17. El Sueño

181 17 4
                                    

Un par de días después

-¿Aún no decides? -preguntó Gemini, viendo que el peliblanco aún estaba indeciso.

-No tengo idea de qué vaya a pasar cuando vea a Milk. Quiero creer que era algo obvio, pues saben que estoy contigo, pero aun así no sé.

-Estoy preocupado por eso, pueden reaccionar mal... -se cruzó de brazos, no muy conforme con la idea de llevar a sus cachorros hasta la manada- No los lleves.

-Lo sé, pero también tienen derecho a verlos, son los abuelos ¿no? Y sé que no dejarán de molestar hasta verlos. Ya tienen harto al pobre de Ford.

-¿Y si no quieren dejarte venir de nuevo?

-Usare mis poderes, bien lo sabes -acarició con delicadeza su rostro, dándole mimos a ver si con eso se tranquilizaba. Lo sentía muy nervioso y entendía el por qué, pero no había nada que temer.

-Ten mucho cuidado, no quiero que nada vaya a sucederte, ni a ti ni a los cachorros. Me sentiría inútil sin poder hacer nada por no poder cruzar el río -tomó su mano, inclinando aún más su cabeza, como si buscará más contacto del que estaba obteniendo.

Fourth y sus cachorros eran su vida entera, no podría vivir si no los tuviera a su lado. Ahora que sabía lo que era tener una familia y ser tratado con tanto amor, no se veía de otro modo que estando con ellos hasta siempre. Si les sucediera algo no se lo perdonaría nunca.

-Lo tendré.

Acortó la distancia y atrapó sus labios entre los suyos, besándolo con delicadeza, lento, disfrutando el contacto, su olor a pino. Lo amaba con todo y sus demonios, estaba perdidamente enamorado de ese alfa, y así como Gemini daba su vida por lo que tenían, él también era capaz de hasta lo más impensable por protegerlos.

Dejó a los cachorros con cuidado en un aguayo de colores que tenía, no sin antes dejar que Gemini le diera un beso a cada uno en la frente, y lo colgó de su espalda. Eso le permitiría llevarlos sin que nada les sucediera y mantener sus manos libres, aun con su forma animal.

Una vez llegó al río acompañado de Gemini, cruzó hasta el otro lado rumbo a su manada, bajo su atenta mirada. Odiaba que se fuera, pues se había acostumbrado tanto a tenerlo con él allí siempre, que tenerlo tan lejos era raro, pero no iba a decirle que hacer. No era nadie para eso, solo su alfa.

๑♡⁠๑

En cuanto llegó a lo de sus padres, lo primero que hizo fue fijarse que sus retoñitos estuvieran bien, y efectivamente así era. Tan pequeños y tiernos, con el correr de los días solo se iban poniendo más gorditos y preciosos, sus bebitos.

Una vez entró a la casa, le sorprendió encontrar solo a su madre. ¿En dónde andaba Tay?

-Hijo -exclamó New emocionado, levantándose de su asiento para ir directamente a abrazarlo. Pues estaba sorprendido, no esperaba que fuera a verlos tan pronto.

-Papá -sonrió Fourth, aun algo nervioso por su respuesta a pesar de tan cálida recibida- Venimos a verlos, a que conozcan a sus abuelos -sostuvo entre sus brazos el con sus cachorros dentro, sentados en el sofá de la sala junto a ella. Los destapó un poco para que los viera y sin duda Milk impactó notablemente a New, porque no le quitaba la vista de encima- Son Lego y Milk...

-Es... una tigresa...

-Si, y es hermosa. Mis dos cachorros son hermosos. Los tuve con mucho esfuerzo, fueron varias horas de parto, pero finalmente están aquí y tanto yo como mi alfa estamos felices con ellos. Así que papá espero, que no la hagas de menos por ello. Milk es tu nieta tanto como Lego.

Presa Fácil || GeminiFourth Donde viven las historias. Descúbrelo ahora