✮⋆˙ cuatro

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- Vamos novato, sé que llevas un buen rato mirándome, ¿por qué no te acercas? Tal vez podemos apostar, de nuevo - Bradley estaba en un costado de la mesa de billar, miró a Max y movió sus prominentes cejas con una encantadora sonrisa. Cortando distancia con él, Bradley lentamente se recostó sobre la madera, intimidado por Max quién lo miraba como un cazador a su presa. Se sentía dominante al verlo así, pues las mejillas del castaño se veían un poco rojas y entonces Max descubrió el abdomen de Bradley con el taco, dejando ver lo marcado que estaba. Sentía el calor dominar su cuerpo por tener frente a él a su rival de una forma tan seductora y deseaba más. Lamió sus labios, sintiendo el metal de sus pircings; quería que sus manos acariciaran esa piel por lo que lentamente apoyó sus manos alrededor de Bradley sobre la mesa, él no se había opuesto y Max no iba a retroceder y justo en ese momento, su teléfono sonó.

Max se despertó de golpe, con una notoria erección. Lo primero que hizo fue asomarse a ver si Bradley estaba ahí, cosa que agradeció. Después miró su celular, era otro texto de esa chica, pues la noche anterior no le respondió, por lo que volvió a escribirle. Max le contestó a secas y fue directo a la ducha.

- Pfff... - se sentía confundido por su sueño. El agua no era suficiente para quitar la sensación de calor con la que despertó. Pero de tan solo recordar a Brad jugando billar y esa curiosa interacción en su sueño... Simplemente no se podía borrar esa imagen de su cabeza. ¿Era normal siquiera? Había tenido fantasías de ese estilo con chicas, pero jamás con un hombre. Y mucho menos con su rival, que si bien él no lo veía de esa forma, Bradley seguro lo detestaba. Tenía un poco de tiempo en comparación de los otros días que despertó tarde, por lo que relajado salió de la regadera mientras cantaba una canción de Powerline.

Bradley iba de regreso a su habitación, había olvidado un cuarderno y al entrar, se encontró con un Max recién bañado. Las gotas de agua se deslizaban por su cuerpo, que siempre llevaba oculto tras ropa excesivamente amplia, se le notaban los músculos. Max lo miró con sorpresa.

- Yo... Dejé algo aquí - Bradley habló, nervioso. Como si nunca hubiera visto a un chico en toalla. ¿Por qué tendría que ser distinto a cuando veía a los Gammas?

- No pasa nada - Max con otra toalla secaba su cabello - Quiero decir, es la habitación de los dos, ¿recuerdas? - Parecía totalmente relajado en comparación con Bradley, pero era la primera vez que lo veía tras lo que soñó.

Cremanata no dijo más, tomó lo que buscaba y salió, cerrando la puerta de golpe. Max lo miró confundido y volvió a lo suyo. Le esperaba un largo día, sobretodo por su peculiar sueño.

La jornada escolar terminó, y en la mente de Max solo daba vueltas Bradley, su sueño y un mínimo de lo que vio en clases

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La jornada escolar terminó, y en la mente de Max solo daba vueltas Bradley, su sueño y un mínimo de lo que vio en clases. Sus amigos lograron distraerle un poco, pero PJ vería a Mocha por su aniversario y Bobby saldría con una chica que conoció ayer. Esto no deprimió a Max, pues tendría oportunidad de avanzar tareas y quizás llamar a su padre.

teenage heartbreak king ✩ ── MaxLeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora