El amanecer me encontró en una quietud pesada, una que no se disipaba con la luz. Los primeros rayos del sol se filtraban por la ventana, iluminando un rincón de mi habitación que apenas había tocado desde que llegué a Zephyria. Me desperté con una sensación de vacío que no parecía tener fin, como si la propia mañana hubiera llegado solo para subrayar el silencio que Freen dejó al marcharse la noche anterior. Me giré sobre el lecho, buscando en vano algún consuelo, pero las sábanas solo devolvieron el frío que siempre acompaña la soledad. No podía dejar de pensar en ella, en la forma en que se había alejado, en su mirada cargada de algo que no logré entender del todo. Y en ese espacio entre nosotras volvió a quedar una distancia que antes no existía.
Intenté respirar profundamente, pero mi pecho apenas se expandía. Me dolía, y no solo por lo que había pasado, sino por algo mucho más grande, más antiguo, algo que siempre había estado en mí pero que ahora, frente a todo lo que estaba perdiendo, me sofocaba con más intensidad.
Me levanté sin rumbo claro, sintiendo cómo mis pies, casi de manera autónoma, me llevaron hacia las murallas del castillo; a una colina cercana. Necesitaba aire, alejarme de todo y el bosque que solía traerme paz ahora solo se sentía como un reflejo más de mi realidad. El viento en Zephyria siempre había sido diferente, más suave y con un aroma dulce que recordaba a las hojas recién caídas. Pero hoy todo era distinto. El viento me rodeaba, pero no me tocaba, como si él, sabiendo lo que había hecho, me evitara.
Al llegar al borde de la colina miré el reino que se extendía más allá del horizonte. Podía ver las casas dispersas, las pequeñas granjas, los caminos que serpenteaban entre los árboles como arterias vivas. Era un reino que respiraba con vida propia, tan lejos de la rigidez de Thalassia. Este era el lugar donde Freen vivía, donde yo había intentado vivir, pero nunca lo había logrado. Zephyria nunca fue mi hogar, no realmente.
Freen... ¿por qué me elegiste?
Las palabras se repetían en mi cabeza, martilleando en mi conciencia como un mantra cruel. Siempre había sentido que no pertenecía, pero nunca lo había entendido tan claramente como en este momento. Freen, con su luz, su risa fácil y su poder, me había cegado de la verdad. Había querido creer que algún día podría estar a su altura, que podría ser más que una simple exiliada. Pero ¿cómo? ¿Cómo iba a poder encajar en un lugar que me recordaba cada día lo diferente que era?
De niña, en Thalassia, todo había sido sobre el poder, sobre ganar el respeto de los demás a cualquier precio. Mi padre me lo había dejado claro desde siempre. No había espacio para la debilidad ni lugar para el error. Y entonces ocurrió lo de Saint... ese maldito accidente que me costó todo. Thalassia me había rechazado y, por más que quisiera creer que podía empezar de nuevo aquí, Zephyria no era el tipo de reino que ofrecía segundas oportunidades sin exigir algo a cambio.
Mis errores, mis impulsos... siempre fueron parte de mí. Era quien era por ellos. Eso fue lo que me trajo hasta aquí, sola y rota, con nada más que el recuerdo de lo que perdí y las heridas que yo misma me infligí. Había sido impulsiva toda mi vida, incapaz de pensar en las consecuencias. ¿Cuántas veces había cruzado líneas que no debía, sin detenerme a pensar en el dolor que iba a causar? Había fallado a Freen una y otra vez. Y aún así... ella me seguía eligiendo.
Pero ¿por qué?
La brisa me trajo los sonidos del bosque a lo lejos, como un eco suave. Me sentí insignificante bajo ese vasto cielo. Las palabras de Freen resonaban aún en mi cabeza, desgarrando cada defensa que había construido para mantenerme a salvo. Me odiaba por lo que hice. Había estado tan cerca de robar el corazón de Aeloria, tan cerca de traicionar todo lo que Freen significaba para mí. Y ahora... ahora todo lo que me quedaba era este vacío.
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Zephyria's Heart - Freenbecky
FanfictionEn el misterio de un antiguo reino, donde los ecos de lo divino se entrelazan con la esencia de la Tailandia antigua, se teje una historia de amor, destino y redención. El corazón de Zephyria narra el viaje de Rebecca, exiliada princesa de Thalassia...