∆35

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Kelly estaba desesperada. No supo por qué lo hizo, ni en qué momento paso. Aquella noche, en Portugal, lo único que recuerda fue despertar en una cama desconocida,con miles de llamadas perdidas de su cuñada hermano y amigos con dicho rubio al costado de ella, abrazándola por la cintura, haciendo más que evidente lo que se pensaba. Se sintió culpable. Un poco histérica y algo desesperada. ¿Cómo explicaría que acaba de acostarse con una persona que no es prometido? Si su padre se entera, la mataría. No podía. Tuvo miedo. Tuvo miedo porque ella, en su conciencia, sabía que la protección que iba a ser usada nunca fue retirada del envoltorio. Tal vez fueron las copas, tal vez la pasión, tal vez la excitación. No se sabe. Lo que sabe es que podía tener un posible embarazo. No deseado
De un hombre que no era su prometido

Miedo fue lo primero que sintió. Se levantó rápidamente de la cama para ducharse y vestirse antes de que el hombre despertara. Ni siquiera sabía su nombre. Nunca lo había visto en su vida. Salió del lugar, empezó a revisar su celular, buscando evidencias más claras y concisas de lo que había sucedido en la noche anterior. No encontró nada, nada más que llamadas y mensajes preocupados preguntando dónde se encontraba, con quién y por qué.  ¿Qué haría ahora? Apenas regresó a su habitación, alistó su maleta para salir directo. A la mansión. No esperó el jet que Max le iba a enviar. Tomó un vuelo cualquiera con la excusa de extrañarlo y volver de sorpresa. Tenía que acostarse con Max. Tenía que hacerlo. Por el bien de su familia, de su reputación. Por su bien propio

Kelly sabía que Max no la amaba. Kelly sabía que su corazón pertenecía a alguien más, y que ese alguien habitaba bajo el mismo techo que ambos. Ciertamente, Kelly tampoco amaba a Max. No lo hacía. ¿Quién lo haría? Después de todo, fue obligada. Nunca le preguntaron si quería hacerlo o no. Su padre simplemente llegó un día a su habitación para decirle... "Te casarás con Max Verstappen. Es hijo de un amigo y un muy posible socio financiero en el futuro. Pero todo dependerá de ti si quieres seguir manteniendo esta vida de lujos. Estamos en crisis, y tú eres la única que puede sacarnos de esta crisis. Al casarte con él, vas a tener beneficios. Los beneficios que siempre quisiste, que siempre adoraste y que siempre has tenido. Pero todo está en tus manos. La familia está en tus manos"

Dieciséis años acababa de cumplir cuando esa noticia fue entregada. Sabía que al cumplir los veintitrés, conocería oficialmente al hombre. Lo había visto unas cuantas veces en unos eventos sociales. Era ciertamente muy atractivo y desprendía un aura fascinante. Le agradaba. le gustaba y le atraía. Pero no lo amaba. No era amor.

Una vez pisó en la mansión, sonrió a todo el mundo, pero desgraciadamente ahí estaba ese omega. La persona que le estaba complicando sus planes de sobremanera. Con su sonrisa hipócrita y su asqueroso olor a chocolate. Tenía entendido que era un beta, por eso no le prestó atención. Pero cuando se enteró que había mutado a Omega, todo cambió. Se convirtió en un posible enemigo. Un rival. Pero Kelly nunca perdía . Así que se las ingenió para atraer más la atención a Max. Se las ingenió para que Max se preocupara más por ella que por él. Y las cosas resultaron aún mejor cuando el Omega anunció que volvería a sus estudios superiores. Por lo que se tendría que retirar de la mansión. Entonces decidió hacerlo ahí. Se había dado cuenta de su cambio de apetito. Que le daba más sueño y que le costaba más comer ciertas cosas que antes le agradaban.

Estuvo averiguando por mucho tiempo aquella droga hasta que por fin la consiguió. Le encargó a uno de los empleados de la casa. Un hombre joven, de trigueña, poco visible. No se hacía notar entre las personas que habitaban al hogar. Le ordenó que fuera a recoger un paquete que le había llegado. Que no hiciera muchas preguntas. Y que fuera de manera rápida.

Una vez lo tuvo en sus manos, no leyó las instrucciones. Simplemente vertió un poco de líquido en la taza de café que le daría Max aquella mañana.

- María , yo llevaré la taza del Señor hoy

- No se preocupe señorita , lo puedo hacer yo no tiene que_

- Porfavor , María solo por hoy déjame hacer esto por mi prometido - María dudo , pero cedió

Subió con ansias hacia la oficina preguntándose como reaccionaria el alfa de Max a esto
Echo una dosis más ya que al ser dominante no afectaba en su sistema este tipo de sustancias
Oh eso creia

- Max , buenos días cariño

- Kelly , buenos días

- Traje tu café personalmente hoy

- Que sorpresa.. gracias - no presto real atención pues su mente estaba en el documento en sus manos y los archivos que tenía que enviarle a Sergio
Agarro la taza para darle un pequeño sorbo , tenía un sabor algo extraño a lo que solía ser siempre - está..distinto - volvió a probar otro sorbo este más largo - Tu hiciste el café?- la corbata le empezó a asfixiar

- No , lo hizo Maria..porque ,no te agrada? - Para la ocasión se había puesto un vestido un poco más pegado y corto de seda

- Está algo diferente - se levantó- llévatelo de aquí

- Emi..te sientes bien? - lo siguió expectante

- Que mierda tiene esa taza - sentía su cuerpo arder la misma sensación de su celo pero faltaba aproximadamente un mes para eso , era imposible que se haya adelantado

- No lo sé yo , simplemente la traje aquí - frunció el ceño "preocupada"
Las feromonas que soltaba el hombre estaban haciendo que su Omega se revolcara gustosa

Luego sucedió
Max se abalanzó hacia ella en un beso agresivo sin nada de piedad
En su mente no era Kelly
Sino aquel pecoso que había abandonado el lugar semana y media atrás
Sergio























Pinche Kelly te odio 😭

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