12. Destino.

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Al despertar, encontró un sabor amargo en el fondo de su boca, el lado derecho frío de su cama y el aroma persistente de Hyujin pegado a su piel. Le costó mantener los ojos abiertos, desperezarse y ponerse de pie, aferrado a la comodidad de las sábanas, sin embargo, su estómago estaba rugiendo en busca de ser llenado.

Recordó que la noche anterior no cenó, se había quedado dormido entre los brazos del alfa, ahora necesitaba nutrirse. Arrastró sus pies por el corto pasillo, tanteó la heladera y bostezó, viendo que tenía para devorar.

Todo rastro de sueño fue eliminado al ver su refrigerador lleno hasta explotar. Había desde verduras, frutas, carne hasta lácteos, todo bien ordenado y separado en tappers etiquetados. Encuentra un yogurt de vainilla de los miles de vasitos adjuntos en la parte superior, por lo que decide que ese será su bocadillo hasta preparar algo más elaborado. Siente que podría desmayarse si no come algo, pareciera como si el bebé se retorciera un poco, lo cual decide ignorar ya que la sensación desaparece cuando comienza a nutrirse.

Se ducha sin más preámbulos ni ceremonias, se viste y después busca las vitaminas y medicamentos recetados para ponerlos sobre su lengua y tragar, luego por primera vez en su vida busca varios tutoriales para cocinarse lo que le pidieron. Se supone que tiene una dieta adecuada para su estado, debía ingerir alimentos ricos en proteínas, minerales y más vitaminas, tuvo algunas charlas con una nutricionista durante su estadía en el hospital, donde le explicó a detalle que comidas podría hacerse para sentirse satisfecho.

Una de las cosas que le aconsejó era tratar de ser más elaborado así le darían ganas de comer, ya que Jeongin le dijo que a veces la comida no le generaba apetito, incluso si tenía hambre. Por eso decidió ponerle un poco de esfuerzo, sólo un poco. Nunca fue del omega que le gustará cocinar, lo consideraba algo tedioso, molesto y hasta agotador. Sabía lo esencial como para no terminar llevándose a la boca platos sosos, crudos o quemados, pero nunca le prestó tanta atención. Alguna que otra vez trató de hornear algunos postres, terminando por frustrarse ante las formas extrañas que adquirían sus muffins, por lo que decidió que no tenía mucha paciencia.

Después de un rato deslizando, considera ir por algo muy simple y desayuna tostadas con revuelto de huevo, espinaca y queso junto a un té sabor naranja. Al parecer Hyunjin surtió sus alacenas hasta de lo último que se le podría antojar como té de sabores y hasta snacks. Recuerda que tiene que agradecerle por eso más tarde o quizá no... Todavía no se acostumbraba a su presencia en su vida, a todo lo que significaba tenerlo cerca.

Era muy repentino, tenía posibles fallas, se sentía como un desastre inminente y si pensaba mucho en eso se aterrorizaba con las consecuencias, como por ejemplo un posible apego emocional de parte de su omega.

Cuando termina de lavar lo que usó, se comienza a aburrir. Probablemente era lo más frustrante de estar solo, él odiaba llegar a su departamento y estar consigo mismo, tarde o temprano llegaba el momento donde se entristecía. Ese día no tenía nada interesante que hacer más que esperar a Hyunjin, lo cual no lucía como un buen plan.

Le había mandado unos mensajes diciendo que llegaría cerca del mediodía, que lo esperará porque lo llevaría a comer y le repitió cuarenta veces que tenía un mal presentimiento, por lo que no saliera, además de halagarlo por haber sido tan lindo al dormir, incluso cuando se le cayó la baba. Él no respondió, se limitó a recibir el mensaje y dejarlo ahí, sin saber muy bien que decirle.

Miró el reloj en su celular, bufando al ver que faltaban tres horas para que terminará con sus asuntos pendientes y volver a entretenerlo. El omega siempre estuvo dando vueltas, realmente tenía pocos días de descanso dónde se dedicaba a dormir todo el día o limpiar su departamento, jamás estuvo sentado sin saber qué hacer. Le estaba picando el aburrimiento, así que piensa detalladamente un plan para hacer.

Vanilla | hyunin (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora