13. Lumos (Parte. II)

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El día siguiente llegó casi sin avisar.
Había dormido bien aunque me sentía... rara.

Cuando bajé al primer piso la vi, a mi madre.
Estaba en un precioso ataúd de cristal y ella, también estaba preciosa.

Mi mente solo deseaba que estuviese dormida, pero al mismo tiempo, sabía perfectamente que no era así.

–Vístete Cris– me dijo mi padre que salía de la cocina elegantemente vestido de negro –te he planchado tu traje favorito, supuse que igual te aparecía ponértelo hoy–

Asintiendo, subí de nuevo a mi habitación y efectivamente, sobre el respaldo de la silla de madera, había unos pantalones negros holgados y un jersey de punto blanco que me había tejido mi abuela a mano cuando yo nací.
Aunque recuerdo que antes de ponérmelo en el hospital por primera vez, lo hechizó para que creciera conmigo con los años y así, que el jersey pudiera valerme a cualquier edad. Por eso es uno de mis favoritos.

Ya vestida bajé de nuevo y me sorprendí al ver hablando con mi padre a... ¿Rowan y Ben? ¿qué hacían ellos aquí?

–¡Cris!– exclamó Ben al verme, y Rowan, al escuchar a Ben giró la cabeza y sonrió al verme también, aunque sin abrir la boca.

–¡Chicos! ¿Qué hacéis aquí?–
–La profesora McGonagall nos llamó a su despacho a Ben y a mí después de que te fueras y nos comentó lo sucedido. Nos ha dado permiso para venir a estar contigo hoy. Mañana debemos volver a Hogwarts, nos ha dicho que tú volverías pasado mañana.–

Asentí con la cabeza para confirmarles que efectivamente volverían a verme en un par de días y contenta por tenerles allí, me lancé a abrazarles a ambos sin previo aviso –Gracias por haber venido– dije durante el gran abrazo –Sois mis mejores amigos–
Al terminar tan emotiva y especial muestra de cariño sonreí de nuevo a ambos, porque pese a estar dolida con la partida de mi madre, estaba contenta por ver que mis mejores amigos habían venido a mostrarme su apoyo.

Al poco tiempo se acercó a nosotros un hombre rubio y alto, de gran porte. Se iba a dirigir a Ben cuando...
–¡¿Tomás?!– dijo mirando a mi padre.
–¡Daniel!–
–¿Os conocéis?– pregunté mirando extraña a mi padre y al hombre.
–¡Claro!– sonrió –Dani y yo nos conocemos desde hace muchos años, íbamos juntos al colegio –¿Recuerdas aquellos momentos en la cancha de fútbol Copper?

–!¿Copper?!, ¿es tu padre?– pregunté mirando a Ben fijamente.
–Así es– asintió él confirmándomelo –Y aquella mujer de allí es mi madre, Celeste– me dijo mientras ella venía también hacia nosotros.

–Es un gusto Cristina, Ben nos ha hablado mucho de ti en sus cartas– me dijo sonriendo mientras estrechábamos mano en señal de saludo y cortesía.
–Mamá...– dijo Ben bajito y un poco sonrojado.
Le miré sonriendo por lo bajo sin que nadie lo notara.

Expecto PatronumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora