Por siempre, para siempre, eternamente...

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—Te amo tanto, Taehyung.

Musitó, tomando suavemente la mano adversa entre la suya. Su piel se hallaba fría y Kook la frotó delicadamente con el objetivo de transmitirle algo de calidez. Taehyung no dijo ni hizo absolutamente nada; simplemente se quedó con la mirada en algún punto muerto. Sus ojos aparentaban estar idos, así como su expresión. No había un parpadeo, mueca o sonido. No había nada.

—Me alegra que hayas decidido quedarte conmigo... —reanudó Jungkook, sonriendo con evidente sinceridad. Taehyung ni lo volteó a mirar—. Eres el amor de mi vida —prosiguió entre suspiros que se le hizo inevitable no soltar. La curvilínea en sus labios permaneció, junto con aquel particular brillo de enamoramiento en sus redondos ojos—. Te amo tanto, tanto, tanto, Taehyung.

Pero el aludido tampoco mencionó e hizo algo. El menor volvió a suspirar, mientras bajaba la cabeza y se limitaba a soltar de poco en poco el contacto con el mayor.

—Supongo que... ya tengo que irme... —mencionó tras ponerse de pie—. Volveré más tarde, ¿sí, mi amor? Yo me encargaré de cubrir tu ausencia en la universidad —sonrojado, robó un tímido beso a los labios de su novio antes de apurarse en salir para cumplir con sus responsabilidades.

Estaba tan feliz como era posible estarlo. Después de meses de peleas, malos entendidos y rupturas con Taehyung, tal parecía que ambos habían encontrado estabilidad en su tóxica relación. El precio fue alto; sin embargo, Kim lo era todo para Kook, quien no dudó en hacer hasta lo imposible por que aquel hermoso chico de sonrisa rectangular permaneciera a su lado.

Cualquier cosa por más descabellada y enferma que pudiera considerarse.

Cualquier cosa...


[. . .]


—¿¡Dónde está Taehyung!? —cuestionó un Hoseok enojado, impidiendo que Jungkook diera un paso más. Este último sonrió con superioridad.

—Supéralo, Hoseok. Taehyung me quiere a mí. Se quedó conmigo y seguirá siendo así por siempre, para siempre, eternamente... —el mayor apretó sus puños, lleno de furia e impotencia. Entretanto, Kook se dio el lujo de carcajear—. Estaba contigo para darme celos a mí, ¡entiéndelo!

Negando frenéticamente, Hoseok presionó sus labios posteriormente de haber soltado unas cuantas lágrimas.

—No es cierto... —hipó—. Él me decía que no te soportaba, que estabas loco y que conmigo había encontrado la paz que tú jamás le diste...

Jeon alzó una ceja, tratando de que dichas palabras no hicieran máximo efecto en él. No obstante, eso le dolía como mil cuchillos atravesando su cuerpo.

—Me dijo que me amaba —prosiguió Hoseok—. Me dijo que se quedaría conmigo y que terminaría contigo de buena manera para no lastimarte. Él no quería hacerte daño, pero tampoco quería quedarse a tu lado. ¿¡Qué le hiciste, Jungkook!?

Y el mencionado se zafó bruscamente del agarre y entonces corrió en dirección a su casa, en donde, como los cuatro días anteriores, Taehyung lo estaría esperando.

La puerta se abrió con patente ira. Kook corrió hasta el sótano, llevándose inmediatamente una de sus manos a tapar su nariz por el mal olor en el aire. Habían una gran cantidad de moscos atraídos por el hedor. Sin pensarlo demasiado, bajó por completo y se dirigió al cadáver en apenas descomposición.

—Hoseok jamás te amará de la forma en que yo lo hago, Taehyung —dijo mientras se acostumbraba a la situación y, como de rutina, tomaba la mano ajena. El olor era insoportable, mas a Jeon eso le importaba poco si de tener a su amado cerca se trataba—. Yo doy todo por nuestra relación. He sacrificado cosas... —reprochó, soltando uno que otro lamento—. Y seguiremos estando juntos, mi amor. Yo sé que tú me amas —manifestó con plena seguridad, repartiendo cortos besos en la mano que sostenía. A su vez, restándole importancia a las moscas que iban de allí para allá—. Estaremos juntos por siempre, para siempre, eternamente...

Seguido de ello, se reincorporó vagamente y, sin rechistar, lo besó. Con el olor putrefacto, la carne ciertamente gris, la sangre negra, los ojos muertos y abiertos, la boca tiesa y fría, Jungkook lo besó.

Asimismo, olvidándose de la cantidad de animales que la pestilencia había atraído.

Y no importaba. No importaba siempre y cuando tuviera a Taehyung cerca.

Por siempre, para siempre, eternamente...

DATKSS © vkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora