4. ¿Trató?

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Fourth se sentó en la cama, viendo como Gemini dormía boca abajo, con la luz del sol dándole en la espalda. Se veía irresistible y le daban ganas de pasar sus manos por su piel, pero no quiso despertarlo.

Se quitó lentamente la tela en su pierna, viendo como tenia la herida. Aun sangraba un poco, necesitaba lavarla, necesitaba asearse.

Se levantó y revisó la ropa de Gemini, tomando lo que le gustó. Andaba dudoso de si seria correcto ir al río o no, pues era territorio de tigres y cualquier cosa podía pasar, pero confiaba en él y creía que estaría bien, además necesitaba conseguir comida para consentir a su alfa. Después de todo no estaba tan lejos, así que salió de la casa con un bolsito de tela en donde guardó lo que necesitaba.

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Mark avanzaba a paso lento, como queriendo retrasar el momento en el que debía enfrentarse a Tay, el alfa líder de la manada y padre de Fourth y Ford.

Se había desaparecido casi dos días enteros, sin dar señales de vida luego de fracasar en su misión de marcar a Fourth, pues tenía el permiso de Tay para ello. Solo por ser el mejor guerrero alfa de la manada, ganándose así la aceptación del líder. Sin embargo, cuando se enterara de que había salido todo mal, las cosas serian muy diferentes.

Algunos se acercaron a él en cuanto lo vieron llegar, atacándolo a preguntas de en dónde estaba y si se encontraba bien. Mark solo los ignoró, dirigiéndose directamente a la casa de Tay.

Tay salió de la cabaña en cuanto escuchó el alboroto por la ventana, junto a, su esposo y Ford, su hijo omega mayor. Mantenía una sonrisa triunfal en su rostro, creyendo que Fourth finalmente había sido marcado. Pues el omega era algo rebelde y dizque ninguno le gustaba, pero confiaba en que Mark lo lograría, con o sin el consentimiento del peliblanco.

—Hasta que al fin el mejor guerrero regresa. —dijo Tay.— Se que mi hijo es una fiera, pero no creí que te tomaría un día entero. ¿La pasaron bien? —observó el lugar, a ver si lograba divisar a su hijo, más no lo lograba.

Mark apretó la mandíbula, sabiendo que se le venia la noche encima en cuanto le contara:—Debo hablar con usted, las cosas salieron mal.

—¿A qué te refieres? —frunció el ceño, perdiendo su sonrisa.

—No creo que este sea el lugar...

Tay no dijo nada y entró a la cabaña, seguido de Mark. New prefirió dejarlos solos, yendo a sus cosas. Luego se enteraría de los inconvenientes.

Mark pasó por al lado de Ford, cruzando miradas, pero no dijo nada. El rubio solo se quedó en donde estaba, bajando la mirada y largando un suspiro, sintiéndose totalmente rendido.

A Ford le gustaba tanto, pero sus padres se lo habían dado a Fourth, y eso lo mataba. No odiaba a su hermano menor, al contrario, lo amaba y era el único que lo apoyaba. Pues desde que se habían enterado que era estéril, se había transformado en la deshonra de la familia. Un omega que no podía dar cachorros era un omega inútil.

—Quiero saber que sucedió. —exigió Tay.— ¿Dónde esta mi hijo?

—Se escapó... —respondió Mark.

—¡¿Qué dices?! —se alteró. Era lo que menos esperaba de quien era el mejor luchando y en estrategias de la manada.

—No quería que lo marcara, peleamos y se escapó. Lo perdí a pesar de su olor fuerte, pero tiene su pierna lastimada, no puede haber ido muy lejos. —omitió lo del río. Si se enteraban de que se había ido por allí, lo darían por muerto y ahí si seria su fin.

Presa Fácil || GeminiFourth Donde viven las historias. Descúbrelo ahora