Presa Fácil || GeminiFourth

11. La Respuesta de Satang

Luego de aquel sexo delicioso, Fourth salió a marcar el camino desde el río hasta la casa, acompañado de Gemini, que andaba atento a los alrededores. Era para que Ford no se perdiera cuando quisiera visitarlo y no tener que viajar tan seguido hasta la manada. Luego del incidente anterior, dudaba de que tan buena idea era ir. Su única razón era su hermano, y si él no podía moverse de su hogar, el castaño sí.

Al regresar, Gemini divisó a Winny en la puerta. ¿Qué hacía ahí el desaparecido ese? Frunció el ceño porque las visitas de sus hermanos siempre eran infortunadas.

Apuró el paso, adelantándose a atenderlo antes de que Fourth lo notara: -¿Qué haces aquí? -preguntó por lo bajo.

-Vine a visitar, ¿no puedo? -sonrió Winny- Ya me enteré de mi sobrino... bueno, si es que sobrevive.

-Cállate, si va a vivir -volteó en cuanto escuchó a Fourth acercarse- Ve adentro amor -lo tomó, dándole un beso en la frente.

-¿De qué habla? -preguntó Fourth, algo serio. Ya se le hacía un tanto extraño que los hermanos de Gemini hablaran tanto de muerte y cosas horribles.

-Ya sabes, que algunos omegas no sobreviven el parto -mintió el mayor.

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Al otro día, la lluvia caía fuerte y abundante fuera. Casi ni había luz del sol al abrir las ventanas, pero si lo suficiente como para no tener que prender las velas. Fourth no tenía idea de cómo harían para llegar a lo de Satang. Seguro un par de pasos y terminarían empapados y no quería eso, se podía enfermar. Era complicado salir de esas cosas.

Se había despertado varias veces por el ruido de la lluvia, siendo incapaz de pegar un ojo nuevamente, por eso se dedicaba a acariciar a su alfa, mimándolo y llenándolo de amor. Acariciaba su cabello y dejaba besos en su piel.

Inconscientemente Gemini ya andaba ronroneando. Era inevitable para él hacerlo cuando estaba feliz. Fourth lo hacía feliz.

Se refregó contra Fourth como un gatito, haciéndole saber que ya estaba despierto. Su ronroneo era tan fuerte que pegaba contra el pecho de su omega, pero se sentía demasiado bien.

-¿Ya despertó el gatote? -dijo Fourth, por lo bajo.

-Miau -contestó Gemini, haciendo sonreír a su omega.

-Ya veo de dónde saca ese miedo Gemini -exclamó con fastidio- Ya no quiero que digan eso, no voy a morirme.

-Si bueno, ve a alimentarte o algo -movió su mano con desinterés. ¿Desde cuándo un omega podía opinar sin que se lo pidieran?

-Ve a sentarte, ¿no quieres que te lleve algo? -dijo Gemini, guiando al peliblanco hasta la puerta. Cuidaba de él 24/7, no quería que nada le pasara.

Winny se alejó de la entrada, de brazos cruzados mientras esperaba a que Gemini dejara de andar de esclavo atendiendo al lobo raro. Estaba curioso sobre el supuesto cachorro que tendrían. Eso no era normal, no para Gemini y su naturaleza. Para ninguno de los tres, de hecho.

Era una maldición que los había perseguido durante años, de la que no podían escapar fácilmente, por eso habían tenido que adaptarse a aquello para vivir en paz. Uno por traidor y los otros por vengativos.

Gemini salió de la cabaña una vez le dio su bebida fresca a Fourth, viendo a Winny ahí parado aún. No sabía que buscaba y tampoco era algo que le importara, solo lo quería lejos de su vida.

-Si vienes para decirme lo mismo de siempre desde ya te digo que está vez no va a suceder -advirtió Gemini desde entrada, harto de lo mismo cada puto día.