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Secretos en la Oscuridad

El viento soplaba con fuerza mientras Rosinante y Buggy se quedaban frente a la entrada de la cueva, observando cómo el hombre misterioso desaparecía en las sombras. Ambos se sentían aturdidos, pero sabían que no podían retroceder. El peligro los acechaba, pero la promesa de respuestas era aún mayor.

-Esto está empezando a parecer más complicado de lo que pensé -murmuró Buggy, quitándose el polvo de su abrigo.

Rosinante, con la mirada aún fija en la entrada de la cueva, asintió en silencio. Sabía que dentro de esas paredes oscuras se escondía algo importante, algo que tal vez les revelaría más sobre el pasado que intentaban dejar atrás, y sobre los peligros que enfrentaban en el presente.

-No tenemos otra opción -dijo Rosinante con determinación-. Si seguimos adelante, podremos descubrir la verdad. Si retrocedemos ahora, estaremos huyendo para siempre.

Buggy dejó escapar un suspiro y se cruzó de brazos, claramente frustrado por la situación.

-De acuerdo, pero si encontramos más de esos encapuchados o cualquier otra cosa rara, no dudes en decirme que nos larguemos de aquí.

Con una pequeña sonrisa, Rosinante asintió. A pesar del carácter temperamental de Buggy, el payaso pirata siempre encontraba la manera de proteger a los suyos, incluso si no lo admitía abiertamente.

Ambos avanzaron hacia la entrada de la cueva, adentrándose en su oscuridad. Las paredes estaban húmedas, y el sonido de sus pasos resonaba como un eco lejano en la vastedad del lugar. La atmósfera era sofocante, pero la sensación de que algo importante los esperaba más adelante los mantenía en movimiento.

-¿Qué crees que hay aquí? -preguntó Buggy, su voz reflejando una mezcla de curiosidad e inquietud.

-No lo sé -respondió Rosinante-, pero si el hombre misterioso está involucrado, seguro que no será algo simple. Siento que estamos cerca de descubrir algo más grande de lo que pensamos.

Mientras seguían caminando, el túnel comenzó a ensancharse, revelando una sala enorme con un techo abovedado cubierto de inscripciones antiguas. En el centro de la sala había un pedestal de piedra, sobre el cual descansaba un cofre sellado con un intrincado candado. A su alrededor, había varias figuras talladas en las paredes, representando escenas de batallas antiguas y criaturas mitológicas.

Rosinante se acercó al cofre con cautela, sintiendo una energía extraña que emanaba del objeto.

-Esto no parece algo que se haya dejado aquí por accidente -comentó, examinando el candado-. Sea lo que sea, está muy bien protegido.

Buggy, manteniendo una distancia prudente, frunció el ceño.

-No sé, Rosi. ¿Seguro que deberíamos abrir eso? Tengo un mal presentimiento.

Rosinante lo miró con una expresión pensativa. Sabía que Buggy tenía razón en ser cauteloso, pero también sentía que el contenido de ese cofre podría ser clave para desentrañar el misterio que los rodeaba.

-No hay marcha atrás ahora -dijo finalmente, y sin esperar más, empezó a examinar el candado con detenimiento.

Justo en ese momento, el suelo bajo sus pies tembló ligeramente, como si algo en la cueva hubiera despertado. Buggy dio un paso hacia atrás, mirando a su alrededor con ojos entrecerrados.

-¿Qué demonios fue eso? -preguntó, sacando sus dagas, listo para lo que pudiera aparecer.

Pero antes de que pudiera reaccionar, una luz tenue comenzó a emanar del cofre. El candado, que había parecido impenetrable, se abrió con un suave clic, como si hubiera estado esperando la llegada de Rosinante y Buggy todo este tiempo.

Rosinante se quedó quieto por un momento, sorprendido por la facilidad con la que el cofre se había abierto. Lentamente, extendió la mano hacia la tapa y la levantó.

Dentro, había un pergamino antiguo, envuelto en cintas de cuero y cubierto de polvo. Rosinante lo tomó con cuidado, desenrollándolo para revelar su contenido. Las inscripciones en el pergamino estaban escritas en un lenguaje que Rosinante no reconocía, pero había algo inquietantemente familiar en ellas.

-¿Qué dice? -preguntó Buggy, acercándose para mirar por encima del hombro de Rosinante.

-No lo sé -admitió Rosinante-, pero siento que esto está relacionado con lo que el hombre misterioso dijo. Algo sobre los "gobernantes en las sombras".

Buggy frunció el ceño y se rascó la cabeza, claramente desconcertado.

-¿Y ahora qué hacemos? No podemos leer esa cosa, y seguro que los encapuchados no nos dejarán tranquilos si intentamos descifrarlo.

Antes de que Rosinante pudiera responder, una voz resonó en la cueva, profunda y resonante, como si las mismas paredes estuvieran hablando.

-Ese pergamino contiene la clave para abrir una puerta que lleva a un poder que ni siquiera el Gobierno Mundial se atreve a tocar.

Ambos piratas se giraron rápidamente, buscando la fuente de la voz. Desde las sombras, apareció una figura alta, envuelta en una capa oscura, pero no era el hombre misterioso. Esta figura tenía una presencia aún más imponente, y sus ojos brillaban con una luz sobrenatural.

-¿Quién eres tú? -preguntó Rosinante, tensando el cuerpo, listo para cualquier ataque.

La figura se acercó lentamente, su voz resonando con un tono que enviaba escalofríos por la espalda de ambos.

-Soy el guardián de este lugar, y he estado esperando a alguien digno de desatar el poder contenido en ese pergamino. Pero deben tener cuidado... porque una vez que abran la puerta, no habrá marcha atrás.

Buggy, claramente desconfiado, dio un paso adelante, con los puños apretados.

-¿Y por qué deberíamos confiar en ti? ¿Qué ganamos con todo esto?

La figura esbozó una sonrisa enigmática.

-Lo que ganan es la oportunidad de cambiar el mundo. De enfrentarse a las sombras y a aquellos que manipulan todo desde la oscuridad. Pero deben estar dispuestos a pagar el precio.

Rosinante y Buggy intercambiaron miradas. Sabían que estaban en un punto sin retorno. Todo lo que habían descubierto hasta ahora los llevaba a ese momento, pero las implicaciones de continuar eran inmensas.

Rosinante dio un paso adelante, sosteniendo el pergamino con firmeza.

-Lo que sea que tengamos que hacer, lo haremos juntos. No tenemos miedo de lo que nos espera.

Buggy, aunque visiblemente nervioso, asintió con determinación.

-Así es. No importa lo que se interponga en nuestro camino, lo enfrentaremos como siempre lo hemos hecho.

La figura los observó con sus brillantes ojos, y luego asintió lentamente.

-Muy bien. Entonces sigan adelante, y descubran lo que realmente significa enfrentarse a las sombras.

Con esas palabras, la figura se desvaneció en la oscuridad, dejando a Rosinante y Buggy solos una vez más.

El pergamino en las manos de Rosinante parecía brillar débilmente, como si respondiera a la decisión que acababan de tomar.

-No hay vuelta atrás -murmuró Rosinante.

Buggy sonrió, aunque sus ojos reflejaban una mezcla de nerviosismo y emoción.

-Nunca lo hubo, Rosi.

Con una última mirada a la cueva que los rodeaba, ambos avanzaron hacia el siguiente desafío, sabiendo que el destino los esperaba más allá de esa puerta.

Más allá de las risas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora