El silencio de la madrugada envolvía el monte Fujikasane, mientras el último resplandor del sol daba paso a la tenue luz de la luna. Tn, junto a otros pocos sobrevivientes, avanzaba tambaleante, con sus pasos pesados por el agotamiento y las emociones que aún no lograba procesar del todo. Siete días. Siete largos y dolorosos días en los que había sobrevivido no solo a los demonios, sino a la pérdida de Kaito. Su corazón estaba roto, pero sus ojos no derramaban lágrimas. Al menos, no por fuera.
Al llegar a la base del monte, los herederos de la familia Ubuyashiki aguardaban, sus miradas tranquilas, casi apacibles, mientras observaban a los nuevos cazadores de demonios que habían logrado superar la prueba. Tn sintió un escalofrío al recordar el momento en que Kaito se había interpuesto entre ella y aquel demonio. Cerró los ojos por un segundo, y su mente volvió a esa escena… la sangre, el dolor en su mirada. No quería recordar, pero era inevitable.
"Bienvenidos, supervivientes de la Selección Final", dijo uno de los herederos, su voz suave pero firme. "Han demostrado una fuerza y una voluntad extraordinarias para sobrevivir estos siete días. Ahora, son oficialmente cazadores de demonios."
Tn apenas escuchaba las palabras. Se sentía desconectada, como si estuviera flotando en algún lugar lejano, atrapada entre el pasado y el presente. El recuerdo de Kaito seguía pesando sobre ella. Su sonrisa, su valor… y la forma en que se sacrificó para salvarla. ¿Qué sentido tenía esto si no estaba aquí con ella?
Pero la ceremonia continuó. Los herederos les presentaron varios minerales especiales que se usarían para forjar sus katanas, los mismos minerales que tenían la capacidad de absorber la luz del sol, el único elemento que podía destruir a los demonios. A pesar de todo, Tn sabía que debía seguir adelante. Caminó hacia los minerales, observándolos detenidamente.
"Elige bien", le susurró uno de los herederos con una sonrisa. "Tu espada será la que te acompañe en cada batalla, será una extensión de tu alma."
Con manos temblorosas, Tn alzó uno de los minerales. Era de un color oscuro, casi como la noche, pero al reflejar la luz de las antorchas, emitía destellos rojizos. Lo sintió frío al tacto, pero reconfortante. Kaito habría elegido algo como esto, pensó. Su corazón latió con fuerza ante el pensamiento, como si, de alguna manera, él estuviera a su lado.
Mientras los demás elegían sus minerales, Tn permaneció en silencio, reflexionando. El cuervo Kasugai se posó sobre su hombro. Un cuervo grande, de plumas negras como la noche y ojos penetrantes que parecían observar más allá de lo visible. Lo había nombrado Yoru, en honor a su presencia imponente y silenciosa. El cuervo graznó suavemente, como si sintiera su tristeza, y Tn alzó una mano para acariciar sus plumas.
"Es un buen nombre", dijo uno de los sobrevivientes, acercándose. "Yoru… noche. Es fuerte, como tú."
Tn apenas pudo esbozar una sonrisa. Fuerte… esa palabra resonaba en su mente, pero no se sentía así. Había sido Kaito quien le había dado fuerzas para llegar al final. Sin él, todo parece más oscuro.
Sin embargo, antes de que la oscuridad en su interior pudiera consumirla, recordó algo que Kaito le había dicho antes de sacrificarse. “Sigue luchando, Tn. No te rindas nunca. Serás una gran cazadora.”
Su mirada se endureció mientras las palabras resonaban en su mente. Kaito había creído en ella hasta el último momento. Y aunque le doliera profundamente su pérdida, sabía que tenía que honrar su memoria. No podía permitir que su sacrificio fuera en vano.
Mientras el resto de los cazadores recibía sus cuervos Kasugai, uno de los herederos habló de la importancia de estos cuervos en sus misiones. Serían sus compañeros y guías, vigilantes en la oscuridad y mensajeros de noticias cruciales. Yoru, en ese momento, graznó una vez más, como si quisiera recordarle a Tn que no estaba sola, que tendría su apoyo en cada paso del camino.
La ceremonia terminó con una promesa: sus espadas serían forjadas en los próximos días, y pronto las recibirían para comenzar sus misiones. Mientras los demás se dispersaban, algunos aliviados y otros emocionados, Tn permaneció un momento más en silencio, observando el cielo estrellado. El aire frío de la noche le rozaba la piel, pero no le importaba. Cerró los ojos y respiró profundamente.
"Gracias, Kaito", murmuró al viento. "Seguiré adelante por ti."
Al girar para marcharse, se encontró con la figura de Yoriichi, su padre, esperándola a unos metros de distancia. Sus ojos, siempre serenos pero ahora con un brillo de comprensión, la observaban sin decir una palabra. Él había sentido su pérdida, aunque no necesitaba expresarlo en palabras. Su presencia, tan firme como siempre, le daba consuelo. Sin pensarlo, corrió hacia él, dejando caer por un momento la barrera que había construido para protegerse de su dolor.
"Padre…" murmuró, apoyando la cabeza en su pecho. Yoriichi la envolvió en un abrazo silencioso, transmitiéndole la calidez y el apoyo que tanto necesitaba en ese momento.
"No tienes que ser fuerte todo el tiempo", susurró él con una voz suave pero profunda. "A veces, es suficiente simplemente seguir adelante."
Tn asintió, sin palabras. Las lágrimas que había contenido durante tanto tiempo finalmente comenzaron a caer, pero esta vez no se sintió débil. Sentía que Kaito seguía a su lado, y con Yoriichi a su espalda, sabía que podía encontrar el camino, por difícil que fuera.
El camino de cazadora de demonios apenas comenzaba, pero no lo recorrería sola. Con su padre, su cuervo Yoru, y el recuerdo de Kaito en su corazón, estaba lista para enfrentarse a cualquier oscuridad que se avecinara.
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Holi!! He aquí nuevo capítulo, espero les guste ^^ nos vemos en el proximo capítulo byeee
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𝑳𝒂 𝒉𝒆𝒓𝒆𝒅𝒆𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒊𝒓𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒔𝒐𝒍𝒂𝒓
Fanfictionla heredera de la respiración solar T/N Tsugikuni hija del creador y pilar del sol YORICHI TSUGIKUNI, quien vio como mataban a su amada y secuestrar a su pequeña hija . ¿cuál será la relación con los pilares luego de más de 300 años ? Podrá ella s...