⚠️Este es un fanfic con Gally, y lo escribo porque hay muy pocas con el. Y casi ninguno me gusta, asi que voy a hacer uno. No va a ser igual que en las peliculas y tampoco igual a los libros. Va a tener otra historia interesante. ⚠️ ⚠️Hay más person...
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En la cama, a unos metros de mi, estaba Sarten inconsciente. Cada vez que parecía que recobraba la conciencia, volvía a caer de espaldas en la cama. El pobre debió de asustarse mucho.
—Gally solo aguanta—Pidió Lee, limpiando su mano, sin importarle la cara de dolor—Ya termino, falta poco.
—Solo hazlo más rápido.
—No mires—Dijo Lee, con una mano en mi mejilla, corriendo mi mirada de Gally.
— ¿Qué fue lo que pasó? —Indagó Alby
—Fue todo muy rápido. Solo fui a ver. No había corriente, el agua ni se movía y de repente sentí como me succionaba—Expliqué, teniendo los recuerdos algo borrosos.
—Había otro túnel. —Se metió Gally, llamando la atención—De ahí salió toda el agua. Y fue cuando pasó todo.
—Entiendo—Acarició su cabeza calva y tomó asiento.
Lee comenzó a vendar mi muslo, ajustándola bien.
Casi todos estábamos en la cabaña donde yo dormía. Callb estaba con Gally, ayudándolo con su mano. Zart se recargaba en la pared, detrás de ellos. Henry estaba en una esquina mirando y escuchando todo. Newt copiaba su postura. Y Dan estaba junto a Alby, de pie. Mirándome.
—Puedes vestirte ya—Musito lee, solo para que yo oyera, alcanzándome el pantalón.
Aún tenia los shorts, pero tenía que admitir que era incómodo estar así, rodeada de hombres. Los cuales me fastidiaban más o menos.
Henry subía mi incomodidad un doscientos por ciento. Dan lo aumentaba un treinta. Zart lo bajaba un cuarenta. Los doc's lo volvían a aumentar un cincuenta, por el echo de que no los conocía. Alby lo volvía a disminuir un veinte. La mirada de Newt lo subía a un cien por cien. Pero estaba Gally, la persona que me había rescatado de una muerte segura, poniéndose en peligro a él mismo. Pensar en eso, y en su mirada, hacia que toda sensación extraña se fuera. Como si solo estuviéramos él y yo en esta habitación. Pero ver su mano herida me hacía revivir el momento exacto en el que casi la corriente me arrastró por el túnel.
Hubo un momento en el que ya no había podido aguantar, mi mano se resbaló y, en ese instante sentí como si mi vida terminara por unos segundos, pero volvió tan rápido como se fue. Porque él llegó en el momento justo, devolviéndome la calma.
Cuando su brazo me sostuvo con fuerza, sentí tanto alivio qué solo podía pensar en que estaba a salvo. Había confiado tanto en él que en un instante pensé que si me desmayaba no importaría. Literalmente había dejado mi vida en sus manos. Algo que él no sabía.
