CAPÍTULO SEIS

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NuNew estaba en un estado de ánimo mucho mejor cuando regresaron al apartamento de la ciudad de Nueva York. La primera cosa que hizo fue pedir disculpas a Prem y Boun.

—Actué como un idiota. —dijo NuNew prefería pedir perdón en voz alta, no directamente a la mente de las personas que había perjudicado. No siempre era posible, como antes, con Prem, pero aún prefería hablar en voz alta. No estaba en su naturaleza ser arrogante sobre estas cosas.

El hecho de que él tenía el poder de todos los poderes conocidos en la historia de los vampiros, a excepción de Jorge, no quiere decir que no era lo suficientemente hombre para admitir cuando estaba equivocado.

Y sólo porque NuNew era el vampiro más poderoso en el mundo, no quería decir que Boun no quitaría la orina fuera de él. Se rió de NuNew.

—Creo que es probable que tendrás a Perth fuera de tu lista de tarjetas de Navidad.

NuNew se quejó.
—Oh, mierda.

Prem luchó con una sonrisa.
—Fue una sorpresa verlo. —El dijo, mirando a Zee. —Para nadie más que tú.

—Fue una sorpresa. —Zee admitió.
—Y ver a Perth feliz con Saint, más aun. Un destino merecido, supongo.

—Estoy de acuerdo. —Prem dio una sonrisa de complicidad. —El esperó aún más que tú.

—Y yo creo que tengo que pedirle disculpas a él también. —NuNew dijo, rodando los ojos. Intentó no sonar petulante y fracasó estrepitosamente.
—Si lo veo de nuevo.

Boun se rió de sí mismo.
—Oh NuNew, tú y Perth tienen mucho en común.

NuNew gruñó, y Zee levantó la mano.
—Un cambio de tema, ¿tal vez? —Le disparó a Boun un flash. —Deliberadamente provocar al vampiro más poderoso del planeta no es propicio para tu longevidad, Boun. O para la fundación de la construcción. En la actualidad existe una grieta saludable en la capa de hielo de la Antártida hasta la placa tectónica, para demostrar mi punto.

NuNew se encogió de hombros y Boun se rió un poco más, sin intimidarse de nadie.
Prem negó con la cabeza hacia él.

—Hablando de muerte dolorosa, ¿no es sorprendente que hay un mundo después de esto?
—Sus ojos azules bailaban con entusiasmo.

—¡Sí! —Zee lloriqueó. —Traté de explicar mi emoción a NuNew. —Él y Prem comenzaron a hablar del cielo y lo que podría significar, pero NuNew les dejó hablar.

—¿Realmente hiciste una grieta en el polo sur?
—Boun le preguntó.

—Chile y Argentina están probablemente experimentando tsunamis en estos momentos.

NuNew suspiró.
—Estaba enojado. Me di cuenta de que era el lugar más seguro para un estallido.

—No estás enfadado ahora, sin embargo. —dijo Boun.

—No, Zee me llevó a un lugar mágico.

Boun levantó la mano como si estuviera parando el tráfico.
—Para. No necesito escuchar sobre eso.

NuNew rió.
—No es ese tipo de magia. Pero ahora que lo mencionas. —Se volvió en la dirección por donde Zee había ido. —Eso es realmente una buena idea.

Jacques lo interrumpió. Tenía en la mano un libro escrito en latín.
—NuNew, ¿tienes un momento?

Supongo que el sexo tendrá que esperar.

—Por supuesto.

—Nos pediste buscar gárgolas. —Dijo.
—Creo que he encontrado alguna cosa.

La llave de Zee #3 (ZeeNuNew) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora