6. Energía Negativa

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Los ojos de Gemini se abrieron de par en par cuando llegó un olor nuevo a su nariz. Se sentó de golpe, viendo como el sol entraba radiante por la ventana. Fourth dormía plácidamente a su lado, aun sin señales de que estuviera por despertar. Mejor para él, porque así le daría la oportunidad de averiguar con tranquilidad quien había sido tan valiente como para atreverse a cruzar el río.

Por el momento sabia que era un omega por aquel suave aroma a vainilla.

Se vistió tan rápido como pudo y salió de la casa. Se acercó a la bomba de agua y movió repetidas veces la palanca para llenar sus manos de agua y refrescarse para así despabilarse del todo.

Tomó forma de tigre y su hocico se movió como el de un conejo, para luego largarse a correr tan silencioso como podía hasta donde sentía el olor. Entonces, a unos pocos metros del río pudo divisar a un omega de pelaje marrón. Se veía temeroso y oliendo mucho el terreno, como si buscara algo, pero a Chan no le importaba. No quería a nadie desconocido en su territorio.

De pronto, el omega echó a correr en cuanto sintió el olor a alfa y Chan no estaba dispuesto a dejarlo ir, quería respuestas, por lo que no dudó en seguirlo.

Lo alcanzó con facilidad y le saltó encima, atrapándolo fuertemente contra el suelo con sus grandes patas, sacándole un chillido de dolor y miedo. Incluso hasta sacó un poco las garras en forma de amenaza por si intentaba moverse.

Le gruñó mostrando sus colmillos, logrando que el omega bajara sus orejas, intimidado y casi temblando del susto. Sabía bien que no debía de estar ahí y aun así se había atrevido a cruzar.

—N-no me hagas nada, yo solo... —quiso hablar el omega.

—¡No tienes permitido entrar aquí lobo! —bufó Gemini. No le importaban sus explicaciones.

El lobo tomó forma humana, dejando ver sus labios carnosos, su piel blanca y su nariz pequeña. Su cabello castaño se encontraba levemente húmedo por el sudor que ya comenzaba a perlar su frente. Estaba notablemente nervioso.

Ford le dio una patada en sus partes, para luego darle un manotazo, logrando salirse de su agarre. Con sus piernas temblando, logró ponerse de pie y correr, escuchando como el alfa gruñía del dolor, pero sabía que más que nada eran gruñidos de enojo.

—Maldito. —gruñó Gemini y lo siguió, muy a pesar del dolor.

Ford volvió a tomar forma de lobo para correr más rápido en dirección al río, pero comenzaba a sentirse débil. Su vista se tornaba borrosa por momentos y el cuerpo le pesaba. No entendía porque se sentía así y más en aquel momento donde más necesitaba estar bien.

Gimini volvió a atraparlo, pero esta vez lo mordió en una de sus patas delanteras, fallando en su intento de tomarlo del cuello, pues de ese modo lo tendría inmovilizado. Pronto se formó una bola de pelos marrones y naranjas, una pelea de mordidas y arañazos en donde por obvias razones el alfa salía ganando.

El tigre se apartó largando un gemido de dolor cuando el omega logró morderle el hocico. No había sido tan grande el daño pero si le dolía y hasta comenzaba a sangrar.

Ford aprovechó a intentar escapar de nuevo. El río estaba frente a sus narices, no le faltaba nada, pero aun así no lo soportó más y simplemente se desplomó, llegando a tocar el agua con la punta de sus dedos.

Gemini estaba dispuesto a atacar al omega para terminar el trabajo, pero se detuvo cuando vio a un alfa lobo cruzar corriendo hacia el castaño, preocupado.

—¿Estás bien? —preguntó Mark, mirándolo por completo.

Ford negó. Estaba lleno de mordidas y arañazos que le ardían, pero lo que más le preocupaba era la pesada energía negativa que lo tenía tan mal. Incluso hasta sentía un pequeño asco en el estomago.

Presa Fácil || GeminiFourth Donde viven las historias. Descúbrelo ahora