Naruto - Zorrofuego

Capítulo 28: La Boda Negra (Parte IV)

Creo que hay cierta belleza en la violencia. Es un concepto sencillo: basta con aplastar todos y cada uno de los obstáculos que se interpongan en tu camino.

Puedes pensar que estoy loco si quieres, pero no me importa. Aunque tal vez lo esté por creer en semejante filosofía.

Pero piensa en esto: la gente es más honesta con sus espadas de lo que jamás podrá serlo con sus palabras.

¿Tú qué crees?

...

Hay quien dice que una boda dothraki sin al menos tres muertes se considera un poco decepcionante.

Por otro lado, en la lejana ciudad de Qarth, las mujeres llevan increíbles vestidos que muestran sus pechos a propósito.

Y en la salvaje Meereen, sus bárbaros pozos de lucha se consideran un deporte maravilloso, y los vencedores son aclamados como grandes campeones.

Pero esta no era una boda Dothraki, y no fue en Qarth o Mereen. Aunque Viserys a veces deseaba que así fuera, porque pensaba que la vida sería más sencilla si así fuera. Ni Qarth ni Mereen se oponían al asesinato. Mientras tuvieras riqueza y un fuerte brazo armado, tenías derecho a usarlos como quisieras, cuando quisieras y como quisieras.

Si alguien te cae mal, puedes simplemente matarlo.

¿Tienes un rival molesto? Córtale una pierna.

Si tienes problemas con tus súbditos, basta con ver algunos ejemplos.

Hoy en día era más difícil ser una buena persona que una mala.

A pesar de sus pretensiones de ser "civilizada", la sociedad westerosi no era mejor que la de sus vecinos. La violencia era común en los Siete Reinos, igual que en Essos. Simplemente se esforzaban más por ocultarla. Hacían que pareciera agradable, la ocultaban de miradas indiscretas, para poder decir que eran mejores.

La semana de bodas de Rhaenyra no fue diferente.

Hace sólo tres noches, arrojaron a Mellos y a Cole a las celdas negras y los dejaron sumirse en su miseria hasta que se derrumbaron. Hobert Hightower podría unirse a ellos esta noche si hacía algo especialmente estúpido. El señor parecía bastante hosco, al igual que su esposa. Justificable, supuso. Había echado por tierra cualquier plan que Otto y su hermano pudieran haber tenido.

Otto no había salido de los aposentos de la Mano del Rey desde que salió furioso del banquete. Probablemente le hubiera gustado, pero no se lo habían permitido. Ser Erryk y Arryk se habían asegurado de ello. Naruto había revisado la habitación en busca de pasadizos secretos quince días antes, había encontrado uno e inmediatamente se había sellado. Lo desbloquearían más tarde, cuando hubieran instalado una mano adecuada y leal en el lugar de Otto.

¿Tal vez Daemon?

¿Y por qué no? Su hermano merecía una recompensa por su lealtad; ¿qué mejor puesto que el de Otto? No era como si lo fuera a tener mucho más tiempo.

Viserys podía ver la ironía de un puesto tan elevado, y sabía que su padre lo habría aprobado.

Baelon el Valiente. Murió de un vientre reventado. Se lo llevaron antes de tiempo.

La idea le quitó el ánimo y el apetito. En ese momento pensó que había sido un accidente, o que los dioses le habían gastado una broma cruel. Mano del Rey durante cinco días y desaparecido antes de que acabara la semana. Había sido tan repentino. ¿Qué otra cosa podía ser sino una tragedia?

Pero ahora lo sabía mejor. Sí, lo sabía. Lo sabía. Padre habría sido un gran rey, mejor que cualquiera que él pudiera ser. Podría haber sido Jaehaerys renacido. Incluso ahora, años después de su muerte, el reino estaba peor por ello. Todavía le dolía a veces y se encontraba pensando en ello ahora más que nunca. No importaba, la parte responsable pagaría por sus crímenes. No con oro, no con disculpas, sino con algo mucho más primitivo.