Cap. 10: Una voz inaudible.

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En el inframundo.

Moebius

Había localizado el lugar en el que se establecía la humana que tanto había buscado el Amo Alix, para poder esconder en su vivienda el libro que le daría las instrucciones de su cristal y los otros; para que así sea capaz de activarlo. La joven viva en el Park Slope de Brooklyn, un lugar bastante poblado para el ataque predestinado en la zona; pero el Amo aun así insistió que se hiciese lo más pronto posible. Su llegada al mundo terrenal estaba predispuesta para la última luna llena del año, un siete de diciembre; en esas fechas Brooklyn es todavía más movido con todas las festividades de los humanos.

Sin duda será una batalla complicada.

Pero valdrá la pena. Esa traidora se lo merecía. Abandonó todo lo que su madre y tío construyeron alguna vez, destruyendo su propio destino. Ella merecía morir.

Akira sí, pero no la humana. Ella ni siquiera entiende la magnitud de todo esto.

Ya no es una simple humana. Ella es la propia reencarnación de Akira, ósea que es casi ella. Son órdenes del Amo.

Ella debe morir.

...

Luna

Lunes en la mañana en la casa de los Graves. Un desastre organizado.

A pesar de solo ser cuatro en la casa, parecíamos una familia de diez. Max no quería bañarse, papá estaba haciendo desastres en la cocina mientras mamá estaba luchando con él y mi hermano.

¿Dónde estaba yo? En la cama, aún. No me iba a meter en esa guerra sabiendo el temperamento de mis padres.

- ¡SOLEIL! -escuché a lo lejos, me incorporé en la cama, trataba de abrir los ojos sin parecer un zombi saliendo de su tumba cuando de nuevo mi madre gritó- ¡DESPIERTA DE UNA MALDITA VEZ!

Me estremecí por el susto y me levanté lo antes posible. Hice mi cama y fui directamente a ducharme. Después me sequé ligeramente el cabello con una toalla y trataba de que quedara algo ondulado.

Mi cabello tendría unas ondas hermosas si no me lo hubiese alisado ayer.

Termine de vestirme y arreglarme para esperar el autobús junto a Max afuera de la casa. Estaba acariciando a nuestro gato Mushu antes de subirme al transporte, me senté en algún lugar vacío cuando vi a lo lejos a Violett con Aurora y Lucy. En las ultimas semanas, cuando me distancié de ellas, las tres se hicieron muy cercanas. Siempre conversaban de cualquier cosa, estaban juntas en recreo, en clases, en todo. A veces me pregunto cómo habría sido todo si jamás hubiese tenido esa tonta discusión con Aurora. Seguro también estaría con ellas todo el tiempo, seguro que seria feliz a su lado.

Ya deja de pensar en eso. Ella se ve más feliz sin ti. Supéralo.

Traté de alejarme de mis pensamientos cuando vi que Zack y Samael se acercaban a mi asiento, este último se sentó en el espacio vacío a mi lado.

-Hola Luna, ¿Cómo estás? -dijo Zack con un tono mucho mas amable de lo normal- espero que estes teniendo un maravilloso día- mencionó ocultando con su cabeza a las tres queridas amigas.

Lo fulminé con la mirada mientras veía de reojo a Samael, el cual también parecía esperar algo.

- ¿Qué quieren? -pregunté secamente y sin rodeos.

-Oye, creí que ya no estarías enojada.

-No estoy enojada por lo de ayer Sam, apenas si pude dormir y no estoy de humor.

-Pues lo de no dormir si se te nota Lunita

Asesiné con la vista al idiota de Zack mientras sacaba mis apuntes de mi mochila. Supuse que era eso lo que querían, rara vez eran así de amables.

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