꒰ ∂ᴇᴀʀ тᴏᴡᴇʀ¹ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿ ɢᴏɴɢꜰᴏᴜʀᴢ

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Luego de la charla, Ji-ho tenía que volver a Busan, pero antes de eso Leehan lo detuvo.

— ¡Espere! ¿Podría quitar la magia que me impide salir? Quisiera poder pasear por los alrededores.

Al principio Ji-ho dudó un poco. Le preocupaba mucho que Leehan se fuera, aumentando así la probabilidad de que volviera al infernal palacio donde podría ser asesinado sin piedad. Pero este le había dejado muy claro que amaba vivir en la torre, además de que presenció en primera persona como Taesan estaba dispuesto a protegerlo, por lo que confió plenamente en que Leehan estaría a salvo.

Por eso accedió, y con un libro mágico en mano, recitó el hechizo que anulaba el campo de fuerza alrededor de la torre a su vez que un fuerte temblor se hizo presente.

Mientras los menores intentaban no caer debido al movimiento, la torre estaba descendiendo poco a poco, pasando así a convertirse en una linda casita a ras del suelo.

— Príncipe Kim, a partir de hoy tiene completa libertad de entrar y salir de este hogar siempre que quiera, aunque no podrá ir más allá del bosque — avisó con un tono preocupado —. Aún debo ocuparme de ciertas cosas en Busan, pero le prometo que mi próxima visita será cuando pueda garantizar su seguridad lo suficiente como para que usted logre llevar las riendas de su propio futuro en paz — esas fueron las últimas palabras de Ji-ho antes de irse.

Una vez el mayor desapareció de su vista, Taesan interrumpió el pesado silencio que se había formado — ¿Tú crees todo lo que dijo?

— La verdad, ya no sé en qué creer o no... – murmuró antes de voltear hacia Taesan con el ceño fruncido y mejillas abultadas. Estaba enfadado — ¿Desde cuándo?

El pelinegro ladeó la cabeza confundido, observando a Leehan con los ojos bien abiertos — ¿¿Hhm??

— ¿Desde cuándo eres humano?

Taesan pensó en inventar algo para salvarse del regaño, pero al ver a Leehan adorablemente enojado como cuando era pequeño, se ve incapaz de mentirle — Siempre fui medio humano, solo que no pude transformarme hasta aquella ocasión que te sentiste muy mal.

— ¡¿Y por qué no me lo dijiste?! – gritó completamente enojado por sentir que siempre se estuvo riendo de él. Pero al recordar todas esas veces que hizo cosas vergonzosas delante de Eoduun pensando que era solo un búho, su rostro se ruborizó por completo.

Taesan unió sus dedos índice y bajó la cabeza con fingida inocencia en un intento de verse pequeñito y aliviar el enojo de Leehan. Aunque no lo lograba porque de por sí su apariencia humana cuenta con un cuerpo fornido, sumado a que las alas en su espalda le hacían ver bastante grande a pesar de que estas se encontraban cerradas.

— Porque me daba vergüencita – respondió usando un tono de voz aniñado.

— ¿Vergüencita? Para avergonzado yo que... – Leehan se tapó con ambas manos sin poder mirar al pelinegro – ¡Oh, diablos, m-me bañé muchas veces d-delante tuya! ¡¡Incluso d-dormimos juntos!!

— ¿Y qué tiene eso de malo?

— ¿¿Q-Que qué t-tiene de malo?? – la pregunta hizo enojar más a Leehan, quien deseaba que la tierra lo tragara en ese preciso momento — ¡Taesan, o como sea que te llames, a partir de ahora tienes prohibida la entrada a mi habitación! — con esas palabras, Leehan se encerró en el lugar mencionado sin darle oportunidad a dar alguna queja o respuesta.

Por eso, Taesan se acercó a la puerta cerrada de un portazo por el rubio, y tocó suavemente con los nudillos — ¿Entonces ya no dormiré en la cama?

— ¡¡Por supuesto que no!! – gritó desde el interior de la habitación.

La respuesta lo hizo suspirar con pesadez. Extrañará dormir sintiendo el calorcito de Leehan, pero entiende la reacción de este.

Después de todo, Taesan le ocultó su forma durante mucho tiempo. Y aunque hizo parecer que era una excusa, realmente sí le daba vergüenza mostrarse así ante Leehan. Más sabiendo que se sentía atraído ppr él, y pudo mantener esa atracción en secreto mientras era solo Eoduun el búho. Ahora que Leehan conoce a su verdadero "yo" (Taesan, el chico medio búho), siente que no podrá tener tanto autocontrol como antes.

No pensó que alguna vez llegaría a mostrarse así delante de Leehan, pero la situación lo requería, no podría haberlo protegido si estaba en su forma animal. Y tal y como había admitido con anterioridad, el rubio forma parte de su territorio.

Taesan jamás dejaría que alguien le hiciera daño.