∆51

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- A donde vamos papi

- A casa pato - el rubio apretó el volante

- no permitiré eso , que tal un helado?

- Ya está comiendo demasiado dulce pat_

- HELADO!!

- Helado se ha dicho - ríe - vamos pecas no pongas esa cara , solo será un helado

- Eso espero..

Los adultos y el pequeño infante llegaron al centro comercial. Este último era el más emocionado, ya que le iban a comprar el helado en forma de oso, con chispitas de muchos colores que salían en el anuncio

Todos hicieron la fila esperando su turno. Como si fueran una familia normal convencional. Patricio no entendía por qué el señor que lo había ayudado a encontrar a su padre estaba con ellos. Pero le gustaba su presencia. Era cómodo. Era divertido. Era alto. Olía muy bien. Y le compraba cosas , suficiente para que a alguien le caiga muy bien.

Una vez con el delicioso helado de crema de chocolate en las manos, empezaron a recorrer el centro comercial. Hasta que llegaron a la zona de infantes, donde Patricio no pudo evitar terminar de comerse el helado rápidamente para meterse a aquella sección de juegos.

Primero quiso subirse al Gran Saltarin, luego a la piscina de pelotas de plástico, pero se terminó decidiendo por los carritos chocones. Nada de que preocuparse, eran autos diminutos con muy poca fuerza en el choque. Perfecto para un niño de esa edad.

Mientras el menor se perdía en su mundo de alegría, diversión, juegos, y por supuesto, autos, él y Max sentaron en una de las sillas infantiles cerca de ahí para poder observar al pequeño infante que correteaba feliz por todo el lugar.
Tenía miles de cosas en el cabeza, miles de preocupaciones, responsabilidades. Su agenda estaba repleta, pero aún así, no le importaba mover , eliminar eventos, rechazar invitaciones por pasar un simple momento con su niño. Tener aquí a Max era nuevo, pero todavía no sabe con certeza si es malo o bueno, ya que hasta ahora la noticia de que tiene un hijo se la tomó demasiado bien. Una respuesta madura, y está tratando de empatizar con el niño. Solo esperaba de todo corazón que todo salga bien.

- Patricio es demasiado lindo..

- Lo se , lo es

- Pecas - llamo haciendo que lo mire  - Hiciste un gran trabajo con pato

- ... -

En ese instante, Sergio no supo responderle. Tenía mil palabras en la mente, pero ninguna se atrevía a escapar de sus labios. Quería responder y gritarle que debía ser el gran trabajo de ambos. Que Pato ahora mismo no debería tratarlo como un extraño Y que era su responsabilidad y no la de terceros. Pero como siempre, como alguna vez pasó, no pudo decir nada. De su boca no salieron palabras. Antes un simple "gracias" habría bastado y hasta sobrado
Sin embargo ahora, esa palabra pesaba demasiado.

Se limitó a asentir y cerrar la conversación. No quería sentirse vulnerable en ese momento, no debía, no podía. Optó por observar a su niño jugar en silencio, en compañía del rubio, ambos disfrutando de un rico helado, que poco a poco se fue derritiendo en sus manos. Algunas pequeñas gotas se escurrían por sus dedos y ninguno se daba cuenta. Metidos en su mundo, sin importarle nada más. Su mirada fija en el mismo punto. Aquella personita que saltaba, gritaba y reía de felicidad. Aquel niño, ojos claros, cabello castaño, tirando para rubio, llamado Patricio. La perfecta combinación de ambos, como un baile en perfecta sintonía. Donde los bailarines, eran enemigos. Sin embargo, la música los unía una y otra vez, haciendo que peguen sus cuerpos mentes corazón y almas.

- Iré por el - El tiempo de duración de aquella atracción de menores había finalizado. Max se puso de pie y sin esperar respuesta continuó. Sergio tampoco se opuso al contrario agradeció , no creía poder tener el valor de mirar a su niño a los ojos en ese instante

Hubiera sido mejor?  [CHESTAPPEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora