14. MENTIRAS Y VERDADES

578 56 151
                                    

‗‗‗‗‗‗‗‗‗‗‗☣‗‗‗‗‗‗‗‗‗‗

A.V

Los ojos de Jane me reparan cuando ingreso a su oficina desde donde maneja todo el asunto de su padre. Lo que esta pasando no me gusta, Hannibal con su partido político esta tomando mucha fuerza y no me conviene que ese ser tan despreciable consiga más poder, popularidad y contactos.

Eso sería muy peligroso y sinceramente la sociedad me vale, me importo yo y lo que pueda hacerme si no lo detenemos a tiempo.

—Gracias por aceptar venir Ava—me ofrece la silla donde tomo asiento—¿café? ¿agua mineral? ¿alguna bebida que quieras?

—Estoy bien así—quiero terminar con esto rápidamente—¿pudiste conseguir algo?

Sacude la cabeza bajándome las esperanzas porque era la mejor oportunidad para equilibrar la balanza.

—Se rehúsa, es demasiado obstinado, terco como ninguno y por eso te llamaba—me llena de curiosidad mientras ella entrelaza los dedos encima del escritorio—pensé que tu podías convencerlo.

No puedo evitar soltar media sonrisa porque si sus esperanzas están puestas en mí, temo que voy a decepcionarla porque primero se cae el cielo que Dracco Mcfinnigan escucharme.

—Lo siento Jane, no puedo ayudarte con eso—le digo de una vez porque no quiero ilusionarla—Dracco y yo no estamos en los mejores términos y si no quiso escucharte a ti, menos a mí.

La veo sacar todo el aire de sus mejillas y mirar a otro lado, ocultando su nerviosismo y preocupación.

—¿Puedo saber que paso entre ustedes? —se había demorado—si en público se veían tan bien juntos.

La pregunta que todos en algún momento me hacen y sigue doliendo responder. Con mentiras o evasivas, pero la verdad me quema la garganta y entrar en explicaciones no quiero, es bastante agotador, largo y muy doloroso de revelar.

—No se dieron las cosas simplemente—le digo—suele pasar y no fue nada dramático.

Ella ladea la cabeza mirándome fijamente como si no creyera nada de lo que le digo.

—¿Qué quieres decir con nada dramático? —pregunta Jane—¿no lo amabas.

Lo amo con todas las fuerzas de mi ser, tanto que preferí romperme yo misma el corazón y sacrificar mi felicidad por su bien. No es fácil la posición en la que estoy, la elección que me toco escoger y pese a que vivo un calvario, sigo pensando que no me equivoqué.

—Sacrificar tu corazón por el otro es el mayor acto de amor y valentía que puedes hacer—le respondo dejándola mas confundida que antes y por su expresión no me equivoco.

—No entiendo que tratas de decirme—suspiro hondo.

— Bueno, a veces creemos que alguien es perfecto para nosotros, pero en realidad, solo estamos tratando de encajar una pieza en un rompecabezas que no es nuestro —explico desviando la conversación a otro plano.

—Pero ustedes dos juntos eran perfectos —dice Jane y tiene toda la razón.

Lo sé, mi mano con la suya encajaba a la perfección. Cuando me regalo el perfume me digo que los dos éramos la pareja ideal y en ese instante lo creí, pero el destino me abofeteo bajándome de la nube en la que estaba montada porque ya me imaginaba ser su esposa, su mujer y la madre de sus hijos.

—Si, pero a veces, nuestras expectativas, valores o objetivos no coinciden. Otras veces, simplemente no somos compatibles.

—Hablas con tanta nostalgia—se me cierra la garganta con su comentario y me muevo incomoda en la silla.

VicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora