19. Final

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Cuando Fourth llegó a la casa de Phuwin, a pesar de estar totalmente agotado, hizo sus últimos esfuerzos por llevar a Gemini hasta la cama, ayudado por el joven alfa. El sudor caía por su frente y sus cabellos blancos se pegaban a su piel. El corazón parecía querer salirse de su pecho producto de la adrenalina, de no saber qué pasaría. Eran momentos cruciales en donde todas las posibilidades habidas y por haber.

En cuanto dejaron a Gemini en aquel lugar cómodo, se deshicieron de las prendas sucias y desgarradas, Phuwin corrió en busca de paños húmedos y lo que sea que necesitaran mientras Fourth intentaba detener las hemorragias, pero era imposible, eran heridas realmente graves.

-Resiste, amor -dijo Fourth, al ver que a Gemini se le dificultaba cada vez más respirar.

-Si no resisto... prométeme que seguirás adelante y que... y que serás feliz, muy feliz con Milk y Lego -logró hablar el azabache, apenas abriendo los ojos para ver al precioso omega que lo había llenado de alegrías y ganas de vivir en aquel año juntos.

-No, Gemini, vas a vivir ¿me oyes? -las lágrimas escaparon de sus ojos, resbalando por sus mejillas para finalmente morir en Gemini.

Había aguantado las ganas desde que llegó hasta Gemini, sin embargo, ya no era capaz. Se estaba rompiendo ahí frente a su amor, aunque no fuera lo que más deseaba. Debía estar fuerte para él, darle ánimos a través del lazo, las energías que le faltaban, más ya no podía. El dolor de solo pensar en perder al alfa que amaba con locura le quemaba.

Gemini negó, cerrando los ojos porque no poseía fuerza alguna ni para hablar, sabiendo que probablemente esas serian sus últimas horas en aquella larga y tormentosa vida que él mismo se había dado, por idiota y desgraciado.

Aunque, si hubiese sabido desde un principio que al final estaría con omega tan hermoso que lo llenara de vida y lo hiciera tan dichoso, con gusto lo volvía a hacer.

Fourth acortó la distancia y dejó tiernos besos en su frente. Su alfa necesitaba cariños: -Vas a vivir, ¿me oyes? Haré lo que sea necesario -tembloroso, Gemini tomó la mano del peliblanco y la llevó a su boca, depositando allí un beso- Te amo.

-Y-y yo a ti...

La fuerza de Gemini se desvanecía más rápido de lo que a Fourth le hubiera gustado, su pulso era cada vez más bajo y lo notaba algo desvanecido, casi desmayado, casi muerto.

-Hay que mantenerlo sin que sangre, pero es imposible -dijo Phuwin, que en silencio se había mantenido a su lado, ayudando en lo que podía.

Fourth largó un suspiro pesado, sin saber muy bien qué hacer. Si Gemini se iba, ya nada tendría sentido, solo sus pequeños lo mantendrían con vida a pesar de tal dolor.

Tocó la frente de su amado. Estaba hirviendo en fiebre.

-Necesito buscar a Satang, seguro él podrá darnos una mano. Escapó con éxito junto a su cachorro y es la mejor opción que tenemos. Él debe saber qué hacer.

En cuanto llegó, golpeó fuerte y reiteradas veces la puerta de madera, siendo atendido de inmediato ante tanta insistencia. Satang se sorprendió en cuanto vio que se trataba de Fourth y supo que no era nada bueno.

-Necesito que me ayudes. Atacaron a Gemini entre muchos y está muy mal, tengo miedo de que le pase algo peor -suplicó Fourth, casi desesperado mientras tomaba de la camisa al omega para que lo siguiera.

-Si si, claro que iré, pero ya que estas aquí necesitas saber algo respecto a Ford -el gesto de confusión en el rostro de Fourth fue grande, pues no tenía idea de lo que había pasado luego de escapar con sus cachorros- Está herido, pero por favor, no te alteres... aun no despierta.

Presa Fácil || GeminiFourth Donde viven las historias. Descúbrelo ahora