está insistiendo en que quiere saber la verdad y yo ya no sé qué decirle. Será mejor que vayas y hables con él —dijo New, desesperado ante su marido por la insistencia del peliblanco.

—¿Regresó? —preguntó Tay, soltando todo lo que tenía en mano.

No podía creerlo, luego de casi un mes y todo lo que habían hecho por saber de él, Fourth volvía a la manada como si nada, y encima exigiendo sobre un tema que creía haber dejado atrás, pero no. Debió suponerlo, Fourth nunca dejaría de querer saber sobre su proveniencia... el problema es que él tampoco tenía idea de eso como para darle la información que buscaba.

Caminó a paso rápido hasta la cabaña, viendo como el omega revolvía todos los cajones y muebles habidos y por haber en la casa.

—¿Qué haces? —preguntó el alfa, frunciendo el ceño.

—Busco algo que me diga la verdad ya que ustedes no quieren hacerlo —contestó Fourth, volteando a verlo.

New solo se quedó a un lado cruzado de brazos, anticipando el drama que estaba por llegar. Fourth era muy terco y jamás iba a olvidar eso. Tarde o temprano lo sabría.

—No hay nada, Fourth. Somos tus padres y así va a ser siempre.

—Acabas de delatarte.

—No vas a encontrar algo que no existe.

—¡Quiero saber! —explotó, sobrepasado con todo lo que estaba sucediendo— ¡No entienden! ¡No tuve un buen día! —tiró lo primero que tuvo cerca— ¡Voy a tener un cachorro! ¡Quiero saber si él podrá hacer lo mismo que yo! —tomó aire intentando tranquilizarse cuando notó que andaba muy alterado y eso no era bueno para su cachorro— ¿Un ancestro hacia lo mismo y por eso yo también? ¿Mis padres son otros? —relamió sus labios, sintiéndolos repentinamente secos— Quiero saberlo, ¿cuál es su miedo? ¿Qué ya no los quiera? Si ustedes son mis padres de sangre o no siempre los voy a querer a pesar de que son una basura con Ford, porque me criaron y me dieron un hogar. Por favor, solo quiero conocer quién soy y por qué puedo hacer lo que hago.

—Es que no hay ninguna verdad —se apuró a decir New, pero Tay lo interrumpió poniendo una mano en su hombro.

—No, está bien, ya no vamos a ocultarlo —dijo él, llevando su vista a Fourth— Es cierto, no eres nuestro hijo de sangre —admitió.

Ya estaba, no tenía más chiste seguir manteniendo un secreto a vivas voces. Era evidente que no era hijo suyo, que era diferente, que podía hacer cosas que otros no. Iba a formar su propia familia y primero para eso debía saber sobre sí mismo, descubrirse y sacarse ese peso de encima.

Enmudecido, Fourth apartó una silla y se sentó, pues eran demasiadas emociones fuertes en un solo día. Una cosa era suponer algo y otra confirmarlo, sobre todo cuando se trataba de algo tan delicado como eso, lo que lo llevaba a sentirse perdido.

—Te encontramos hace años, estabas solo en los montes y no pudimos dejarte ahí. Estabas solo y eras un bebé indefenso —habló New.

—¿S-solo? ¿No había nadie conmigo? —preguntó Fourth. Las lágrimas comenzaban a nublar su vista.

—No había nadie —Tay también negó— Era casi de noche y hacía mucho frío. Te llevamos porque, pues ya teníamos a Ford y quizá otro lobo te iba a querer, pero me encariñe muy rápido contigo. Eras un bebito precioso que había llegado a nuestras vidas, entonces te adoptamos como nuestro —se acercó a donde estaba, tomando otra silla para quedar frente a él— Por eso nos duele que digas que no es así, porque te hemos cuidado como uno desde ese día.

Presa Fácil || GeminiFourth Donde viven las historias. Descúbrelo ahora