06

423 47 0
                                    


Sonreí enormemente al ver bajar del autobús a aquel pequeño peli azul, inmediatamente corrió a mí con los brazos extendidos.  

—¡Gem! —me abrazó, haciéndome tambalearme por la fuerza; solo me dediqué a sonreír, envolviéndolo en mis brazos. —Extrañaba mucho abrazarte —murmuró, escondiendo su rostro en mi pecho.  

—Apenas ayer nos vimos —murmuré, acariciando su cabello.  

—Es mucho tiempo para mí —apretó su abrazo, como si sintiera miedo y quisiera ocultarse de algo.  

—Déjame ver tu cara —tomé su rostro con ambas manos, percatándome de que los moretones de su cara estaban desapareciendo. —Muy bien, están bajando. Qué bonito eres.  

Bajó la mirada con una sonrisa, sus mejillas se tornaron de carmesí.  

—La pomada que me dio tu madre me ayudó a bajarlas muy rápido —asintió con la cabeza inocentemente, haciéndolo ver como un pequeño niño.  

Aspiré su aroma, el olor a azúcar y chocolate de avellana ya no me empalagaba, ahora solo me hacía desear comer donas, chocolates, empanadas, pasteles, todo lo dulce que existiera.  

Satang con la boca abierta parpadeó varias veces, observándonos por segundos.  

—Olvidé que venías conmigo —solté una risa al verlo tan impresionado.  

—¿Qué significa esto? —levantó la ceja. —¿Acaso ya convertiste a Fourth en tu omega?  

—No —Fourth me interrumpió, corriendo a tomar el brazo de Satang, sonriendo. —Seguimos siendo mejores amigos. ¿Verdad que sí, Gem?  

Mi alfa bajó las orejas, caminó al rincón recostándose. Fourth me había rechazado, aun que seguía cortejándolo; mi alfa sabía que el omega de Fourth le pertenecía.  

Fourth no había aceptado ser su omega y eso lo entristecía.  

—Sí, solo somos amigos —dolió tanto decirlo que sentí tanta tristeza acumularse en mi interior; no sentía un sentimiento más que cariño y aprecio, pero tenía que estar cerca de él y evitar que lo lastimen.  

Pero Satang no quitaba la mirada de mí como interrogándome, pero solo metí mis manos a mis bolsillos, resoplando.   

Mi único propósito era hacerlo sentir amado.


...

First llegó corriendo al edificio de los de 2do año. Fourth se agachó, recogiendo unas monedas que se habían caído al sacar su teléfono.  

Pero se tambaleó un poco, sintiendo un empujón, cayendo ahora esta vez su teléfono; el sonido fue tan duro y penetrante que palideció.  

—Lo siento —dijo First al dejar de correr y caminar hacia él, reconociendo ese chillante olor. —¿Estás bien? —buscó su mirada.  

—Mi-mi teléfono —susurró, petrificado, tomándolo y viéndolo completamente roto de la pantalla. Con esperanza lo prendió, creyendo que aún podía usarlo aunque la pantalla estuviera rota.  

—Mi papá me va a matar —tocó su cabeza con desesperación.   

First mordió su labio nervioso, no sabiendo si quedarse a resolver su problema o ir a buscar a su pequeño novio que tenía que ir a una cita al doctor para saber cómo se encontraba su cachorro.  

—Te lo pagaré, solo dime cuánto te costó —rascó su cabeza apresurado.  

Fourth finalmente levantó la cara, molesto, confiado de mandar a la mierda a la persona que hubiera causado tal accidente, pero al encontrarse con el alto y ancho pelinegro, palideció aún más, causando que su cachorro huyera.  

A puppy? | Geminifourth Donde viven las historias. Descúbrelo ahora