Te voy a amar

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Hoy es un día especial.

Mi Salo cumple años hoy y claramente vamos a celebrarlo como es debido.

Despierto antes para traer una carta y preparar el regalo.

Hace unos días me presentó a sus amigos y a su hermana como su novia. Obviamente ya los conocía de antes, pero él quería hacer esa "presentación oficial".

Me puse tan nerviosa, no me explico por qué. Pero ese pequeño detalle me hizo sentir muy feliz.

Claramente les informamos que queremos mantener la relación más privada por ahora.

Entonces decidí organizar una celebración hoy con todos ellos, aprovechando que es viernes.

Estamos en su casa. Voy al garaje a buscar en mi carro el regalo.

Lo abro y lo saco con dificultad, es grande.

Lo dejo en el sofá con cuidado.

La carta la tengo en mi bolso.

Subo y entro a la habitación, está tan profundo que me da penita despertarlo.

Me siento a su lado y lo veo descansar, sonrío. Me da tanta paz.

Sigo las líneas de su rostro con mi dedo índice. Beso la punta de su nariz.

Es hora de despertarlo, se nos hace tarde.

—Mi amooor... —digo susurrando.

Ni siquiera se mueve.

—Salo, ya está tarde mi vida, arriba yaaa —sigo hablándole y moviéndolo.

—No... —abre levemente los ojos y me toma por la cintura acercándome a él—. Venga para acá más bien.

Me recuesto a su lado y tomo su rostro entre mis manos.

—Buenos días dormilón —digo besando las comisuras de sus labios—. Feliz cumpleaños, amor mío.

—Ya es... Ay, es hoy —dice mientras se fuerza a abrir los ojos—. Gracias mi reina hermosa.

Nos besamos y siento que estamos en una burbujita de la que no quiero salir nunca más.

—Tengo sorpresas para ti hoy, vamos?

—Amor nooo... Durmamos otro ratico, sí? No hay mejor forma para comenzar mi día.

—Se nos va a hacer tarde Salomón, no sabes lo que va a pasar hoy —le digo tratando de que cambie de opinión.

—Porfa. Porfa, porfa —me dice y la que cambia de opinión soy yo.

—Te odio —me mira con el ceño fruncido—. Te amo, pero no te soporto a veces. No soporto que no pueda decirte que no.

—Te amo, tonta. Ahora sí venga para acá.

Sube mi pierna y la mitad de mi torso en el de él, haciendo que quede abrazándolo y con mi rostro entre su hombro y cuello.

Eternamente, tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora