FICTOBER Futurista/Déjà Vu [1/2 DekuBaku-Bakudeku]

D13: RPDP [DekuBaku]

Futurista: Realidades paralelas digitales
|Au Sin Quirks - Explícito- Dub-con - Ideación suicida- Profesor x Estudiante - Desequilibrio de poder -  BDSM suave - Violencia Institucional|

Un momento crítico para el mundo lo cambia todo. La vida parece ser demasiado a nivel global, con la arraigada crisis económica y mal manejo de la salud mental, lo que deriva en la crisis social más grave de la historia.

La Industria Tecnológica, causante directa de tasas de desempleo generalizado y odiada por muchos, repunta en el momento clave para incrementar ganancias y ser apreciada de nuevo al mismo tiempo.

La RPDP: Realidad Paralela Digital y Personalizable, es su arma, que en conjunto con los centros de salud privada da cabida al nuevo opio del pueblo.

Los índices de suicidio disminuyen; se aumentan los empleos de soporte.

Algunos dicen que, si bien no es de acceso público, la RPDP al menos incentiva a ciertos grupos socioeconómicos para obtener lo que quieren. Los ejecutivos están al tanto de la piratería, pero se pasa por alto durante los primeros años y se registra como testeo gratuito.

De un punto a otro, la vida real y física continúa: pesada, gris y obligatoria desde el nacimiento. Debido al éxito rotundo de la RDPD, se desarrolla una alerta para evitar que cualquiera logre quitarse la vida.

Izuku Midoriya nace un quince de Julio y es conectado de inmediato a la red como todo ciudadano en Musutafu. Conoce a Katsuki Bakugo —Kacchan—, a los cinco años y cree que su existencia significa admirar la forma de vivir del otro a toda costa. La agresividad y desprecio de Kacchan, invitan a Izuku a superar la Red desde una azotea con catorce años, aunque él lo ignora hasta que se harta de todo lo demás en su vida a los dieciséis.

«Nadie supera a la red de alarma», es un dicho muy bien establecido. Por lo que, en lugar de entristecer a su madre con su muerte auto-inducida, Izuku gana acceso gratuito a la RPDP como asistencia para «mantenerse cuerdo».

Una de las verdades del mundo injusto en que vive Izuku, es que la ITec jamás perderá clientes, testers gratuitos o mano de obra potencial. Él entra en la categoría de tester, tras cumplir los dieciocho años. Sin embargo, en el mundo real, pasó de ser un estudiante nervioso a un profesor amable pero deprimido.

Kacchan continúa siendo su principal motivación en la vida.

Sabe que está mal seguir admirando su fuerza, su determinación para llegar a la cima de la sociedad actual. Sobre todo cuando tales características justifican su comportamiento agresivo. Compartir educación con Kacchan es enfrentarse a la cadena alimenticia, pero ocupando siempre el lugar de una presa. De alguna manera, él sobrevive tal obstáculo, convencido de que si es profesor algún día, no permitirá que un nuevo Kacchan pisotee a los demás.

Es un buen objetivo, legítimo, el problema es que su admiración por Kacchan es más que eso.

Es obsesivo.

Llega un punto en que trabajar para ser el cambio no es suficiente. Izuku es un buen maestro, dentro de lo que cabe. Es lo suficientemente humilde para que sus superiores lo aconsejen, pero no demasiado para parecer inseguro frente a sus alumnos. Esto le da una ventaja en el aula, mantiene el control; aunque en el fondo, no es a estos muchachos a quienes quiere poner en su lugar, es a Kacchan.

Siempre se ha tratado de él.

Ambos son hombres adultos, lo sabe porque Kacchan vive cerca de su apartamento por alguna razón. Casi a los treinta años, es el hombre más atractivo que Izuku conoce y aunque sigue inspirando la misma fuerza decisiva que durante la adolescencia, ya no parece despreciar la mínima visión de él. Eso lo incomoda de una forma que no sabe describir, lo frustra mucho, casi en exceso, cuando llegan a intercambiar un saludo rígido de cordialidad.