sala de computación

157 32 0
                                    

—Esos son los diseños que había elegido, si no te gusta alguno podi decirme para cambiarlos.—Te mostró un archivo con todos los diseños y las respectivas cosas que iban a vender.

—Están todos lindos, dejémoslo asi nomás.—Asintió en respuesta.

—Si teni alguna duda me deci nomás.—Asentiste.

La tarea era fácil pero tediosa, en cada diseño tenías que cambiar las frases a lo que iban a vender, el curso y el precio.

Su curso iba a vender terremoto sin alcohol, obviamente, eran pocos los que no bailaban en tu curso, asi que también iban a ir algunas mamás a ayudar con el stand.

—¿Así está bien?—Viste a la yachi, ella asintió y siguió en lo suyo, eran las únicas en la sala de computación.

—Permiso.—Volteaste a ver y era el nico, estaba apoyado en el marco de la puerta.

—¿Necesitan ayuda en algo? ya terminé lo que tenía que hacer y me mandaron a ayudar.

Escuchaste un tono de llamada y era el celu de la yachi, te miró y luego miró el celular.

—¿Que pasa?—Le hablaste bajito.

Te mostró la pantalla del celular y viste el nombre.

"Tsukishima Kei 3b"

—Contesta po.—La rusia contesto, solo respondia con monosílabos.

En el tiempo que la yachi hablaba por teléfono, el nico entró a la sala y se sentó al lado tuyo.

—¿Quien era?—Preguntó curioso.

—Ah, el tsukishima, ese rusio alto.

—¿El de lentes?—Asentiste.—Ah si lo cachó, la otra vez me miró super feo.

—Es asi con todos.—Reiste.—No lo tomi personal.

—¿Es tu amigo?—Preguntó.

Negaste.—Solo compañeros.

—Maca.—Volteaste a ver a la yachi.—El tsukishima necesita que vayai a la sala de profes, dijo que te estaba llamando pero no contestabas.

Viste tu celular y en efecto, tenías llamadas perdidas de él, pero tenías el celular en silencio.

—¿Te dijo pa qué?—Negó.—Bueno, altiro vuelvo.

Los chiquillos asintieron y bajaste al primer piso, la sala de profes estaba medio a la chucha e igual te diste el lujo de caminar lento.

Llegando viste al tsukishima apoyado en la pared, estaba mirando pal otro lado si.

—¿Qué pasa?

Volteó a verte.—Necesito los afiches ahora.

—¿Pa eso noma llamai? ¿No podiai decirlo en la misma llamada?

—No, no podía.

No te enojaste porque te dio flojera nomás, fuiste a la sala de computación de nuevo pa terminar de hacer los afiches.

—Necesita los afiches, pa esa wea nomas me llamó.—Fuiste hacía donde estaba la rusia.

—Ya están listos, el nico me ayudó también.—Te pasó las hojas, estaban impresas en ese papel brillante.—Gracias por ayudarme.

—No es nada.—Le sonreíste.—Ya tengo que irme.—La yachi asintió y fue a ordenar las hojas que sobraron.

Te acercaste hacia donde estaba el nico, seguía sentado viendo cositas en el compu.

Volver a verte  |  Tsukishima KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora