3. El Callejón Diagón

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En Septiembre comenzarían las clases.
Durante los meses anteriores iba con mi madre al Callejón Diagón, una calle mágica de Londres, a comprar todos los materiales necesarios.

Primero fuimos comprarme la túnica en
Madam Malkin. Túnicas para todas las ocasiones
Después, fuimos a Flourish y Blotts, la librería, allí compraría mis libros de texto para el primer año.

"Libro reglamentario de hechizos", "Teoría de magia defensiva", "Elaboración de pociones avanzadas"...
No me imaginaba cómo sería tener que estudiar aquellas asignaturas, me parecía fascinante.

Finalmente fuimos a donde yo estaba más ansiosa de ir, Ollivanders.
La famosa tienda de varitas, donde todos los magos y brujas compran las suyas.

Entramos en la tienda, y el dueño, Garrick Ollivander, nos atendió muy bien.
Me enseñó todas las varitas que tenía, fabricadas con diversos materiales y de diferentes medidas, cada una con núcleos diferentes.

Probé con unas cuantas antes de llevarme la definitiva.
-La varita elige al mago- me explicó Ollivander.

Y a mi me eligió una que me gustó mucho, una con la que me sentí muy a gusto, una que me sería leal de por vida.
Varita de sauce, de 27 cm y núcleo de pluma de fénix

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