¡Abraza la Oscuridad a la que llamas hogar! ¡Contempla un Trono de Hierro vacío!
¡Un legado de Mentiras! ¡Un Disfraz familiar! ¡Una sorpresa involuntaria!
Canta conmigo una canción de Conquista y Destino".
~Todos lo Sabéis
....
El día de la Boda amaneció con repique de campanas y gran fanfarria.
Señores y damas llegaron de todos los rincones de los siete reinos para felicitar a la nueva pareja; desde el lejano Norte, incluso hasta la distante Dorne. Muchos asistirían, nobles grandes y pequeños, todos traídos a la llamada del Rey.
Naruto no había visto a ninguno de ellos; al menos, aún no; estaba demasiado ocupado sufriendo un ataque de pánico en sus aposentos.
¿O eran aposentos? ¿Alojamiento? ¿Habitación?
¡Bah! En Poniente había demasiadas palabras rebuscadas para la misma cosa. Mejor decir las cosas claras, dejarlas simples y limpias...
.
..
...o eso diría si no estuviera tan ansioso. Realmente aterrorizado. Al principio lo había atribuido a los nervios, pero ni siquiera eso podía disipar el miedo escénico que sentía. Normalmente era bastante bueno con la gente, ¿sabes? Hablador y todo eso. Pero había visto a la multitud que entraba en la Fortaleza Roja desde la ventana de arriba y había mucha gente.
Su nuevo atuendo no ayudaba, ni tampoco el espejo.
"Me siento como un ganso disecado".
"Tonterías". Alicent le acarició con infinita paciencia, le ayudó ociosamente a ajustarse el atuendo. "Pareces un príncipe guerrero".
Le miró una manga chillona, frunciendo el ceño por el escaso movimiento que le permitía. "¿Con toda esta seda?
Ella arqueó una ceja. "Rhaenyra me habló de tus hazañas en las Piedras Escalonadas. No te pasará nada.
"Sí, pero mi espada...
"No se puede llevar al banquete", le recordó severamente, con la mano en la cadera. "Los señores y damas de Poniente ya desconfían terriblemente de ti y de tu repentino ascenso a la fama; lo sabes. Si te ven llegar con una espada en la cadera, muchos pensarán que pretendes sembrar el caos, cuando no la violencia descarada".
Alicent tenía razón, la fulminó. A veces odiaba jugar con sus reglas. Ya no por mucho tiempo, pero aún así, le irritaba.
"Aguanta", le tranquilizó Kurama. "Se lo demostraremos; se lo demostraremos a todos".
Y ese día no podía llegar lo bastante pronto.
No deseaba separarse de su nueva arma, pero incluso él se daba cuenta de que sería de mal gusto llevar una espada a tu boda, y menos de acero valyrio. Al menos, el otro día había encontrado una especie de nombre para aquella maldita cosa. Así es, su espada, antes sin nombre, ya no lo tenía.
A partir de ahora sería conocida como... Luz de Luna Guiadora.
De acuerdo, de acuerdo, no era el mejor con los nombres, ¿sabes? Aun así, sonaba mejor que Rompepiedras, Tejedor del Destino, Soñador de Lunas o cualquier otro nombre poético que no le conviniera. También era una especie de broma por su parte; había pasado noches muy interesantes desde que reclamó por primera vez esta espada al Cangrejero y encajaba con el torvo brillo azul de la hoja. Era un arma para matar, como él. Había cortado a innumerables hombres con ella en las Piedras Escalonadas y, además, ahora no podía llamarla Foxfire, ¿verdad? La gente ya le llamaba así. No estaría bien tener una espada con el mismo nombre.
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Naruto - Zorrofuego
RandomSólo su propia caída podía acabar con la Casa del Dragón. Como dice el dicho. Pues sólo un dragón puede aspirar a destruir a otro dragón. Pero, ¿y un zorro? ¿Qué podría hacer un zorro? La respuesta no está clara. Cuando un niño rubio llega a las pla...