Esa noche del 3 de enero apostaron mis amigas en la plaza del pueblo que no me iba a casar.
En la iglesia, algo horrible ocurrió en un túnel que llegaba a su fin en el cuarto de santos de la iglesia. Este empezaba en las barracas de las bodegas de vinos de mi papá, Juan Vicente del Toro, quien era agresivo y con un carácter para temerle.
Esa noche me dispuse a casarme con Julián Morera y luego a robar un dinero que se rumoreaba que se encontraba escondido por mi padre en dicho túnel.
Estaba llena de rabia y de despecho, sin Sebastián a mi lado y llevada a Suiza por mi padre para alejarme de Sebastián, quien estaba horrorizado junto con mi madre por lo que había sucedido entre el y yo.Descubrí que estaba embarazada allá y tenía tanto miedo que sólo me atreví a decirle a mi hermano Bartolomé, que murió por buscar la plata enterrada. Me dijo que le diera la niña a su amante y una de mis amigas, Joaquina.
Sebastián se negaba a casarnos y mi padre al enterarse de mis planes, fue a buscarme lleno de ira y mi madre detrás de él, desesperada porque no me matara.Joaquina, Ricarda, Chichita, Marina, Laura y yo, estuvimos esa noche en el túnel y cometimos un crimen. Sebastián nos encontró y le exigimos que no nos delatara, al ir a buscar ayuda, tardó mucho en regresar y cuando lo fuí a buscar, me encontré con una escena horrible. Sangre en el piso y un yeso de San Judas Tadeo en mil pedazos en el suelo.
Mis guantes tenían sangre fresca, los había dejado en uno de los bancos de la iglesia cuando subí del túnel para buscar a Sebastián la primera vez.
* Me negaba a casar a Altagracia con Julián Morera. Yo la amaba y había pedido la dispensa aunque ella no sabía.
Cuando descubrí lo que había pasado, me suplicaban que no llamara a la policía. No estaba en mis planes pero lo primero que quería hacer era sacar a Altagracia de ahí y protegerla. Llamé a mi hermano, Marcos, quien no sabía mucho de que había tenido una novia antes de ser cura, de hecho nadie de mi familia lo sabía muy a fondo, para que me ayudara a sacarla de ahí.Yo la amo, era lo que le repetía a la persona que me intentó matar. Tratando de que recapacitara y me dejara ser feliz con ella.
Pero no lo conseguí, lloraba desesperadx, porque un cura no puede estar enamorado.En mi cajón buscaba las llaves que le daría a Altagracia para que se fugara mientras esta persona estaba en frente de mi.
Cuando me di la vuelta y llegué hasta el altar, sentí un golpe tan fuerte que perdí la fuerza en todo mi cuerpo.
Caí inconsciente y cuando pude abrir mis ojos, fue por la falta de aire que se le negaba a mis pulmones. Mi cuello estaba siendo acorralado por un alambre, que me dejaba más débil cada vez que tiraba fuerte del otro lado del confesionario.
Ahí me dejó, como si no valiera nada, como si el amor entre nosotros fuera el peor de los males.Un tiempo después, cuando ya estaba amaneciendo, escuché la voz de Altagracia buscándome, pero no podía decirle dónde estaba porque no tenía fuerzas.
Ella sola me encontró y me sostuvo con desesperación entre sus brazos, cuando Isabel, una señora del pueblo, entro a la iglesia y vio a Altagracia cargandome y pensó que ella era la responsable, despertó a las personas del pueblo que no tardaron en venir a ver que pasaba.Cuando ella quitó el alambre de mi cuello, le dije que la amaba y que quería ver a mi hija.
Me arrepentí del tiempo en el que no se lo había dicho. Y le pedía a Dios que tuviera piedad de mi.
Di lo que pensé que sería mi último respiro, mi corazón se detuvo por unos minutos y ví lo que ahora sé que es la muerte.Altagracia puso en mi cuello una medalla de San Judas Tadeo y juró junto con las demás mujeres que lo que había pasado esa noche era un secreto entre nosotros, para siempre.
Las demás mujeres salieron de allí y sólo encontraron a Altagracia, mientras que a ella la sacaban de la iglesia a golpes, a mí me sacaban en una camilla. Y un periodista la bautizaba como "La Mujer de Judas"...
Lo que ella no sabe, es que ese periodista es mi propio hermano, que lleno de rabia por lo que me había pasado y dejándose llevar por lo que decían, así la sentenció.A ella la llevaron a la cárcel y su vida cambió por completo.
A mí al hospital, y ahí estuve hasta unas semanas antes de que fuera a visitarla a la prisión.
Me costó mucho convencer a la directora para que la trasladaran de nuevo a Carora.
Gracias a Dios es amiga de mi mamá, de mi viejita que se enfermó luego de esa noche. Ha mejorado, pero todos me reprochan el por qué de mi renuncia a los hábitos y mi silencio sobre los hechos.Todos los que estuvimos en la iglesia ese 3 de enero, vivimos prisioneros de una verdad que no podemos revelar.
- El día que fuiste a la iglesia a decirme que habías tenido un bebé, cuando regresaste de Suiza, no pude dormir.
- dije mientras ayudaba a llevar los platos al fregadero.- Yo no he podido dormir bien desde hace mucho tiempo - dijo con una expresión de tristeza.
Luego de la conversación que tuvimos en la habitación me bañé, y después de mí, Sebastián. Para luego almorzar mientras hablábamos de qué habían sido nuestras vidas antes y después de que el se convirtiera en cura.
- Te tengo que decir algo, no pueden haber más secretos entre nosotros - dijo nervioso.
- El periodista que te apodó "La Mujer de Judas"... Es mi hermano, Marcos. - añadió.Me quedé helada, ¡Su propio hermano se había propuesto a hacerme la vida imposible! Y yo también.
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La Mujer de Judas
Mystery / ThrillerEn un pueblo donde la fe y la traición se entrelazan, una mujer es condenada injustamente por intentar asesinar al hombre que ama, dejando dudas sobre su verdadera implicación en el suceso. Después de cumplir su condena, regresa a un pueblo marcado...