CAPÍTULO DOCE

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Con sólo una hora o así antes de la reunión de los clanes, NuNew explicó todo lo que había descubierto y les mostró una presentación de diapositivas telepática, donde habían estado y lo que habían visto.

Incluyendo la reunión con Gautier, que nadie parecía muy sorprendido. Les mostró el libro de San Pedro que había duplicado del Vaticano.

Prem tomó el libro, como si no fuera una réplica, con las dos manos cuidadosas y una sonrisa maravillosa.

—Ah, NuNew. —Arrulló.

Pretendiendo estar ofendido, Boun puso las dos manos a los lados.

—¿Y yo? ¿No sentiste falta de mí en absoluto?

Prem rápidamente lanzó sus brazos alrededor de él, y él lo levantó y le dio la vuelta, haciéndolo reír. Luego se quedó sin aliento.

—Ten cuidado con el libro, mi amor.

Boun lo puso de nuevo sobre sus propios pies y besó el lado de su cabeza con labios sonrientes. 

Prem, hablaba con fluidez italiano, recibiendo a Benito y Viviana con besos calientes en sus mejillas, diciendo que había sido un largo tiempo desde que se habían visto el uno al otro.

Pronto tuvieron la réplica del libro abierto sobre la mesa, junto con los cuadernos, bolígrafos y portátiles, y estaban en una profunda conversación sobre los planetas y los círculos de nueve puntos.

NuNew apenas tuvo tiempo para pensar. Con un profundo suspiro, se fue a su armario y el de Zee para cambiarse de ropa. Con una camisa limpia, tiró de sus pantalones vaqueros y estaba por cerrarse la bragueta cuando manos familiares tomaron su rostro. Zee.

El simple pensamiento de Zee, la proximidad, lo calmaba, lo centraba. Él cerró los ojos y se inclinó en las manos de Zee y suspiró de nuevo.

La voz suave de Zee susurró en la mente de NuNew.

Tú nunca descansas.

NuNew concordó con un movimiento de cabeza.

Nunca tengo tiempo a solas contigo. Es todo lo que quiero. Sólo paz y tranquilidad, y a ti.

Zee sonrió.

—Al igual que yo, m'cridhe. —Besó en los labios a NuNew, al mismo tiempo que alguien llamó a la puerta de su habitación.

—Es el momento. —Boun llamó. —No podemos llegar tarde, hermanos.

NuNew suspiró. Le robó un beso rápido y Zee dijo.

—Vamos allá. Vamos a acabar de una vez.

Tomó la mano de Zee y lo llevó de vuelta a la sala de estar

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Tomó la mano de Zee y lo llevó de vuelta a la sala de estar. Una vez un pacífico santuario de paz, donde podrían estar en el sofá, abrazándose, y hablar, ahora era una colmena en movimiento de actividad.

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⏰ Última actualización: Oct 04 ⏰

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La llave de Zee #3 (ZeeNuNew) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora