07

312 48 0
                                    

La llegada de uniones y el principe esperado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La llegada de uniones y el principe esperado.

Se nos narra que después de la fiebre de la princesa , su relación con su tío menor se fortaleció tanto que era difícil no verlos juntos: dónde se encontrará uno se encontraba el otro, sin importar que estuvieran haciendo.

Cosa que alegro a ambas madres pues una veía como un futuro compromiso mientras que la otra lo veia como una oportunidad para reparar los lazos con sus hermanos.

Todos estaban felices a excepción de alguien, una persona que por nada en el mundo no permitiría que ese compromiso se diera.

La princesa Aelynor se veía feliz corriendo descalza en el jardín, sin importarle que el césped aún no era podado y le causaba cierta incomodidad el pisarlo, pero no le daba importancia ya que como era otoño las hojas de los árboles caían para darle la bienvenida al invierno.

La princesa veía como los árboles empezaban a quedarse sin abrigo (como ella describía) y sus hojas parecían unas alas hermosas despegandose para emprender vuelo junto al aire que las arrastraba. Ella quería ser una hoja, poder ir a dónde quisiera o donde el aire llegará.

Nunca lo admitiria en voz alta, pero el hecho de no tener un dragón le pesaba un poco, acompañar a sus hermanos y ver como estos tenían compañeros alados que en cualquier momento y con una sola orden estos los llevarían hasta las nubes le generaba un poco de envidia, pero el sentimiento que predominaba era la esperanza.

Después de haberse perdido un momento en sus pensamientos decidió acostarse en las hojas caídas haciendo movimientos con los brazos y piernas. Cualquiera que la viera dudaría de que se convirtiria en una dama ya que no parecía seguir las reglas y clases dadas.

Pero un rugido hizo que estuviera sus risas y se levantará para prestar atención a su alrededor viendo a pocos pasos de ella a su tío mayor; Aegon.

Este ya la había visto desde hace unos momentos, más precisamente desde que se habia quitado los zapatos, pero decidio no interrumpir su diversión y mejor observar para ver cómo acercarse, pero cuando la vio acostada entre las hojas riendo tanto que se estaba poniendo colorada fue que decidio que era momento de revelarse.

-Pareces una hoja más entre todas - dijo viendola con las manos detrás de la espalda, para calmar sus nervios se estaba rascando el dedo con el pulgar, una rara costumbre que le había heredado a su madre.

-Me halagas tío -dijo después de reírse y recargarse con sus antebrazos.

-No deberías estar tejiendo con la septa o mi madre?-pregunto enarcando una ceja porque era común que a esa hora su madre citara a la princesa.

Heavy Blood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora