Camino a tu casa

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Nuestra relación resurgiendo no es el único cambio en mi vida, mi cabello también cambió.

Sentía necesario un cambio, pasé por tanto con el cabello azul. Definitivamente tenía que darle un respiro.

Lo pinté de rojo.

Fue difícil convencer a mi equipo de que era una buena idea, pero lo logré.

El cambio fue drástico, pero me encantó y no fui la única en pensar así.

A Salo le encantó mi cambio, todos los días me ve y me piropea. Lo amo tanto.

"Carolina usted me va a hacer dar es un paro. Mamasota hermosa 😍"

Fue el mensaje que me dejó por DM luego de que anunciara mi cambio de look en Instagram.

Estoy sola en la casa, planeando y haciendo lluvias de ideas para los últimos detalles del tour que voy a seguir en unas semanas.

Estoy emocionada, siempre disfruto mi tiempo en los escenarios, siento que olvido todos mis problemas allí arriba.

Fue mi terapia cuando no estaba tan bien. Ahora que estoy mucho mejor, le agradezco a la vida por permitirme ser aún más feliz en tarima.

Suena mi celular. Veo la pantalla y es Salo.

—Aló —digo al contestar.

—Mi vida! Cómo estás? —dice Salo feliz.

Me hace sonreír. Paro lo que estoy haciendo.

—Mejor mi amor, tú qué? Te demoras? —respondo.

Ah sí, lo olvidé. Estoy enferma hace unos días, es una gripe pero me siento peor de lo normal. Salo me está cuidando y no se me despega del lado, sólo lo hizo hoy porque tenía una cita para una colaboración.

No canceló la cita porque lo regañé. Pero solo accedió a irse si le prometía que me iba a cuidar e iba a descansar.

Cuando estaba yéndose yo seguía dormida, entre sueños escuché cómo se despedía.

"Mi reina hermosa... Cuídate, no demoro en volver, te amo".

—Nooo, ya estoy yendo por el carro, ya la reunión se acabó. Llego en un momento —me cuenta.

—Está bien amor, ahorita me cuentas todo. Conduce con cuidado por favor. Te amo.

—Te amo más mi reina hermosa, no te preocupes —me dice para después despedirnos y colgar.

Mientras llega, voy a bañarme para recomponerme un poquito, la gripe me tiene tirada en la cama.

Me baño con cuidado, noto que tengo escalofríos, fiebre otra vez.

Me visto con un hoodie de él y un pantalón largo.

Escucho la puerta del garaje y el sonido del carro, bajo para abrirle.

Lo veo y me mira extrañado.

Entra en la casa y me saluda, me abraza fuerte y me da un beso en la frente.

Eternamente, tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora