Mis Dos Soles

capítulo 50: Para rango Jounin y superior

Que lo disfruten....

No le prestó a las cosas que andan por ahór. Demasiado cautelosos para ser cualquier cosa menos insulares dentro de los grupos a los que habían llegado, pero demasiado nerviosos y emocionados para mantenerse completamente quietos o prestar atención al nivel de sus voces, eran tontos. Algunos eran más inteligentes que sus compañeros, ya fueran grupos en su conjunto o simplemente ciertos individuos que realmente se iban a tomar esto en serio.

Anteriormente, ver tal competencia lo habría emocionado, no porque él también se tomara las cosas "en serio", sino porque eran lo más parecido a una amenaza que encontraría y, por lo tanto, serían más valiosas como prueba de su existencia.

Pero ahora había una amenaza, un peligro real para su vida que amenazaba con borrar su existencia.

Un dios de carne con piel de la luna y cabello de la sangre más fresca. Era la guerra, era la muerte, era alguien cuya propia presencia hizo que su madre se estremeciera en lo más profundo de su mente.

Un día, para proteger su existencia de la descompadez, él era uno que yacía muerto a sus pies.

Sería la mejor prueba de su existencia que podría ser.

Pero él no estaba preparado.

Todavía no, tal vez ni siquiera en la próxima década o dos, pero, algún día, lo estaría.

Solo necesitaba asegurarse de que avanzaba más rápido de lo que el dios podía ganar más fuerza.

Eso, por supuesto, llevó a un problema-

¿Cómo ganó su fuerza el dios que había conocido? ¿Nació para ello, como él mismo había sido, o había algo que tenía que hacer para llegar a donde estaba a pesar de su obvia divinidad?

Necesitaba saber más de este "Naruto-Sama". Sí, Naruto-Sama era apropiado; porque era evidente que actualmente era más grande, mucho más grande, de lo que era. Eso, había decidido una noche mientras estaba sentado en el techo de su hotel, merecía respeto, incluso si nunca antes había mostrado respeto a nadie en su vida.

Sus ojos dejaron los grupos que llenaron la habitación y se lanzaron brevemente a sus hermanos. Ambos estaban nerviosos, pero aún no estaban asustados.

Bien, aún no había aparecido.

Cuando llegaron por primera vez, ambos habían escaneado la habitación en busca de su presencia y luego se turnaron para escanear la habitación de nuevo y prestar mucha atención a la entrada, intercambiando entre ellos en caso de que uno de ellos se perdiera algo. Satisfechos de que no habían pasado por alto su presencia, no es que pensara que sería posible después de haberse reunido con él incluso una vez antes, ambos vigilaban firmemente la puerta.

La marioneta de su hermano hizo clic y chasqueó casi demasiado suavemente para escuchar, pero mucho más fuerte que el silencio habitual que mantenía mientras estaba en la espalda de su hermano envuelto en largas tiras de tela. Los dedos, largos y hábiles, se contraían irritablemente como nervios y adrenalina ante una amenaza que él creía que estaba a solo unos pasos de distancia en cualquier momento que recorría su cuerpo. Se había pensado poco en sus hermanos antes de que se enfrentara al dios viviente, pero ahora prestó suficiente atención para saber que incluso con la mano estrecha, el control de Kankurō sería increíblemente impresionante según los estándares de las marionetas.

Su hermana, de su otro lado y probablemente sin ser consciente de que ella y Kankurō se habían movido para flanquear a su hermano menor en lugar del método previamente preferido de estar juntos a cierta distancia de él, tenía su abanico firmemente implantado frente a ella, las manos apoyadas encima y golpeando un tatuaje en constante cambio, él estaba seguro de que reflejaba el latido de su corazón mientras ella seguía buscando desesperadamente al oponente potencial que había hecho que un Biju se sometiera a él con absoluto terror.